Made in the A.M.

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-Es genial que hagamos esto, los viernes de películas y cena los cuatro juntos.
-Definitivamente.
-Me gusta tu vestido hoy, Ken.
-Gracias, tu pelo hoy está hermoso, de verdad.
-¿Ustedes piensan seguir coqueteando?
-¿Qué?
-Están hace semanas coqueteando entre ustedes, ¿nos perdimos de algo?
-Basta, Eleanor, por favor.

🌹
-Es genial, nunca hacemos una fiesta por ambos cumpleaños.
-Es increíble que después de quince años recién este año a nuestras madres se les haya ocurrido esto.
-Me gusta compartir mi cumpleaños contigo, Hazza.
-A mi igual, Boo. Adoro la idea de que estemos también con los chicos. Llevaré a Kendall, ¿tú llevarás a Eleanor?
-No hay exactamente otra opción, así que sí.
🌹

-La comida está deliciosa, como siempre, Hazz.
-Gracias, Ken.
-Louis, pusiste bien la mesa.
-Muy graciosa, Ken.
Guiños, miradas cómplices.
-Ken, ¿podemos hablar afuera?

~

-¿Qué sucede?
-Estoy enloqueciendo con el tema "enamorarse-Harry".
-No sé qué haces con Eleanor todavía, tú y Harry están destinados a estar juntos, a casarse, a formar una familia. A vivir el resto de sus vidas juntos.
-Tal vez es cierto, Ken.

Abrazo, uno de esos que son cómplices, que son de apoyo. Algo fraternal, porque eso había desarrollado con Kendall, en el último tiempo ellos se habían unido. Ella quería lo mejor para ambos, y actualmente era la única que sabía las locuras que pasaban por la cabeza del castaño. Porque no solamente hablaban cuando las dos parejas se reunían los viernes por la noche, las llamadas en la madrugada, o durante el día, se habían intensificado.

Eran horas de Louis hablando a una velocidad extra-rápida sobre el rizado, sobre recuerdos de su infancia, sobre cuánto lo amaba y cuán hermoso era. Así mismo, Kendall hablaba de sus proyectos, los que planeaba para un futuro cercano y otros que se estaban llevando a cabo en ese momento.

Tenían que volver a la realidad, a una mesa donde no podía seguir hablando de Harry. A pesar de que le encantaría, porque nunca se cansaba de hacerlo. De hablar sobre cuán hermoso hacían ver a Harry las uñas pintadas, o lo perfecto que lo hacía ver el pelo que caía sobre sus hombros, sus rizos color chocolate y sus ojos esperanza resaltando, iluminando.

    Nadie esperaba lo que seguía, Harry, con su sonrisa tan peculiar, hermosa y perfecta, y Louis asombrado ante tal obra de arte. Estaban felices, aunque no duró por mucho, porque Eleanor decidió hablar.

 Traición- AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora