Los misterios siguen ➣YuuMika/GyuMichi➣ [Concluida]

4 🔺️ Tumor

Michi esperaba a sus amigos en la azotea, en eso un chico de cabellos azabaches con un notorio sonrojo —además de que desviaba su mirada — se estaba acercando a él. Alzo una ceja cuando el muchacho ya se encuentra frente suyo.

—¿Tú... eres Michirou Tepes? —cuestiona el chico rascando su nuca.

—¿Quién lo pregunta? —el de ojos amatista no comprendió, hasta después de unos segundos de incomodidad.

—Gyurei... —suspiró — Norito —terminó de decir su nombre.

—¿Porque te avergüenzas de...? Olvídalo —recordó que su padre no le gustaba su apellido y el problema es que tenía el de sus dos abuelos biológicos —. ¿Se te ofrecía algo?

—Shiren me ha estado hablando mucho de tu hermana y de ti. Quería conocerlos y...

—Si te acercaste a mi solo para cortejar a Yuumi, déjame decirte que ella no es hetero, es bisexual. Pero le va más a las mujeres.

—¿Qué? No, no es eso. Simplemente quería conocerlos. No sabía que ambos son gemelos, aunque... en la cara tienen algo de parecido —dice acercándose al rostro de éste.

—Oh... Respeta mi espacio personal, estás muy cerca de mi cara —dijo, el mayor se alejó de él —. ¿Eres de tercer año?

—Segundo.

—... Ah, ya, eres un senpai. Mis compañeras hablan mucho de ti. Demasiado —dijo.

—Sí, soy... demasiado popular entre las de primero hasta tercero y algunas que están en universidad —habló como todo un divo mientras hacia su flequillo hacia atrás.

—Mira nada más~ cuanto orgullo en una sola persona —dijo sarcástico.

En eso llegó Yuumi con sus amigos de siempre más los dos nuevos que hicieron, Kimito y Shiren.

—¡Gyu-Nii! —exclamó el albino, corrió hasta su mellizo y lo abrazó —. Creí que ibas a comer con tus amigos —el mayor de los mellizos alejo al menor.

—Me estás avergonzando, idiota —habló lo suficientemente bajito para que el albino le oyera, Shiren se puso triste —. Te estaba buscando para que me dieras el bento que hizo Sayuri.

—Y-yo lo hice... —dijo un apenado ojiamatista menor.

—Oh, más te vale que no esté quemado el arroz, sabes que no me gusta así —dijo cruzando sus brazos y frunciendo su entrecejo a la vez.

—Tr-trate que no se quemará —tomó el bento envuelto en un pañuelo de color azul y se lo dio a su hermano —. N-no te enojes si se quemó o doró un poco, aún e-estoy practicando.

—Bien —tomó el bento —. En la salida te veo en el estacionamiento de bicicletas y motos, no te tardes que no te esperaré a menos de que te quieras ir con... el pelos de menstruación —dijo con desprecio viendo al pelirrojo.

Se dió media vuelta y se fue. Una vez fuera del campo visual de todos, Shiren quería llorar y Kimito romperle la cara de mi rey que tenía Gyurei.

—¡Me lleva la fregada! ¡Ahora si le voy a dejar la cara desfigurada! —gritó colérico el pelirrojo a punto de ir tras el azabache mayor, pero el pelirosa lo detuvo.