CAPITULO XII - Ni el diablo te Salva del Infierno

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JANE

Volví a mi casa después de hablar con Justin en la cafetería, quedamos en reunirnos en unas cuantas horas, así que llegué y mi madre ya estaba preparando la comida, subí a mi cuarto y me di una ducha, esta vez no me puse uno de mis vestidos, este día sería diferente, era el día de hacer justicia.

Saqué mis jeans abultados de corte alto, mis tenis negros y una blusa casual, me vestí y recogí mi cabello en una cola alta, dejando escapar uno que otro rulo, tomé las cosas que creí necesarias para mi misión y las metí en mi bolso, incluyendo la pistola de Justin. Bajé para comer con mis padres, nos sentamos a la mesa y dimos gracias.

Después de comer ayudé a mi madre a recoger la mesa y lavar los platos sucios. Mientras fregaba, armaba un discurso en mi mente para cuando tuviera la oportunidad de decírselo a ese monstruo, también ideaba varias estrategias para dar con él, incluso pensaba lo que haría con éste después de que Justin se fuera con Alice ~ El mejor lugar para meditar es el fregadero de la cocina ~.

— ¿A qué se debe este nuevo atuendo? — Pronunció mi madre, volviéndome a la realidad.

-Pues hoy sucederá algo grande.- Dije con satisfacción.

— ¿¡Ah si!? — Exclamó mi madre dejando una sonrisa en su rostro.

— Si. — Afirmé.

— Y ¿Puedo saber de qué se trata? — Indagó.

Hice silencio enarcando mis cejas para luego responder.

— Es que... iré a predicar en el hospital. — Dije tapando mi boca con la parte inferior de mi codo, ~ El efecto de mentir ~.

-¡Vaya! Estoy orgullosa de ti, cariño.- Dijo tomándome del hombro y acercándome a su cuerpo.

— Ya terminé madre, debo irme. — Informé.

— Por supuesto cariño, yo me encargaré de la cena. ¿A qué hora llegarás? — Preguntó, deteniendo mi camino hacia la puesta.

— Ah ... ¡Yo te aviso! — Dije saliendo.

Me monté en el auto y me dirigí a casa de Justin, lo llevé a su casa al salir de la cafetería así que memorice su dirección. Al llegar me bajé del auto y toqué a su puerta y el torso descubierto de Justin me recibió en la entrada. Pude sentir como la sangre subió hasta mis mejillas haciendo que me sonrojara, dirigí mi vista hacía el suelo.

— ¿Puedo pasar? — Pronuncié, rascando mi ceja izquierda para minimizar mi vista.

— Oh, claro, pasa... — Dijo haciéndose a un lado para yo poder pasar.

Entré e inmediatamente escanee todo a mi alrededor, claramente vivía solo, de eso no cabía duda. Me detuve una vez pasada la puerta, él siguió el camino hasta la cocina.

— ¿Quieres algo de tomar? — Preguntó, aún sin camisa.

— No, gracias. — Respondí sin dirigirle la mirada.

— Ya estoy listo, solo busco mi suéter y nos vamos. — Dijo dirigiéndose a su habitación.

— Ajá. — Esbocé.

Mientras me encontraba en la sala de su casa, sola, miré algunos cuadros que tenía en una repisa encima de la chimenea, había muchas fotos de Justin con Alice, de diferentes tamaños y en diferentes sitios, me sorprendió ver una donde incluían a Kathye.

— ¿¡Nos vamos!? — Pronunció el rubio a mis espaldas. Esta vez vestido.
— Si.

Salimos de su casa y nos montamos en mi coche y nos fuimos. Conducía a casa de Richard, el plan consistía básicamente en llegar, que Justin rescatara a Alice y que yo me encargara de el señor Manson.

ELBOSQUE | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora