CAPÍTULO VII - La Arrebatadora de Almas

64 19 6
                                    

RAMSEY

*PIPIPIPI* *PIPIPIPI* *PIPIPIPI*

Pateé el despertador de la mesa de noche, llegaba tan cansada últimamente que ni siquiera tomaba en cuenta la orientación de mi cama al acostarme. Me levanté soñolienta y me di una ducha, mojando mi cabello tratando de lavarlo. Salí, me vestí y luego la lucha libre entre el peine y mi cabello ~ Malditos rizos ~ Tomé mi saco, mi bolso y salí.

Caminando hacia la parada, una ambulancia pasó junto a mí con las luces encendidas, pero con las sirenas apagadas, me detuve para ver hacia donde se dirigía, la dirección que tomaba solo llegaría al bosque ~ Raro ~.

─ ¡Hola Bob! ─ Saludé al hombre robusto, de color detrás de la ventanilla de la cocina.

─ ¡Hola niña! ─ Esbozó melodiosamente.

─ ¡No entiendo porqué me sigues llamando niña! ─ Dije entre risas.

─ Por que lo eres Ramsey, una niña perdida. ─ Contesto enseñando sus enormes dientes blancos. ─ Mejor empieza a limpiar las mesas, ya es la hora de abrir.

~ ¿Perdida? ~

Obedecí su orden preparando todo para la hora de abrir, los vasos de vidrio para los batidos, las tazas para el café, las servilletas dentro de los servilleteros, las pajillas dentro del frasco, el azúcar en los azucareros, las salsas, los sobrecitos y así hasta que se hicieron las 7am.

*ABIERTO*

Comenzaron a llegar las personas para desayunar o tomar un café. Yo estaba al pendiente de la barra mientras mi compañera se encargaba de las mesas. Mi turno solo era el de la tarde pero aprovechaba la suspensión de clases para pedir horas extra, necesitaba el dinero, era la única forma de pagar el encargo que había perdido.

─ Oye niña, ¿viste esto? ─ Dijo Bob señalando el periódico.

─ ¡No Bob, estoy ocupada! ─ Exclamé con los ojos en blanco.

─ ¡Pues deberías! Esta chica se parece mucho a ti... ─ Su comentario fue suficiente para llamar toda mi atención.

~ ¡¿Qué?! ~ No podía creer lo que estaba leyendo, la chica de los baños se había suicidado el día de ayer...

─ ¿En qué se parece esta chica a mí, si es rubia? - Interrogué al hombre.

─ Estaba perdida, igual que tú... ─ Exclamó sin dirigirme la mirada.

─ ¿A qué te refieres con que estoy perdida Bob? Aquí estoy, ¿No? ─ Seguía sin entender.

─ El hecho de que tengas que preguntar dice mucho...- Dijo sin levantar la mirada aún. - Si un hombre pierde una pierna lo sabría porque no la ve ahí, pero si se pierde así mismo no podría saberlo porque no puede ver que no está. - Explicó, esta vez acompañado de una mirada llena sabiduría.

De alguna manera sabía lo que me había querido decir, lo cual habría ignorado de cualquier otra persona, pero no viniendo de él y menos las palabras que utilizó, esas palabras resonaron en mi mente como eco mientras tenía visajes de imágenes de todo lo que he hecho y sigo haciendo mal, no podía ignorarlo, él era para mi ese padre que siempre quise, pero nunca había tenido y sentía que él pensaba lo mismo de mi, quizás por eso me llamaba "niña" todo el tiempo... Le devolví la mirada esta vez con los ojos cristalizados y él, solo me sonrió.

Unas horas más tarde me tocó ir a almorzar, pero no me había preparado nada y en casa no había quien cocinara, no después de que la tía Minny enfermara y falleciera, estaba sola... Y perdida. Salí a tomar aire de todos modos, sentada en la jardinera encendí un cigarrillo y le di una calada cuando Thomas me lo arrebató de la mano, sorprendiéndome.

ELBOSQUE | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora