"¡¿Qué haces aquí?!" (9)

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- Tn____, créeme, me gustaría que fueras, pero... - Milo interrumpió a Camus.

- ¡Ah, Venga no seas malo!, Podemos ponerla en un rincón donde esté más segura. - Dijo el escorpiano cambiando totalmente de opinión. ¿Por qué será...?

- Ah... vale, pero si le pasa algo malo, tu eres el culpable, bicho. - Aceptó Camus.

- Puedo con eso. Tu, tabla, sujétate de mi cuello. -

Puse mis manos alrededor de su cuello y me ayudó a salir por la ventana.

- ¡Oye!, ¡No soy tabla! - Dije ya fuera de la casa.

- Claro que sí lo eres, ahora, dame manzana. -

- ¿No te ha gustado llamarme "tabla"?, ahora te jodes, además te dije que era una banana. - Dije con sarcasmo.

- ¡Uy que sensible eres!, Aunque... sería bastante interesante verte comer una banana... -

- ¡No te pases! - Camus le pegó en la cabeza.

- ¡Auch!, Ya, perdona. -

- Jajaja, por pervertido. -

En el camino pensaba... ¿Cómo será el lugar dónde entrenan?, ¿Cómo es que entrenan?, ¿Saga se enojará al verme?

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Seguíamos caminando y yo ya estaba empezando a sentirme acalorada, miré a mis compañeros, se veían en perfecto estado, sin ninguna gota de sudor. ¿Pero como chingados lo hacen?, Ah, claro, ellos entrenan por horas, yo con suerte me paro a buscar comida y al baño, jaja.

- ¿Ya estás cansada?, Que mala aptitud física tienes. - Se burló Milo.

- ¡Jódete! -

- Un poco de ejercicio no te haría nada mal, Tn______ - Sugirió Camus.

- El cisne mayor tiene razón y nosotros podemos ser tus instructores. - 

- Gracias, pero no gracias, el ejercicio y yo no somos muy buenos amigos que digamos... - Y es verdad, no me gustaba para nada la hora de gimnasia en mi instituto. 

- Tranquila, ya hemos llegado. - Me anunció Camus

- ...¡Wow! - 

Quedé estupefacta con la belleza de el lugar, había un circulo de tierra y los límites de este eran marcados por paredes circulares de ladrillo gris, pero no completamente, supongo que era para que otras personas pudieran apreciar la batalla de un lugar más seguro, y alrededor de esta especie de coliseo había una hermosa pradera verde y llena de árboles que te entregaban protección del sol. El lugar estaba hecho para luchar, pero también para descansar tras finalizar con el entrenamiento. Era simplemente perfecto para ellos.

Un poco más allá pude apreciar a los doce caballeros dorados preparándose para las batallas, ahí estaba Afrodita, mirándose las uñas, seguramente quiere que todas se vean bien, o simplemente está muy aburrido. Después notó mi presencia y corrió a abrazarme.

- ¡Amiga querida!, ¿Haz venido a ver al guapo de tu mejor amigo luchar? -

- ¡Creo que se refiere a mi, si es así, entonces prepárate para ver un gran espectáculo! - Aioros apareció y tomó mi hombro.

- De hecho... me refería a mi, estúpido pajarraco. -Aclaró Dita.

- Ustedes dos, no saben lo que han causado. - Recordé el sueño que tuve por su culpa.

- ¿Qué hicimos ahora? - Preguntaron al unísono.

- Ya lo sabrán. -

- ¡Muchachos, vayan virándose, por que ella no ha venido a ver a ninguno de ustedes dos perdedores, a venido a verme a mí!. -Decía Milo.

🌻🖤¿Qué soy para ti? 🖤🌻(Saga Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora