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· Un contratiempo ·


Hola Yerin, feliz cumpleaños con una semana de retraso. No, no. Así no. —Golpeó su frente con el dorso de su mano repetidas veces. —Esto es para ti, Yerin, perdón por olvidar tu cumpleaños. Por IU, no hay forma de que no suene horrible. —Suspiró frustrada al no tener la menor idea de como explicarle a Yerin en concepto de qué le entregaba las flores sin quedar como... Bueno, como la no novia más desastrosa de la vida misma. Porque claro, llevaban más de dos meses saliendo pero las cosas aún se mantenían en veremos.

Con los exámenes y las vacaciones de por medio realmente no habían contado con una gran cantidad de tiempo para verse. Aunque Yuna tenía que admitir que aquello era en gran parte su culpa, puesto a que siempre acababa teniendo que posponer dichos planes por motivos completamente ajenos a la castaña; a excepción de algún que otro gay panic porque, ¿para qué mentir?

Realmente la mayor de las dos había sido clara con sus sentimientos hacia ella desde un primer momento, así como también siempre había sido muy directa a la hora de proponer cualquier tipo de salida. Vamos, que hasta la había "extorsionado" con revelar el secreto de las notas anónimas de Eunha a menos que la castaña le garantizara una segunda cita, incluso antes siquiera de que fueran a la primera.

Debía admitir que la determinación de Yerin le parecía admirable en ese sentido. Ella por su parte, cometía el pecado de guardarse todo para sí misma. No es que Yerin no le gustase, de ser así no habría aceptado salir con ella en primer lugar. Sin embargo, a veces sentía que no lo expresaba lo suficiente; y si para colmo luego iba y se olvidaba de cosas medianamente importantes como su cumpleaños, temía que la castaña acabara pensando que no era correspondida.

Haciendo un esfuerzo por dejar su debate mental de lado, observó la hora en el reloj que milagrosamente había recordado colocar ese día en su muñeca, para notar que ya casi era la hora en la que Eunbi había especulado que Yerin llegaría finalmente al parque.

Alzó la vista orgullosa de sí misma al haber llegado a destino sin problemas, sólo para darse cuenta de que habían olvidado considerar el detalle de que el parque era bastante grande, que no tenían ni idea de por dónde llegaría Yerin, ni siquiera de si se adentrará en el lugar o no.

—Mierda —murmuró comenzando a caminar por uno de los senderos del parque, mirando hacia todos lados a la espera de divisar una cabellera castaña que se le hiciera familiar.


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—Gracias, tenga un buen día —Eunha sonrió amablemente a la mujer frente a ella luego de entregarle las flores que había ordenado, despidiéndose justo cuando la campanilla de la puerta de entrada anunció la llegada de un nuevo cliente. —Buenas tardes, ¿en q-Yerin? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué le pasó a tu cabello?

La sorpresa de Eunha acabó por desconcertar a castaña, quien rápidamente le devolvió la misma mirada de confusión. —Vivo aquí —le recordó, siendo que la florería de sus padres se situaba en la parte delantera de la que actualmente era su casa. —Y en cuanto a mi pelo, bueno... —Tomó un mechón de su ahora cabello oscuro jugando con este entre sus dedos. —Quería un cambio que no fuera muy brusco, consideré que oscurecerlo un poco podría sentarme bien. ¿Luce mal? —Preguntó de pronto volviendo la vista hacia su amiga, comenzando a dudar de su decisión.

—¿Eh? Si, digo no —la pelinegra sacudió la cabeza intentando centrarse en lo que la castaña le decía. —Te queda muy lindo Yerin, el cabello oscuro te sienta bien —sonrió esperando con eso disipar las dudas que ella misma había generado en la mayor. Yerin sonrió sin mostrar los dientes apenas unos segundos después.

—¿Crees que a Yuna también le guste? —Preguntó intentando disimular su emoción ante la posibilidad de recibir halagos por parte de la otra castaña también.

—Seguro que si, Yennie, no tienes que preocuparte por Yu-¡DIOS MÍO YUNA! —la exclamación de Eunha tomó por sorpresa a Yerin, quién acabó dando un respingo en su lugar al tiempo que volvía a mirarla con confusión.

—¿Qué sucede con Yuna?

—¿Eh? —La pelinegra notó entonces que acababa de meter la pata. —No, nada. Sólo acabo de recordar que me pidió que le mandara unas cosas y hasta ahora me acuerdo de que no lo he hecho —Rió nerviosamente, esperando que mínimamente Yerin no hiciera más preguntas. Porque vamos, no había forma de que se tragara una excusa tan tonta. ¿Por qué demonios Eunbi la había abandonado justo en un momento como ese?

Aprovechando el mostrador que las separaba a ambas y el hecho de que este le proporcionaba un espacio fuera de la vista de la castaña, Eunha desbloqueó rápidamente su celular, y medio a ciegas intentó dar con el chat de Yuna.

—Así que, esto... —Una vez logrado su cometido, rápidamente le dio al botón de grabar audio —Yerin, has regresado antes a la florería...

—Pues ,si —Su ceño fruncido denotaba que la castaña comenzaba a sospechar de la actitud de la más baja. —¿Te sientes bien?

—¿Quién? ¿Yo? Claro que si —Eunha sacudía ambas manos frente a ella y Yerin no estaba segura de si lo hacía para restarle importancia al asunto o porque estaba escondiendo algo. —Yo siempre estoy bien no tienes de qué preocuparte. —Acabó de hablar justo cuando una agitada Yuna se hizo presente en su campo de visión, haciendo señas desesperadamente para que la morena saliera del local y hablara con ella.

Yerin se volteó siguiendo la dirección de la mirada de la menor solo para acabar con la vista de la calle vacía frente a ella. Rápidamente se volvió a mirar a la pelinegra desconcertada —¿Segura que estás bien? —cuestionó nuevamente alzando ambas cejas.

—Si, si —asintió, viendo por el rabillo del ojo como la figura de Yuna nuevamente se hacía presente junto con sus señas desesperadas para que saliera de ahí. —Solo, acabo de recordar que le prometí a Eunbi acompañarla a buscar a Angkko a la veterinaria, ¿te importa si me voy ya? —Yerin asintió despacio no muy convencida de las palabras de ésta, pero antes de que pudiera siquiera responderle, Eunha ya había juntado sus pertenencias y se dirigía hacia la puerta. —¡Nos vamos mañana! —Agregó alegremente antes de salir dejando que la puerta se cerrara sola tras ella.





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Freesias [YEJU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora