Capítulo 3: Laura

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LAURA

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LAURA

—¿Quién es? —pregunta una de mis amigas intentando ver dentro del auto— ¿Te conseguiste un sugar daddy?

—No, es... un idiota de la academia.

—¿Un idiota millonario que se parte de bueno?

Su comentario me hace reír, ella no era así, jamás hubiese dicho algo como eso, pero tal vez la he estado influenciando un poco el último tiempo.

—Nah —digo restándole importancia, aunque esa sería la descripción perfecta—. Los pelirrojos traen mala suerte.

—No seas prejuiciosa —me regaña con seriedad sujetando sus libros con fuerza contra su pecho.

—¡Es un chiste, Zamira! Ríete un poco, me das depresión —me quejo rodando los ojos con exageración.

No suelo hacer amigos reales, hablo con todo el mundo, con todo el mundo me llevo bien, a todo el mundo estoy dispuesta a escuchar y aconsejar, pero nunca logro conectar con casi nadie. Tengo una vida social muy activa, pero en esos momentos en los que nada va como esperaba y alguna situación me supera, es cuando me doy cuenta de que en realidad estoy sola porque yo lo elijo así, y me siento bien con eso.

Zamira es una chica que conocí al principio del año, estaba almorzando sola así que me senté con ella y comencé a hablarle como si nos conociéramos, no me gusta que nadie se sienta solo ni excluido, y solo por eso lo hice. La consecuencia fue que desde entonces no se me ha despegado, a todos lados va conmigo, es mi amiga, supongo, aunque no compartimos casi nada.

Ella estudia todo el día, nunca sale conmigo por las noches, no conoce a los chicos de mi barrio ni mira series que tengan escenas para adultos. Yo no estudio jamás, el tiempo libre que tengo lo ocupo para tomar clases de danza en la academia, salir de fiesta y socializar con el sexo opuesto de muchas y diversas formas. Me va super mal en el colegio, ni siquiera sé si aprobaré el año, pero mi mamá no le da mucha importancia a eso, mientras siga bailando puedo hacer lo que quiero, y amo bailar así que eso no me genera ningún conflicto.

—Llegaste en el auto de un chico —me reclama Iván, mi hermano mayor que, al igual que yo, va en el último año.

Zamira murmura que me ve en clase y desaparece, se pone muy nerviosa cuando cualquier chico se acerca a hablarme.

—¿Y? —pregunto con prepotencia.

Odio sus controles, repitió un año en la primaria y como consecuencia lo tengo que soportar aquí un año más.

—¿Quién es? Era un auto caro, espero que no te estés involucrando con gente de ese tipo.

Tengo dos opciones, o lo golpeo o me burlo de él. También puedo hacer ambas cosas, pero la primera le sacaría el chiste a la segunda.

Lluvia con sol (Disponible en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora