Capítulo XVI

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Nota: algunos diálogos fueron sacados de la entrevista de Raymond Hamm y SCP-049.

Actualmente te encontrabas dentro de la cámara de contención de 049, esperaban sentados mientras llegaba el próximo sujeto de prueba. Parecías pensativa, mirabas fijamente el piso del lugar. No podías creer que habías defendido a un SCP, bueno, creo que cualquiera en tu lugar lo hubiera hecho, era el primero que no te trató como un criminal o por debajo de él. -¿Qué piensa?-. Preguntó de repente, sacudiendo tus pensamientos. –Ah… no es nada-. –Querida [insertar nombre] si hay una cosa de la que estoy seguro, es que realmente está pensando en algo. Entiendo que puede ser difícil hablar con un médico, pero, estaría agradecido si lo comparte conmigo-. Hiciste una pequeña pausa mientras pensabas la manera de decirlo. –Sólo me parece irónico que confío más en usted que en los de mi misma especie-. –Ya veo-. SCP-049 volteó a mirarte por un leve momento antes de volver a mirar hacia la puerta. –Para nada, no me parece irónico. Entiendo que en este lugar ha pasado por cosas abrumadoras, es lógico que confíe en alguien que no le haya hecho daño, es por eso que tiene sentido que deposite su confianza en mí-. –Sí-. Sonreíste tenuemente con el rostro cabizbajo. Sus palabras fueron como un tranquilizante, sentías como te llegaban cálidamente al pecho. 049 se volteó hacia tu dirección, comenzó a extender una mano hacia tu rostro, pero antes de poder llegar a ella, el sonido de las compuertas se escucharon, deteniéndolo por completo.

Te sorprendiste al ver de quien se trataba. –Espero que no le moleste que me quede a observar mientras veo a detalle su proceso-. Se trataba del Doctor Hamm, quien dentro de una jaula transportaba el sujeto de prueba (imagínense cualquier animal de tamaño medio). No creías lo que estabas escuchando. Parecía haberle afectado lo que habías dicho aquel día. El Doctor Hamm había entrado sin guardias de seguridad que lo resguardaran, estos se habían quedado del otro lado de la puerta. –En lo absoluto, me parece bien-. Habló 049 tranquilamente. A paso lento caminó acercándose hasta la mesa de trabajo donde al momento de llegar dejó la jaula sobre ella, podía percibirse el nerviosismo en él. El Doctor de la Peste parecía estar tranquilo, al parecer lo que leíste en los documentos resultaba ser cierto: No había encontrado la pestilencia en algunos doctores que solían interactuar con él. El Doctor Hamm parecía ser uno de ellos. SCP-049 se levantó para dirigirse a su zona de trabajo.

Una vez estando allí substrajo el sujeto de prueba de la jaula colocándolo sobre la mesa. Estabas a mano izquierda mientras que el Doctor Hamm estaba del lado contrario, con una pequeña distancia a 049. Observaba a detalle los movimientos que realizaba, el pie derecho subía y bajaba rápidamente, parecía querer realizarle algunas preguntas. Finalmente se decidió y habló. –Lo he visto trabajar en esto durante cierto tiempo y sinceramente, no he entendido que es lo que trata de hacer. ¿Puedes describir tu proceso a detalle?-. 049 escuchó y sin apartarse de su labor respondió. –Oh, señor, el proceso ha sido intenso. Como le he dicho a mi asistente, las mejores instrucciones que encontrarás sobre mis métodos están aquí en mis diarios, ya que en ellos he mantenido registros exhaustivos de mi trabajo-. -Ya veo. Mi preocupación, Doctor, es que todavía no entiendo que está tratando de curar-. Volteaste a ver a 049 quien todavía parecía estar tranquilo, a pesar de las preguntas del Doctor Hamm. –¿No entiende la pestilencia? ¿Incluso después de todo este tiempo? Doctor, es un horror indescriptible, uno que ha mostrado su verdadero rostro. Me encuentro bendecido con la sabiduría y los buenos sentidos necesarios para erradicarlo y destruirlo-. El doctor Hamm parecía seguir confundido ante su respuesta. –Querida… podría ser amable de traer mi bolso-. La metálica voz de 049 esta ocasión fue dirigida hacia a ti.  -Oh, claro-. Antes de alejarte de ahí, intercambiaste la mirada con el Doctor Hamm.

–Doctor, eso todavía no responde a mi pregunta. ¿Cómo es su cura alguna clase de cura? ¿Cómo es que esas criaturas resultan ser “saludables” de nuevo? Simplemente se tratan de instancias que sólo tienen habilidades motoras básicas-.  Preguntó nuevamente el Doctor Hamm. 049 se detuvo al escuchar su pregunta, miraba fijamente el sujeto de prueba, mientras que su respiración se agitaba gradualmente. -¡Es una cura!, ¡No bromee conmigo, señor! Usted y sus colegas, son incapaces de mirar más allá de los pequeños contratiempos para ver la salvación que tiene lugar ante sus propios ojos. ¿Esperas para quitar las maderas podridas hasta que la sala se derrumbe encima de ti?… No…-. Volteó hacia el Doctor Hamm y comenzó a caminar hacia él. -¡Los encuentras y los sacas y los reemplazas por aquellos que no han sido tocados por la podredumbre!-. La ansiedad comenzaba a consumir a 049. –Como pude ser tan ciego… La… La pestilencia se presenta y progresa de manera imprevisible… Oh Dios, la pestilencia reside en usted, puedo sentir como avanza aceleradamente… Yo… Yo tengo que curarlo…-.

Antes de poder tomar la bolsa un grito desgarrador te hizo voltear drásticamente. Presenciaste como 049 estaba tocando la garganta del Doctor Hamm, posteriormente cayó al suelo. Estabas aturdida, lo había asesinado frente a ti, probablemente había dicho algo que molestó a SCP-049. Sin embargo, no podías dejar de ver el cuerpo sin vida. Cuando finalmente saliste de tu shock dirigiste la mirada a 049, quien caminaba hacia ti, el miedo comenzó a inundarte, pero a pesar de ello no retrocediste, aunque una parte de ti estaba temerosa, la otra le tenía confianza. Tus orbes se comenzaron a humedecer, al verlo cerca de ti cerraste los ojos haciendo que las lágrimas resbalaran por tus mejillas. Sentiste una cálida mano sobre ella. –Abre los ojos querida-. Obedeciste ante aquellas palabras, abriste tus ojos lentamente. 049 estaba viéndote, mientras quitaba las lágrimas de tus mejillas. –Debes estar aterrada. No hay necesidad, no te haré daño-. Movió la mano, ahora tomaba tu mentón entre sus dedos, levantando un poco tu cabeza. Te quedaste helada cuando comenzó a inclinarse hacia a ti, tus ojos permanecieron fijos en los de él, mientras se inclinaba cada vez más. Tu rostro comenzó a arder, mientras que tu corazón golpeaba fuertemente en el pecho. Te estremeciste al sentir su aliento flotar en tu cara, era frío, antinatural, una sensación increíble. Era extraño, pues de alguna manera podías sentir el calor en su mano que sujetaba tu mentón. Al sentirlo cerca, te dejaste llevar cerrando lentamente los ojos. Pero antes de que llegaran a más fueron interrumpidos, la cámara de contención se inundó de gas. 049 parecía estar teniendo efectos ante él, haciendo que soltara tu barbilla. El gas comenzó a nublar tu vista, comenzaste a buscar a tu alrededor, justo en ese momento sentiste como alguien te tomó fuertemente del brazo, hasta sacarte de allí. Se trataba de un guardia, quien te llevó a la fuerza hasta tu departamento.

Te acostaste mirando el techo pensando en lo que había pasado. Tus pupilas se dilataron cuando recordaste aquella escena con 049. –Él iba a besarme-. Pasaste tus dedos sobre tus labios. Sin embargo, al instante te preocupaste pues ahora no sabías que es lo que sucedería, no dejarían pasar como si nada la muerte de un personal de la fundación sobre todo si se trataba de un Doctor.

SCP: Secure, Contain, Protect/SCP-049 x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora