Capítulo XVIII

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Nota:  No se apresure, los detalles serán después,  espero que lo disfrutes.  Después de varios días, nuevamente continúo.

Habían pasado alrededor de 2 semanas desde la última vez que tuviste contacto con 049. Te preguntabas que era lo que sucedía, si volverías otra vez a interactuar con él y en especial si se percataron de aquella escena. Caminabas en espera de alguna señal pero cada vez que pasaban los minutos perdías la esperanza.

Una vez más, caminabas por ese mismo pasillo que conectaba el elevador y la celda de contención de SCP-049. Sentiste escalofríos al ver la zona completamente sola, todo el tiempo que habías estado teniendo contacto con 049 el lugar estaba lleno de guardias y observadores, en esta ocasión estaba completamente solo, tanto que parecía un lugar deshabitado. El Doctor Itkin había activado el sistema de grabación (audio) y antes de retirarse te dio acceso a la cámara de contención. Te sentías como la primera vez, tus emociones estaban echas un lío, pensabas que tal vez se trataba de aquella escena inconclusa, intentabas evitar pensarlo pero realmente estabas demasiado nerviosa que no podías hacerlo, querías explicarte el porque, justo en ese momento un vago pensamiento pasó por tu mente. -¿Podrá ser que…?-. Dijiste mentalmente. Sacudiste la cabeza en señal de negación. Retomaste la compostura elevando la mirada, observaste como 049 movía rápidamente el bolígrafo sobre su diario, caminaste lentamente hasta quedar justamente en medio de la cámara de contención. Tus pasos crearon eco debido al encierro del sitio, esto llamó la atención de 049. Notaste como despegó la vista de su diario, para poder voltear hacia donde te encontrabas, sus amenazante ojos te escanearon de arriba hacia abajo y viceversa, esto te apenó aún más de lo que ya estabas. Tu corazón comenzó a latir rápidamente cuando viste como 049 se puso de pie para caminar hacia a ti. Tomaste fuertemente el portapapeles entre tus brazos y bajaste la mirada. Podías sentir su presencia amenazante cerca de ti o al menos así la sentías debido a tus nervios.

–Buenas noches señorita-. La voz metálica de 049 resonó en todo el lugar. -H-hola D-doctor-. Tu voz estaba casi cortada y temblorosa. –Hmmm…-. 049 fijó su mirada en ti. Sentías como esos tormentosos e intimidantes orbes dorados te analizaban, como si quisieran decir algo. Querías hablar pero las palabras no fluían correctamente, aclaraste la garganta y tomaste valor para dirigirte a él. -¿Quiere decirme algo D-doctor? Antes de comenzar con la entrevista-. – Quisiera saber si se encuentra bien querida-. -¿Ah?... sí, sí, estoy bien ¿por qué?-. – Sólo me preocupo por su salud querida-. Respondió tranquilamente. Al escuchar sus palabras sentiste como una sensación recorría cálidamente tu cuerpo. Su comentario se te había hecho compasivo, eso hizo que te relajaras un poco. -¿Piensa que estoy enferma?-. Preguntaste delicadamente. –Bueno… desde que entró he observado algunos síntomas que nunca antes había visto, puede que se trate de una nueva enfermedad. Si es así, tengo que tratarla antes de que empeore y tenga que utilizar mi cura-. Lo miraste confundida. -¿Síntomas? ¿Qué clase de síntomas?-. –Tu comportamiento errático. Hace un momento parecías estar temerosa, pasando a un estado de nerviosismo… y ahora parece que te has tranquilizado-. Suspiraste suavemente y te dirigiste a la mesa. –No es una enfermedad…-. Dejaste sobre ella el portapapeles. -…es sólo la manera en la que nos comportamos los humanos cuando estamos confundidos respecto a nuestras emociones y sentimientos-. Te volteaste nuevamente para mirarlo. –Ya veo, ¿te importaría explicarlo?-. –No y no es porque no quiera, sino porque se trata algo más allá, que ni siquiera el mismo humano ha llegado a comprender. No es algo que se explique con facilidad-. Parecía estar aturdido ante lo que tratabas de explicar. –Se trata de usted-. No respondió ante tus palabras, tal vez esperaba una explicación más clara que eso. –Estoy nerviosa por su presencia, pero no lo tome a mal, no es como la primera vez, en esta ocasión es diferente y es por eso mismo que me siento confundida, nunca antes había estado en esta situación, sobre todo tratándose de… un SCP-. Miraste un rostro hundido en la seriedad como si estuviera tratando de entenderte, esto causó que sonrieras levemente. –Si no lo entiende está bien, no es de mucha importancia. Prosigamos con la entrevista-. Volteaste nuevamente a la mesa para poder tomar el portapapeles. Antes de poder girar, sentiste la imponente presencia de 049.

–Es lamentable que alguien como usted haya contraído una enfermedad-. -¿¡Qué!?-. Te diste la vuelta quedando frente a él. –Doctor, no se trata de una enfermedad, sino de algo más-. –La negación es una de las primeras fases que tiene un enfermo-. Se acercaba aún más a ti, dejándote sin escapatoria. Querías dar un paso atrás pero la mesa no te dejaba. Pensaste que ese sería tu fin, morirías en mano de aquel ser sobrenatural que había captado por completo tu atención y de cierta manera preferirías eso que morir en manos de otro SCP, después de todo ese sería tu destino tarde o temprano en ese lugar. Cerraste los ojos, esperando que el momento llegara. Pero para tu sorpresa sentiste como una mano tocó tu rostro tenuemente. Sentías el movimiento suave de sus dedos, a pesar de que llevara puesto sus guantes negros las caricias eran delicadas, dejándote llevar por ellas, recargando tu rostro sobre su mano. 049 deslizó el contorno de tu cara para tomar tu mentón. En ese momento abriste los ojos. Estaba muy cerca de ti, observándote, querías saber que era lo que pensaba, pero a pesar de ello no hablaste. –Lo entiendo querida-. Sus orbes permanecieron fijados. Tomaste con ambas manos la muñeca que sostenía tu barbilla, rozando lentamente la manga de la túnica (como si estuvieras acariciándolo). 049 comenzó a inclinarse. Lo mirabas absorta, fue como si tu cerebro se desconectara por un momento, dejándote llevar simplemente por tus impulsos. Por segunda vez sentiste el aliento de 049, esa sensación diferente, que se sentía maravillosa. Finalmente llegó a tus labios, en ese momento sentiste una enorme debilidad en tus piernas, tanto que tuviste que recargarte en la mesa. Tu cuerpo comenzaba a emitir un calor diferente, te sentías como si estuvieras a punto de colapsar, pero antes de que eso sucediera 049 se detuvo. Sus orbes ambarinos te miraban mientras que a su vez su pulgar acariciaba tus labios.

SCP: Secure, Contain, Protect/SCP-049 x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora