Capítulo XXV

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Doctor Itkin

Realmente estaba impaciente por saber si su opinión había sido tomada en cuenta, pensaba que se trataba de una buena propuesta para todos y así acabar con ese pequeño problema el cual cada vez se fue haciendo más grande. No eras peligrosa, o al menos aún no lo eras, así que sería mejor detenerte antes de eso.

Esperaba pacientemente en su oficina en expectativa de alguna noticia nueva. Pasaron algunos días, hasta que finalmente su  proposición fue tomada en cuenta. –Esta solución debió haberse hecho desde un principio, no hay mejor solución que la muerte-. (jsjsjsj no se crean, las cursivas no forman parte del diálogo). Estaba seguro de que nada podría salir mal.

Lectora

Tu mirada estaba incrustada en el techo de la celda, mientras que tu mente divagaba entre tus recuerdos. Cuando te culparon de matar aquél hombre jamás pasó por tu mente llegar a la Fundación, mucho menos encariñarte profundamente con algo diferente a un ser humano, pero ahora estabas allí adentro con las esperanzas de volverlo a ver, al menos una última vez antes de morir en ese lugar.

El tiempo transcurría lentamente, las horas se volvieron días y los días semanas. Te atormentaba pensar que te dejarían en la celda para siempre, esperando a que murieras algún día. Sin embargo, cuando menos lo esperaste, las ruidosas botas de los guardias inundaron el pasillo. Abrieron la puerta de tu celda y entraron hasta donde te encontrabas. Te sorprendiste cuando uno te colocó grilletes en las manos, mientras que otro te vendó los ojos. Estabas aturdida, tus pasos eran torpes debido a la venda sobre tus ojos, tenías miedo de tropezar y caer. Chocaste con el guardia cuando éste se detuvo de golpe. Tomaron tus manos y retiraron los grilletes, aún con la venda puesta te tomaron del brazo y te arrojaron a una habitación haciéndote caer al suelo. Intentaste levantarte pero lo único que lograste fue sentarte, diste un pequeño brinco cuando sentiste como una mano se posó sobre tu hombro, la cual te ayudó a pararte. Quitaste la venda que cubría tus ojos, al darte cuenta de quien se trataba tus orbes se cristalizaron al instante. –D-doctor… -. No esperabas que te trajeran con 049, estabas muy feliz que no pudiste evitar abrazarlo. Te reconfortó más sentir como colocó una mano sobre ti, mientras la deslizaba suavemente. –Clase D….-. Al escuchar el intercomunicador te separaste de 049 y volteaste hacia ellos, observando al Doctor Itkin a través del cristal. -…Debido a la situación que se ha ocasionado por su extraña inmunidad, se determinó su retención definitiva. Bienvenida a su contención SCP-049-A-. Cualquier persona en tu lugar estaría horrorizada, pero para ti fue todo lo contrario, ahora estarías cerca de 049 tal y como lo hubieses querido.

Retomaste tu puesto de asistente, solamente que en esta ocasión no habría interrupciones; guardias que te sacaran del lugar o que tus acciones estuvieran limitadas. Sin duda era lo mejor que te había pasado. Continuaste aprendiendo nuevas cosas con 049, siempre te sorprendía con algo nuevo, era asombroso que cada día que pasaba tocara un tema nuevo e interesante. Solías ayudarlo todo el tiempo con sus sujetos de pruebas que te volviste habilidosa en el manejo de sus herramientas y aunque 049 no lo dijera estaba orgulloso de ti. Cuando lo mirabas trabajar arduamente en su cura te hacías suposiciones del porque quería llevarla a cabo, pues la peste ahora no era un problema, tal vez solamente quería erradicar la ignorancia en los seres humanos y volverlos limpios, tal y como lo hizo con el Doctor Hamm, o pretendía eliminar la única enfermedad que no tiene cura: “la muerte”. No había una hipótesis clara, pero aunque no la hubiera, de cierta manera comprendías lo que trataba de hacer, erradicar un mal que solamente él podía ver y aunque tú no podías verlo si podías sentirlo.

Mantenías la mirada en el cadáver que se encontraba sobre la mesa, esperando órdenes de 049. –Querida, por esta ocasión no realizaré ningún experimento-. Tus ojos se dirigieron automáticamente hacia él, percatándote del objeto que llevaba en su mano. -¿Qué es lo que hará entonces Doctor?-. –Quisiera tomar un poco de su sangre-. –De acuerdo, aunque antes debo decir que las agujas me ponen nerviosa, sobre todo si están dentro de mí, es que nunca me han realizado algo así-. Dijiste de manera nerviosa. –No hay necesidad de tener miedo, no te lastimaré-. Recordaste aquella vez que 049 se hizo cargo de ti cuando el bisturí cortó tu mano. –Sí, tiene razón-. Sonreíste sutilmente. 

SCP: Secure, Contain, Protect/SCP-049 x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora