Dia siete

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Era de madrugada, cerca de las cinco de la mañana

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Era de madrugada, cerca de las cinco de la mañana. El azul del cielo empezaba a notarse poco a poco en la lejania, mientras que en donde estaba solo podía contemplar lo oscuro de lo que restaba de la noche sobre él.

Miraba cada espacio buscando que recolectar, en una hora tendría que ir a trabajar y en ese tiempo le era algo difícil tomar las cosas que le gustaran y llevarlas consigo sin estar incomodo.

En una esquina de la calle habían varias bolsas de basura, quiso hechar una mirada rápida, así que tomo su carrito empezando a avanzar, escuchando el movimiento de las ruedas en el pavimento junto uno que otro objeto de los que había adentro.

Estaba llegando cuando vio un auto estacionarse en la esquina en donde se supone él iba a husmear por lo que paro el paso, notando como una puerta de este se abría dejando salir a un rubio en fachas que, para el clima que había, no convenían mucho.

Noto como se quedaba hablando desde la ventana del copiloto hacia el interior del auto, y luego de recibir algo que metió a su bolsillo trasero, el auto se fue pasando por su lado, dejando al rubio parado en la esquina, con la luz alumbrándole.

No sabia si seguir con su recorrido o simplemente cambiar de dirección, pero pronto debería trabajar, y ningúna persona misteriosa que sale de un auto y se queda en su esquina iba a detenerlo de seguir con sus cosas.

Avanzó de nueva cuenta junto a su carrito, e ignoro la mirada del otro cuando había llegado a su lado. Solo miraría unas cosas y listo.

— ¿Estas perdido cariño? — la voz del otro hizo que volteara a verlo de reojo, notando los shorts diminutos color negro, el esqueleto rojo y los tacones de plataforma algo alta.

Ignoro al otro dejando su carrito en el borde del anden, mientras se acuclillaba hacia las bolsas de basuras.

— ¿No te interesa algo tesoro? — los tacones resonaban en la calle desierta, acercándose a él.

Ignoro eso empezando a mover las bolsas de basura, y abrir una por una mirando que podía ofrecerle esa mañana.

— Ugh, ¿Que estas haciendo?

— No te importa — su voz sonaba gruesa y algo agresiva, probablemente por el frío que se instalaba en sus pulmones, y la molestia repentina que sintió al verse molestado en su tarea de las mañanas.

Por algo salia en las mañanas, era solitario y no habia ruido o mirada alguna que lo juzgará. Pero esa mañana no era su mañana.

— Wow, tranquilo cielo. ¿Necesitas relajarte? Porque podría ayudarte si me lo pides, claro, a un costo — El sujeto se había recargado de lado en el poste de luz. Sentía su mirada mientras miraba las bolsas, y eso le causaba una tensión en sus músculos.

Logro ver un libro que tenia en la portada ecuaciones matemáticas y que parecía ser para alguien de séptimo año, estaba algo manchado, pero al registrarlo vio como sus paginas parecían en buen estado. Solo una minusiosa desinfección y podría ser usado.

Shinkami week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora