Carta 4

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Querido príncipe de hojalata:

     Yo creía que con gustar ya podríamos intentar algo ¿saben? O así era en mis cuentos, digo es lo más normal, es cuando empecé a caer un hoyo oscuro y aunque tenía alas, no había aprendido a como volar y este era cada vez más profundo.

     Para este punto aún no estaba tan encariñada, seguía hablando con cualquiera que se me presentará, porque ni al caso no me paraba, después de aquello que le confesé y que él también me correspondió con Tú también me gustas fue como un repelente, si necesitan espantar a alguien digan la verdad, es el arma más poderosa que hay, o al menos para este siglo de personas de cristal.

     Y aparecía de vez en cuando, preguntando que si lo había olvidado ya y por supuesto ingenua contestaba igual, dije me está buscando le importo, que equivocada estaba, que te busque no significa que te quiera y no deberías de esperar que alguien te busque tanto hombres como mujeres, quienes quieran estar estarán, sin rodeos, sin juegos, sin mentiras, pero la mentira más grande definitivamente fue el primer Te quiero.

Querido Príncipe de Hojalata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora