Quinta Casualidad: Parte 2

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"¿Otra vez tú...?"

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A la mañana siguiente Jiang Cheng despertó más temprano de lo normal, solamente eran las cuatro de la madrugada, dos horas y media antes de su despertar habitual.

Estaba ansioso.

No es que creyera en la tal cosa del destino, pero es que las palabras de Lan XiChen sonaban tan seguras que sería complicado no tener dudas en el corazón, incluso en un hombre de negocios como él.

Se le pasó por la mente intencionalmente no ir a la cafetería de siempre o simplemente no ir a ninguna cafetería, pero después pensó que eso sería tener en demasiada consideración esta situación, lo cual no debería ser así. Él haría hoy lo que siempre solo para mostrar que Lan XiChen se equivoca.

Y de paso terminar de convencerse a sí mismo.

Es así, que se levantó de la cama a la hora de siempre, hizo su rutina diaria, en el transcurso de ella usó su tablet para organizar de antemano algunas cosas en la empresa, como siempre, se dio una rápida mirada en el espejo, aprobó su imagen, salió de casa y finalmente tomó su auto para dirigirse al trabajo. Nada inusual, nada que temer.

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Lan XiChen estaba despierto desde las cinco de la mañana. Ahora eran las nueve, su hermano ya había ido a su puesto de trabajo, estaba solo en casa.

Se preparó un té con leche para beber, por fuera parecía calmado, tan sereno y tranquilo como es habitualmente; pero por dentro, estaba que rebosaba en nervios, tanto, que sin darse cuenta, ya se había bebido diez tazas de té... Vacías.

En qué demonios se había metido, no es que desconfiara, más bien tenía miedo de no hacerlo a tiempo, ¡ni siquiera sabía en dónde quedaba la bendita cafetería! Aunque ese era el chiste si quería probar sus propias palabras. ¿Era muy tarde para ponerle un rastreador a Jiang Cheng? Ah, no, esperen, eso es trampa.

"Relájate XiChen, lo harás bien, podrás lograrlo, si es posible puedes buscar en toda la ciudad, no te rindas, debes lograr lo imposible, ya te has enamorado, y aunque lo niegues, eres un Lan, y los Lan cuando se enamoran... Simplemente no tienen escapatoria. Jeje creo que si viviéramos en otro mundo, hasta abandonaría mi título por amor, es un sentimiento peligroso" Pensó XiChen mientras por fin, se servía otra taza de té llena. ¿Quién sabe si sus conclusiones son certeras?

Al fin, decidió no pensarlo mucho y tener confianza en sí. Volvió a acomodarse en el sofá y activó su portátil, iniciando el trabajo de analizar algunos casos que dispusieron en sus manos. Fijó una alarma para las 3:30 p.m, sería el momento en el que empezaría su búsqueda. Él mismo lo dijo, dejaría que todo fluya como debe de fluir.

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El Jiang había tenido una mañana amenamente agotadora, tuvo dos reuniones distintas con inversionistas extranjeros, no es que haya sido complicado, pero poner en marcha su inglés y alemán lo dejó cansado.

Su mirada se dirigió a el reloj colocado en su escritorio, marcaba exactamente el medio día. Las horas son largas cuando estás aburrido, haces algo que no te gusta o no tienes una mente ocupada; y son cortas cuando estás divirtiéndote, haciendo algo que te apasiona y tu mente tiene cosas en qué pensar.

Tal vez faltaban cinco horas y media para que un algo invisible se defina, pero él sentía que ese momento llegaba demasiado rápido. Lo abrumaba, emocionaba y confundía.

SEIS CASUALIDADES DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora