Aviso: El siguiente día sera enfocado al universo omegaverse, pero sera una perspectiva diferente a lo usual (supongo) que he estado pensando desde hace mucho y quise implementar.
Yhaydrama, mucholaverdad.
Sin nada mas que decir, comencemos.
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El sol empezaba a vislumbrarse a la lejanía, dejando que el cielo mostrara tonos violáceos y rosados en todo su espacio mientras él caminaba de regreso a casa, sintiendo el frio mañanero chocar contra su cuerpo aún con su pijama de rayos puesta junto a sus crocs amarillas.
Pisaba las hojas secas que encontraba a mitad de la calle desolada, escuchando el canto mañanero de los pájaros a la lejanía, y el frio viento soplar con delicadeza moviendo su cabello con suavidad. Llevo su mano a su cuello por inercia sintiendo la marca hecha la noche anterior. Estaba en calma mirando el cielo cuando el sonido del crujir de las ramas le hizo detener su andar. La calle estaba rodeada por árboles y arbustos que daban un toque orgánico y cálido, por lo que al girar a la izquierda pudo presenciar a un lobo de pelaje gris saliendo de la maleza, su tamaño superaba al suyo por unos cuantos centímetros y se acercaba hacia donde él estaba a un paso tenue.
Sintió el aire caliente contra su rostro cuando el animal exhalo por la nariz, viéndolo en lo alto haciendo que levantara la mirada con tranquilidad, estuvieron en esa posición por pocos segundos hasta que llevo su mano a la parte trasera de la oreja del lobo quien, al sentir la acaricia, cerro sus ojos arrimándose más a su mano.
— ¿Estas mejor? — el lobo gris asintió aún con sus ojos cerrados, restregándose contra la mano que ahora estaba cerca de su hocico.
Dio una sonrisa al ver la reacción del animal, y aun acariciándolo, se estiro de puntas para darle un corto beso en su frente ocasionando que volviera a mirarlo — Vamos a casa Toshi — miro esos ojos amatistas que mostraban un brillo peculiar gracias a la presencia del crepúsculo, quienes lo miraban con cariño. Termino la acaricia alejando su mano con la mirada atenta del Alfa — Andando.
Empezó a caminar nuevamente con el Alfa a su lado en compañía del silencio de la mañana, disfrutando la compañía del otro ahora más fuerte gracias al lazo que los unía.
Tenían que apresurarse si no querían que la gente viera a Shinsou en su forma animal.
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