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—Estábamos derrotados mucho antes de que entraran a la ciudad fronteriza.

JiMin escucha todo lo que NamJoon tiene que decir. La realidad es complicada desde cierto ángulo, pero todo puede resumirse, todo puede entenderse si se explica. NamJoon tiene paciencia y habla con tranquilidad mientras da un par de vistazos hacía los escombros fuera de la tienda. Esa es su ciudad fronteriza, su hogar, apenas migajas de sus recuerdos. Y debe ser lo mismo para NamJoon.

—Los hombres de trajes negros...— Menciona JiMin recordando a aquellas "hormiguitas" que su hermana señaló una vez a lo lejos.

—Eran sucios ¿verdad?

—Si. Estaban delimitando la zona.—NamJoon suspira dejándose caer al lado de JiMin. —Estamos siendo perseguidos porque somos acusados de robar el arma que destruyó esta ciudad, es por eso que fui por SeokJin he iba a volver por ti, no estaban a salvo con ellos.

—¿Y estamos a salvo aquí?

NamJoon suspira.

—No. No me preocupa ser acusado de robar un arma genocida, me preocupa no tenerla en realidad ¿Por qué nos acusan de tenerla?—NamJoon guarda un largo silencio a pesar de que él tiene la respuesta. —La van a usar, no sé en dónde ni cuándo, pero van a usarla y nos culparán a nosotros, y estaremos perdidos.

JiMin no sabe que pensar al respecto. Se pone de pie y aunque sus piernas tiemblan un poco consigue caminar hasta la salida. Observa los escombros y nota que el cielo es más azul que antes, la vegetación había comenzado a apoderarse del lugar, los animales pequeños habitaban ahí. ¿Eso son ellos? ¿Animales pequeños que se esconden donde ya no queda nada? Quizás sí.

—¿Por qué creería en ti?— Pregunta JiMin sin mirar a NamJoon. —Nunca has sido del todo honesto conmigo.

—Puedes regresar con los sucios, no te tengo secuestrado.— Ambos se miran por un par de segundos hasta que Mon cede. —Si teníamos el arma, la conseguimos hace un año, y fue tan jodidamente difícil quitársela a los sucios, lo único que queríamos es que no la volvieran a usar.

—¿Seguro? Es difícil creerte.

—Podre odiar un poco al mundo pero no quiero acabar con él. Esa cosa se creó con la excusa de atacar a los "inmundos" de desmantelar un país desmantelado, el primer ataque fue una prueba, ahora saben que funciona, y saben que van a usarla, por eso somos sus chivos expiatorios, por eso dejaron que la robáramos en primer lugar... Caí en su trampa.

—¿Y donde está ahora? ¿Cómo puedes perder algo tan importante?

—Era eso o dejar que murieran tú y San. La noche que entraron a tu tienda... no eran realmente personas refugiadas, la entregue.
—NamJoon suspira largamente. —Siempre he sido egoísta, no me importa si la mitad del mundo se acaba si sobrevive lo que yo amo. Al final solo me quede con una pequeña parte.

NamJoon no dice nada más pero toma a JiMin del brazo guiándolo por las pocas tiendas alrededor, JiMin sabe que son menos que cuando se fue, y ya no hay niños corriendo por ahí ni personas intentando hacer sus vidas, solo son tiendas con gente susurrando para no hacer ruido. Al parecer NamJoon es algún tipo de dictador porque nadie voltea a verlo. Cuando por fin llegan JiMin reconoce el lugar donde la carpa está situada.

Es justo enfrente donde estaba el edificio donde SeokJin vivía. Entran sin decir nada. YuGyeom está ahí, durmiendo junto a Woonnie, lo que hace sonreír a JiMin. Al menos ellos están bien.

—Estás bien...— Escucha la voz de SeokJin como un susurro y lo encuentra entre almohadas y sabanas con un pequeño bebé en brazos. —Pensé que no despertarías...

Inmundo »YoonMin« #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora