Las piernas de JiMin no sirven del todo bien, tiemblan y están a punto de desplomarse, él sabe que es cuestión de segundos para que caiga al suelo, así que toma apoyo de la pared detrás suyo, Dios, incluso sus manos sudan a pesar de que siente el cuerpo frio. Y YoonGi solo está ahí, mirándolo con sorpresa mientras que su piel se torna un poco más pálida. JiMin quiere desaparecer de ese lugar solo para no verlo.
No hay nadie más alrededor, solo YoonGi de pie en la puerta, JiMin tampoco puede escuchar otras voces o pasos, entonces intuye que está solo con YoonGi. Se pregunta un montón de cosas en ese mismo segundo, cosas que decide descartar porque su cabeza se vacía de un momento a otro. No sabe que pensar y no sabe que hacer. JiMin no sabe nada.
—YoonGi— Murmura su nombre inconscientemente. ¿Cuánto tiempo estuvo pensándolo? Desde que huyó jamás salió de sus labios hasta ese día, él no lo mencionó a nadie y nadie pudo preguntarle. Entonces ahora se siente extraño, algo que añoró, algo que perdió hace tiempo.
Lo odia, y a pesar de eso no puede contener penosas lágrimas que caen por su rostro. Lo detesta por completo, pero sus piernas pasan de sentirse débiles a casi correr hasta él y chocar contra su cuerpo, sus brazos se envuelven en YoonGi y su rostro se pierde en su pecho. Es patético, vergonzoso, e incorrecto. Siente los brazos de YoonGi atrapándolo, protegiéndolo de cualquier mal en el mundo.
Se siente como un chico perdido de quince años.
—Estás bien...— A pesar de que JiMin nunca había olvidado la voz de YoonGi siente que la extrañó. Tan cálida y para él. —Estás a salvo.
A salvo en los brazos de YoonGi. Se desmorona ahí mismo, sus piernas fallan pero no cae gracias a YoonGi, quién lo sostiene con fuerza. Se siente tan débil y frágil que cualquier cosa podría romperlo, todo menos YoonGi. JiMin siempre pensó que había crecido, sin embargo esta vez se siente tan pequeño.
—No me sueltes.— Le ruega cuando YoonGi intenta apartarlo y ni siquiera él mismo puede creerlo ¿desde cuando se volvió así? JiMin ya no es un chico de quince años, ahora tiene veinte, y tiene un hijo. Un hijo, su San ¿Dónde está su bebé? Se aparta empujando a YoonGi y clava sus ojos en él. —¿Dónde está San? ¿Qué le hicieron?
—¿San?— Pregunta YoonGi mientras sostiene a JiMin. —Yo... ¿Quién es San?
—San es...— Titubea dándose un duro golpe con la realidad. Mierda.
—Su hijo.— Escucha una voz conocida y su corazón se detiene. De la nada el terror lo invade. —O eso creo.— Es HoSeok.
—¿Está vivo? No imagine que lograrías mantenerlo con vida...
—No...— Niega titubeando siendo incapaz de mirar a YoonGi a los ojos, sabe que si lo hace su mentira se caerá. —Él es... no es mi hijo.
YoonGi sonríe un poco y alza la mirada el rostro de JiMin obligándolo a verlo, ellos apenas conectan miradas pero el aire se escapa de sus pulmones, sus piernas regresan a temblar y se maldice a si mismo por no poder resistirse a lo que sea que esté sufriendo.
Es exasperante, JiMin ya no es un niño de quince que se siente impresionado por todo, él ya no debería ver a YoonGi tan apuesto casi como si fuera un angel, él debería verlo como ve a cualquier otra persona, sin interés alguno. Nunca nadie en sus veinte años le ha gustado tanto como le gusta YoonGi, nadie se acerca a su atractivo o al sentimiento que invade a JiMin cada vez que lo ve.
Detesta a YoonGi. ¿Qué le habrá hecho para que se sienta tan perdido en él?—¿Él tiene cuatro años?— Pregunta YoonGi con la voz cálida y JiMin asiente. —HoSeok, pregúntale a YeoSang donde está el niño.
—¡No!—JiMin casi grita separándose de YoonGi. —Quiero verlo.
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Inmundo »YoonMin« #2
RomanceJiMin es un chico de 15 años tratando de sobrevivir a los vestigios de una guerra. Recolectaba, vendía compraba en su pequeña y devastada ciudad, pero un sucio llegó para tambalear su corta vida. Cuatro años después, habiendo logrado huir de su ant...