Capítulo 4: Santi

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SANTIAGO

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SANTIAGO

Ya no llueve, es una pena, con lo que me gustan las noches lluviosas... Dormir con las gotas de lluvia resonando sobre el metálico techo es como dormir escuchando música.

Ya debería estar de camino a casa, mi papá tiene el turno nocturno hoy y no me gusta que mi mamá se quede sola con mis hermanitos. Sin embargo, la estupidez de mi mejor amigo y este idiota me retuvieron más de la cuenta.

—Ya quédate quieto —le ordeno al pelirrojo empujándolo contra uno de los bancos—. No sabes pelear, mi amigo te haría puré y tú como buen cobarde que eres lo meterías en problemas legales.

—Es verdad, de hecho lo haré —proclama con arrogancia volviendo a ponerse de pie.

—Algo habrás hecho para que te golpee. —Me paro frente a él para obstruirle el paso y obtengo un resoplido como respuesta.

—Nada, solo hablaba con Laura y... ni siquiera tengo idea de quién es él.

—Es su hermano, a veces puede ser un poco celoso, pero ocasionalmente se le pasará.

—¡Oh! —exclama irónicamente— Me importa muy poco realmente, muévete y déjame pasar.

Si hay algo que odio mucho es que me hablen con ironía, me gusta la gente sincera y directa, así que este idiota ya está colmando mi paciencia.

—¿Por qué no me mueves tú? —desafío cruzando los brazos y parándome frente a él.

—¿Quieres ir a la cárcel con tu amiguito? Allí les hacen cosas bonitas a los niños lindos como tú.

—Muchas gracias por lo de lindo, pero me gustan las chicas —respondo en tono de burla.

Volteo un segundo para ver hacia atrás en cuanto escucho la motocicleta de Iván encenderse y alejarse paulatinamente. Genial, ya me puedo ir.

Me acerco al pasillo en donde dejé caer mi mochila en cuanto sentí el escándalo, la tomo del suelo y me dispongo a irme cuando el tonto me vuelve a llamar.

—Espera, negociemos.

Me río en su cara, no sé por qué piensa que él y yo tendríamos lo más mínimo por lo que negociar. De todos modos, él hace su propuesta:

—Yo no denuncio a tu amiguito el violento, y tú haces la música para mi cortometraje.

Pensé que no podía ser más imbécil, pero se superó en un instante.

—Primero que nada, no me van las extorsiones. Segundo, me caes muy mal; y tercero, si quieres pedirme algo, vienes mañana y me haces una propuesta civilizada, pidiendo por favor, y ahí recién entonces, tal vez, lo considere.

Elai es un imbécil, pero un imbécil muy talentoso. Vi su cortometraje del año pasado y estuvo increíble, no tiene que escatimar en costos de producción y eso se nota mucho, por lo que sería un desafío muy agradable ponerle música a uno de sus cortos.

Lluvia con sol (Disponible en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora