For every question why, you were my because

595 31 1
                                    

Si le preguntaran a Harry por su persona favorita, o sobre su mejor amigo, o sobre qué es lo que quiere para el resto de su vida, para cada una de esas preguntas, su respuesta sería Louis.

Tal vez, él nunca se lo había planteado, pero, definitivamente, ese día que acurrucados, el castaño había hecho aquella broma, una muy tonta, de hecho, pero que logró dar vuelta su vida, y replantearse todo lo que él creía seguro.

Él definitivamente estaba enamorado de Louis. Estaba seguro, casi seguro.

Si le preguntaran a Harry qué sabe, podría decir que tiene una cantidad de conocimiento de abogacía (que de hecho, es la carrera que comenzó hace un par de meses), sobre panes, tortas y otras masas (porque veranos atrás, él trabajó en una panadería) y de muchas cosas más. Pero solo existía una sola cosa que sabía y de lo que podría hablar sin cansarse: Louis.

-¿Qué?
-¡Eso, Louis!

Dos "¿qué?" al mismo tiempo retumbaron en la habitación.

-Boo, ¿qué estás diciendo?
-Genial, definitivamente no era así como quería decirlo.
-¿Qué cosa?
-Ken, ayúdame.
-Eleanor, vamos, Louis y tú ya lo dijeron todo.
-Lo siento, Eleanor, yo de verdad no esperé nada de esto, esto simplemente, no voy a mentirte, esto simplemente lo siento desde que...lo conocí. Y es muy tonto no haberme dado cuenta, pero no puedo seguir mintiendo-sus ojos se posaron en unos ojos verdes, unos que estaban iluminados, brillaban como hacía mucho tiempo no sucedía-yo amo a Harry.
-¿Ken tú lo sabías?
-Sí, pero yo nunca estuve con Harry, somos mejores amigos y nos hicimos pasar por una pareja solo porque él no quería ir a Acción de Gracias solo, y luego yo comencé a hablar con Louis, y bueno, seguí viniendo.
-Es decir que era la única que aquí no sabía nada.
-Te puedo asegurar que yo tampoco sabía nada, Eleanor.
-Ugh, adiós.
-Yo iré con ella, suerte chicos.
-Gracias, Ken.

Finalmente, estaban ellos dos, solos. En la sala de estar de la casa que venía acogiéndolos durante ya casi un año, mirándose fijamente a los ojos, sabiendo que frente a cada uno de ellos estaba su mundo entero, pero incluso teniendo en cuenta eso, no lograban hablar.

 Traición- AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora