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• Una razón •


Yerin caminaba con la cabeza gacha, replanteándose una y otra vez el por qué había accedido a una reunión para la que realmente no se sentía preparada. ¿Qué se suponía que iba a decirle? Eso le pasaba por seguir las recomendaciones de sus amigas sin siquiera pararse a pensar en todo lo que ello implicaría.

Avanzó un par de metros más antes de girar sobre sí misma, dispuesta a devolverse por el camino por el que acababa de llegar, chocando de frente con alguien que caminaba tranquilamente justo detrás de ella.

—¿Sojung? —Preguntó, alzando un poco la mirada para observar bien la cara de la mayor, que era unos cuantos centímetros más alta que ella. —¿Qué estás haciendo aquí?

—Evitar que huyas como la cobarde que últimamente pareces ser —replicó con simpleza la de cabello rubio, sonriéndole gentilmente antes de bajar la mirada hacia el celular que sostenía entre sus manos. —Vamos ya casi es la hora a la que has acordado con Yuna.

Sojung reanudó la marcha cogiendo la mano de Yerin para arrastrarla consigo, no deshaciendo su agarre hasta confirmar que la castaña finalmente seguía sus pasos por su propia cuenta. Al cabo de un par de metros más, oyó a Yerin soltar un profundo y sonoro suspiro.

—¿Por qué luces como si estuvieras caminando hacia tu ejecución? —Preguntó divertida, volteando hacia ella, luego de ver por el rabillo del ojo como los hombros de la menor se relajaban súbitamente acompañados de una expresión de rendición total.

—Porque se siente como si lo fuera —expresó, llevando ambas manos a su cabeza. —Sojung, repíteme por qué estoy haciendo esto —morando a la mayor haciendo uso de la mejor cara de cachorro abandonado que poseía en su escaso repertorio actoral.

—Porque quieres a Yuna y por lo tanto no vas a permitir que su relación termine en nada por un malentendido tan tonto como este —respondió con seguridad la mayor. Sin embargo, dudó de sus palabras al no recibir una respuesta por parte de la menor. —¿Yerin?

—¿Es correcto hablar de querer cuando apenas acabamos de comenzar a salir? —Preguntó en respuesta la castaña, dejándola completamente perdida.

—Bueno, —Sojung devolvió su mirada al frente con una media sonrisa amagando con formarse en su rostro —esa realmente es una buena pregunta.

—No voy a negar que la atracción hacia ella está ahí, porque bueno, por algo me acerqué en primer lugar —continuó. —Sin embargo no puedo evitar pensar que todos estos problemas o malentendidos están intentando decirme algo...

—Comenzar una relación no siempre es fácil y rápido, Yerin —La mayor al menos podía hacer uso de su propia experiencia para respaldar su afirmación.

—Mira al two Eunbi —replicó la castaña casi al instante, con su voz cargada de ironía. Sojung rió ante el nombre que había escogido para denominar a la relación que la menor del grupo sostenía con la pelinegra del curso contrario.

—No puedes comparar tu relación con Yuna con la que Eunbi y Eunha tienen, —respondió tranquilamente la mayor. —Es como si compararas el problema por el que pasas ahora, con el problema por el que yo estoy pasando con Minho.

—Son cosas totalmente diferentes —replicó Yerin, mordiendo inconscientemente el interior de su mejilla. —Minho y tu llevan casi dos años juntos...

—No es una cuestión de tiempo, Yerin, las relaciones no son algo que dependa únicamente de cuánto lleven dos personas saliendo. —La mayor le dedicó una rápida mirada antes de continuar—. Puedes tomar dos relaciones cualquiera dentro del instituto, que lleven exactamente un año saliendo, y te puedo apostar lo que quieras a que ambas van a ser completamente diferentes. No solo porque no han pasado por las mismas experiencias, sino porque las personas que las conforman son completamente distintas y, por lo tanto, también la forma de ayudar a su relación a crecer y mejorar. Así como no hay dos personas completamente iguales en el mundo, tampoco hay dos relaciones que se den de la misma manera. —Sojung sonrió una vez más hacia su amiga —. Que tu relación con Yuna haya comenzado con el pie izquierdo no significa que no tenga las mismas probabilidades que las demás de funcionar. Eso es algo que únicamente dependerá de ti —alzó la mano más cercana a Yerin para picar su hombro con su dedo índice— y de Yuna.

—¿Qué hay si Yuna no tiene interés en hacer que funcione?

—Si eso ocurre, cosa que realmente dudo, —respondió inclinando levemente su cabeza, —entonces puedes buscar a alguien más y ya. No es como si Yuna fuera la única persona disponible a tu alrededor —sugirió finalmente, encogiéndose de hombros ante lo obvia que resultaba la solución para ella.

—¿Estás ligando conmigo, Kim Sojung? —Bromeó entonces la castaña, llevando una mano a su pecho con aires de diva, ganándose un leve golpe en el hombro por parte de las más alta. Ver a Sojung rodar los ojos provocó que Yerin finalmente sonriera luego de haber pasado todo el trayecto con una expresión agobiada.

Ew...

—Es por que soy mujer, ¿verdad? —continuó con su poco discreta actuación, mientras hacía lo posible por contener la risa.

—No —respondió la mayor mientras alzaba una de sus cejas antes de permitirse esbozar una media sonrisa —, es porque eres Yerin.

La castaña golpeó el hombro de su amiga logrando que esta se tambaleara un poco en su andar mientras ambas finalmente se echaban a reír. Sojung alcanzó a divisar el cartel de la cafetería en la que las menores habían quedado, apenas unos metros más adelante.

—Mi misión termina aquí —anunció, deteniendo su andar para mirar a su amiga. Yerin imitó su accionar, quedando apenas unos pasos por delante, lo que la obligó a girarse para enfrentarla.

—¿De verdad crees que las cosas van a estar bien? —Cuestionó una vez más, volviendo a esbozar la misma expresión preocupada que tenía al momento de encontrarse con la de cabellos dorados.

—Mientras que sean honestas tanto con lo que sienten como lo que les preocupa, —afirmó, —estoy segura de que estarán bien. —Sonrió, alzando su brazo para así apretar suavemente el hombro de su amiga.

—Me cagaré en tu vida como algo salga mal —aseguró juguetonamente la menor, haciendo lo posible por alejar de si las dudas, mientras miraba a su amiga con una sonrisa.

—Dudo que haya alguna forma de llevar la situación a peores pero vamos, tratándose de ti...

—¡Oye! —Reclamó la castaña, ofendida. Sojung se carcajeó, tomándola de los hombros para así obligarla a girarse y caminar en dirección al lugar de la cita.

—Ya me contarás después que tal fue —finalizó, dándole un leve empujón para que la menor comenzara a caminar.

—¡Deséame suerte! —Exclamó, ya estando a unos pasos de la entrada, sin volverse a mirarla pero segura de que la mayor aún se encontraba siguiéndola con la mirada.

—No la necesitas —Respondió, aunque la otra no pudiera oírla ya, debido a la distancia. 

Se giró dispuesta a recorrer el camino de regreso, alcanzando a ver una cabellera negra ocultarse detrás de un árbol. —Venga ya, Eunbi —dijo con tono cansado mientras comenzaba a caminar a la espera de que la pelinegra la siguiera, —ya puedes dejar de esconderte.

Freesias [YEJU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora