En el puente de Brooklyn,
es donde quiero derramar
todo mi amor en tus labios.
En el puente de Brooklyn,
es donde quiero
tomarte de la mano,
y caminar a paso lento
mientras apreciamos
las vistas inverosímiles
de Nueva York
y sus rascacielos celestiales.
En el puente de Brooklyn,
es donde quiero regalarte
un ramo de gerberas,
y ver la emoción en tus ojos,
en tus benditos
ojos marrones claros
que me amargan la vida
cuando no los tengo conmigo.
En el puente de Brooklyn,
es donde quiero que,
nos sentemos en un banco,
y observarte mientras
no te das cuenta de que,
lo estoy haciendo,
y sin avisar,
tomarte miles de fotos.
En el puente de Brooklyn,
es donde quiero tomar
una copa de vino
contigo en la noche,
mientras pensamos en lo mucho
que nos echábamos de menos
cuando no nos teníamos
en tiempos de cólera,
cuando no podíamos besarnos,
cuando no podíamos abrazarnos,
cuando no podíamos caminar
juntos de la mano,
cuando no podíamos
hacernos el amor.
En el puente de Brooklyn,
es donde quiero recordarte que,
siempre te amé,
que no lo dejé de hacer
un solo día de mi vida,
que siempre estuviste presente
en mi mente,
en mis pensamientos,
en mi corazón,
en mi alma,
que siempre escribí de ti y para ti,
que siempre soñé con estar
con una mujer como tú,
que, sin ti,
la vida sería más jodida,
más triste,
más melancólica,
que, a tu lado,
la vida se torna más feliz,
más llevadera,
con más fe,
con más fuerza,
que nunca te olvidé,
que cada vez que pensaba
en la idea de ti,
mi alma palpitaba de euforia,
que siempre estuvimos
a un paso de amarnos.
En el puente de Brooklyn,
es donde quiero capturar
tu mirada de por vida;
en el puente de Brooklyn,
es donde quiero gritar
al mundo que te amo.
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Julio: Desenfreno
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