Cuando no estás,
llego a pensar que,
ya no quieres saber nada mí;
cuando no estás,
es como si no te importara nada,
es como si me esquivaras la mirada.Y ya te has ido,
y ojalá que no
te hubieras ido nunca;
y ya te has ido,
y tal vez,
llueva intensamente
en los recovecos de mi mente.Ahora,
me retuerzo en el interior
de mi cárcel llamada pensamientos;
hay algo mal en mí,
además de la melancolía.Me pregunto si,
alguna vez,
el sueño me vencerá,
si vendrá como ladrón
en la noche
y me evocará paz.Mis demonios están al asecho,
en busca de cualquier debilidad
para cometer
pensamientos sangrientos,
delitos psicológicos,
asesinatos mentales.
Y cuando más me haces falta,
es cuando más necesito
un abrazo tuyo,
una mirada intensa,
una sonrisa pícara,
una risa desmedida,
que sujetes mi mano,
que me hagas sentir
seguro en tus brazos,
que volemos cual ave
por primera vez,
que emprendamos vuelo
y conozcamos
cada rincón del mundo.Me aterra saber que,
ya no me piensas,
me horroriza pensar que,
ya no te hago falta,
me turba percatarme de que,
sufres sin mí,
me atemoriza entender que te vas
y no contemplo atisbo de vuelta.
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Julio: Desenfreno
PoezjaLa calma se produce en un sinfín de devenires que asombran los espasmos de un corazón inherente, inherencia letal, letal como el polvo en los zapatos, zapatos en décadas, décadas en momentos, momentos en decibelios, decibelios en vida, vi...