Sexta Casualidad: Parte 2

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"Solo son casualidades del destino"

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- Llegaste, A-Cheng te he estado esperando. - sus ojos seguían fijos ante la persona frente a él, se quitó el auricular y lo guardó junto a su celular en el bolsillo izquierdo de su abrigo.

- Tenía que llegar, sería irresponsable de mi parte faltar, después de todo, he sido yo quien te ha citado.

- Oh, no sabía que esta era una cita, pude haber venido más arreglado. - dijo XiChen, volviendo a la antigua costumbre donde ambos se seguían el juego.

Jiang Cheng rodó los ojos, aunque aún así tenía una sutil sonrisa. - Tsk, definitivamente no es lo que tú crees, además, ¿por dónde tienes que arreglarte más, señor Lan? ¿No te basta ya con que seas guapo por naturaleza?

- Tampoco sabía que A-Cheng me consideraba guapo.

Aunque el tono de su voz tenía ese tinte burlón, sus ojos todavía mostraban la provocación oculta en sus palabras, tanto que Jiang Cheng no pudo evitar apartar la mirada de él por la tenue timidez.

Oh, sí. Lan XiChen también sabía cómo ser provocativo.

- Deja de decir estupideces otra vez, más bien, hazme espacio, ¿o quieres que esté parado toda la noche?

- Por supuesto que no, toma asiento. - dijo apartándose un poco para que Jiang Cheng se sentase a su lado.

Después de que por fin estuvieron cómodos, sentaditos y listos, había llegado el momento de la conversación, sin embargo, ¿de qué se supone que deberían hablar? ¿Había siquiera una razón para estar ahí?

Jiang Cheng no podía decidir con exactitud qué tema de conversación abordar para que el momento no se vuelva pesado. Lan XiChen en cambio, solo parecía relajado y a gusto, tan sereno como siempre y con su majestuosa calma a flote.

- No llovió hoy, ¿eso quiere decir que estás feliz? - la voz fluyó directo a los oídos del Jiang, más cerca que antes, mucho más clara que la primera vez.

Agradeció en su corazón que el otro empezase la conversación, pero eso era algo complicado de responder.

- No lo sé - dijo - no estoy seguro de cómo me siento ahora, lo más probable es que esté confundido.

- Oh, aún no estás convencido... - no fue una pregunta, más bien una afirmación, para él y para el mismo Cheng.

- Te equivocas, ya estoy convencido.

Lan XiChen volteó a verlo con asombro, no se esperaba escuchar esa respuesta con tanta seguridad, realmente creía que tenía que hacer mucho más para convencer a Jiang Cheng.

- Te equivocas - volvió a repetir, como si supiese lo que rondaba en la mente del contrario. Se removió un poco en su lugar hasta tomar una posición mucho más cómoda y relajada, después, cerró los ojos, como buscando concentración. Se veía tan calmo. - No tengo dudas ahora. Tengo la prueba que necesitaba, en realidad, tuvimos muchas pruebas para confirmarlo, ¿verdad? Supongo que soy terco. - una sonrisa imperceptible se formó en sus labios y por fin, abrió sus ojos amatistas para fijarlos en los orbes dorados de Lan XiChen. - La verdad es que estoy confundido porque tengo miedo.

- ¿Miedo?

- Sí, exactamente eso.

- ¿Por qué tendrías miedo?

- Porque temo que todo esto simplemente sea un juego de la vida, solo una ilusión duradera que se terminará más pronto de lo que quisiera, que probablemente yo lo haga mal por cómo soy y todo se vaya al demonio. Tengo miedo porque no confío, no confío en mí mismo.

SEIS CASUALIDADES DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora