Kazuno Sarah

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Muchas personas creían que Hanamaru al ser una reconocida científica no pensaría que uno puede asociar los recuerdos de alguien con las estaciones del año.... pero como siempre en la vida.... las verdades no son absolutas y en este caso la joven Kunikida sí pensaba en ciertos conocidos cuando habían ciertas épocas.... generalmente tenía la costumbre de vivir en un lugar donde más dolor generaba a su alma.... aunque... ya no lo sintiera.

¿Un ejemplo? Uchiura... sus padres cuando aún vivían siempre la llevaban a la playa para disfrutar.... quizás con el fin de olvidar por un momento su situación.... tal vez lo hacían pensando que le mar podría alejar de la mente de sus padres aquella terrible enfermedad que los perseguía.... lástima que ellos murieron en un laboratio que estaba usando... justo cerca de la playa.

Fue una especie de tortura entrar a un laboratorio después de aquel suceso, más vivir en un lugar donde veías el mar casi siempre pero supo llevarlo, su alma logró superar ese dolor a pesar de todo.... pero el vacío de perder una familia nunca se fue.... quizás por eso buscó inconscientemente con desesperación alguna figura que podría pensar como familiar... tal vez por eso admiró tanto a Dia.... eso podría explicar por qué su dolor cuando alguien que amaba como una hermana mayor escondió algo tan importante como eso de ella.... sus padres habían ocultado una enfermedad que quizás ella pudo haberlos salvado, ¿era su culpa por seguir con ese dolor cuando se trata de la traición?.

Después de eso el mar ya no solo traía melancolía a su corazón, si no que Japón se tranasformó tras la muerte de su abuela en un oscuro lugar... uno al que nunca más quería regresar... tenía apoyo para eso... poseía mentiras que la protegían y por supuesto alguien que siempre la apoyaría... ¿siempre? No... eso no era posible.... la vida de los humanos es ínfima y por ende... podrá desaparecer de tu lado cuando menos lo esperes.

Aún así a Japón regresó pero no sola... nunca pudo volver sola después de lo que vivió a ese país... necesitaba a alguien... no... no alguien... a Sarah... Kazuno Sarah... la joven que una vez que se reencontraron no la abandonó cuando más lo necesitaba, que siempre la quizo y cuidó ¿por qué cuando joven no pudo ver a Sarah como su hermana? ¿Por qué su amor como hogar se tardó tanto? ¿Por qué tenía que pasar eso?

Pero la joven peliblanca ya no podía vivir de los por qué... ya no había razón para vivir a costa de eso... no cuando eso generaba el recuerdo más doloroso que a vivido.... porque a pesar de perder cualquier rastro de emoción ese dolor en su corazón sabía que nunca lo podría eliminar.

¿Cómo lo haría? Si con solo ver a una joven sonreír, recordaba a su asistente, cada vez que gritaban su nombre recordaba cuando esta la retaba por dormir sobre una mesa, o por no descandar, tuvo una idea imposible de lograr pero que al final funcionaba, también estaban las veces que escapaba para que Sarah no cortara su pelo... o bien... simplemente al escuchar su voz esperaba que la pelimorada apareciera diciendo que nunca se iría.

Sabía que eso no pasaría... ¡lo comprendía! De verdad lo hacía pero sin importar cuantos años pasaran su mente nunca quitaría la imagen de verla morir delante suyo.... todo por culpa de una explosición... si tan solo no hubiera aceptado ese trabajo... pudo haber evitado que Sarah la acompañara en el viaje... quizás... si aceptaba la oferta de quedarse a descansar en el hotel en vez de salir a visitar el lugar.... habían tantas opciones... nunca pensó en un atentado... jamás imaginó que en restaurant que decidieron ingresar para cenar ocurriría eso... Hanamaru nunca hubiera deseado que su último momento con Sarah fuera verla completamente herida, luchando para poder despedicirse.... pidiendo... que avanzara.

Lloró... en ese momento... cuando al fin procesó todo... durante el viaje a Japón.... incluso en el entierro se veía que ella estaba más dolida que la propia familia de sangre.... porque ella sufría en silencio mientras sus lágrimas caían y no sentía el frío de aquel día... su memoria se encargaba de repasar cada momento que tuvo con la pelimorada.... recondando que solo serían recuerdos y ya no habría ninguno nuevo.

No quería otra asistente, no tenía sentido ninguna sería tan eficiente, leal, cariñosa y confiable como Sarah, ninguna la entendería... tampoco quería eso... ya ni ella se entedía... había dejado de sentir emociones luego de que la joven diera su último aliento.... si pudiera explicar las cosas... diría que ahora vivía en un laboratorio... uno que ya no usaba, ni necesitaba pero el gobierno dejó que siguiera ahí, a veces cuando necesitaban algo a veces ayudaba... recordaba de forma vaga algo de una plaga... ¿o era una epidemia? Decían que mucha gente moría... que necesitaban de su ayuda para una cura... ¿hizo una? Sí... pero solo la justa para las personas que quería... el resto del mundo para ella podían morir... si un humano realizó un atentado matando a la única persona que apreciaba y la sociedad no hizo nada ¿por qué debía ayudarla?

Ella era inmortal, el tiempo podía pasar pero se vería igual, sus órganos no se pudrirán, ninguna enfermedad la matará, ¿herirla? Tampoco era posible en un instante su cuerpo se regeneraría... aunque el mundo entero cambie Hanamaru seguiría ahí.

-¿Hanamaru-san qué haces ahí?-

-Largo...-

No necesitaba mirar, porque no era la voz de quien quería escuchar.... sabía que los pasos que se acercaban tampoco eran de esa persona, por eso ella seguiría al lado de la ventana mirando el paisaje lleno de nieve... esperando a que algún día una bicicleta más que conocida aparezca... aunque sea solo un recuerdo... eso era todo lo que quería hoy... solo eso y quizás pueda hacer algo este día.

-¿Hanamaru nos estás escuchando?-

-Sabes que no me iré... y ella tampoco porque no quiere-

-Saben que yo no las miraré ni responderé sus preguntas...-

-Hanamaru-san por favor-

-Solo te pedimos que dejes de estar sentada ahí... por favor-

Estaba cansada de escuchar a Dia y a Chika todos los días... nunca supo como aquellas mujeres cerca o quizás ya tenían más de cuarenta vivían con ella... recordaba haberlas visto una vez, cuando caminaron hacia la entrada del laboratorio, Sarah ya no estaba cuando llegaron... gritaron no estaba segura qué dijeron o que no dijieron... tampoco sabía cuanto tiempo había pasado desde eso... ella solo se dedicaba a estar sentada sobre esa ventana.. mirando... sin sentir nada... sin hacer algo... generalmente pensando en sus antiguas amigas... y tal vez recordando el pasado...  pero siempre soñando en que tal vez... solo tal vez la reencarnación existía y algún día Sarah volvería para lograr que su corazón dejara de sufrir cada vez que veía una simple puesta de Sol.

Umaruuu fuera!!

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