9. Más que eso

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POV Samantha

Quizá me había descontrolado un poco bastante. El alcohol ya empezaba a surtir efecto en mi y estaba segura de que cualquier cosa que dijera sería motivo de burla del día siguiente

Tras dejar a Flavio solo en la terraza me aproximé a mi grupo de amigos. Decidí salir a cantar con Mai al escenario, ya que entre copas las dos íbamos bastante subiditas y ya no le teníamos vergüenza a nada

-Mai, Mai, Mai, ¿qué cantamos?- le pregunté

-Buaaa no sé titi, ¿te apetece la de atrévete te te?- dijo ella entusiasmada

-DIOS SI- le contesté

En cualquier otro momento de lucidez habría rechazado por completo aquella propuesta, pero ahí estaba, cantando a pleno pulmón la canción.

Al terminarla y tras todos los aplausos pude ver cómo Flavio volvía a entrar por la puerta así que, en un intento de causar una buena impresión le susurré a Maialen que canción quería cantar

-Mai, vamos a cantar la de "Me sabe mal" porfiii- le rogué

-Va, pero no prometo terminarla sin llorar, que voy yo muy alegre y lloro por todo-

Y así fue como comenzamos a cantar con una emoción desbordante. Quizá fallaríamos alguna nota fruto del alcohol pero la magia que teníamos juntas en el escenario era increíble. Las dos conectábamos bien en todos los sentidos...

"Sabes que me comen malas rachas
Sin ser consciente te las cargas una a una
Siempre encestaba y eso que no dabas cancha
Por eso ahora todos los cables se me cruzan"

Cantábamos al unísono, dejándonos llevar por la emoción. Me fijé en el público, en nuestros amigos, que miraban atentos, sintiendo cada palabra

Y me paré en él. Tan guapo como siempre con una lágrima rebelde que se le escapaba.

"Es decirme ven y ponerme a temblar
Ma-ma-manejas labia y me sabes llevar
Parezco un adicto al que desenganchar"

Le canté a él, solo a él. A nosotros.

No podía explicar lo que me estaba pasando. Sabía que no nos conocíamos de nada, que apenas había llegado a ver la punta del gran iceberg que era. Pero es que cuando nos mirábamos, cuando hablábamos, todo salía con tanta naturalidad. Era como una especie de conexión casi imposible de describir. De cierta forma nos leíamos con la mirada.

Esos pocos días que habíamos compartido juntos ya eran suficientes para decir que quería conocerle mejor, que quería ver el iceberg entero. Quería descubrirle

Al terminar la canción cada uno volvió a la normalidad, regresaron a sus bebidas y a sus amigos. Como si nada hubiera pasado.

Yo me acerqué al chico con gafas que miraba reflexivo hacia el escenario. Sin pronunciar palabra le llevé a la terraza donde habíamos estado a penas unos minutos atrás.

-Ha sido increíble- dijo simplemente mirando al suelo

-Y eso estando borracha- continué quitándole hierro al asunto

-Haces magia, gracias- dijo mirando hacia las calles de Madrid, reflexivo

-¿Gracias?- pregunté sin entender del todo a lo que se refería

-Por compartirlo conmigo. Sé que casi no nos conocemos, y que voy a sonar como un loco, pero quiero conocerte más. Creo que conectamos de alguna manera- admitió absorto en las vistas

-Ya, yo también lo pienso... Creo que lo que te falta a ti lo tengo yo y viceversa- confesé- así que, conozcámonos

-Me parece una buena idea Gilabert- dijo el sonriendo

Notas en vez de palabras [Flamantha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora