Capítulo 9

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Mientras tanto, en otro lado del gran jardín, se encontraba Toy Chica tras del celoso de Toy Bonnie, iba siguiendole tratando de calmarlo, ya que había entrado en razón y sabía que lo que había hecho no fue lo correcto.

—¡Amor, escúchame un momento! ¡Por favor! —rogaba la muchacha rubia mientras seguía al peliceleste—. ¡Por favor!

Había logrado acercarse y tomarlo del brazo, pero Toy Bonnie se soltó de su agarre bruscamente.

—¡No me toques! ¡Vete y déjame solo! —la reprendió.

—¿Por qué? —pregunto nerviosa.

—¿Y todavía lo preguntas? ¡Desgraciada! ¿Debo soportar el tacto de una mano infiel como la tuya?

—¡Ah, no me trates así! —suplicó adolorida la Rubia—. ¡Fue un error lo qué pasó allá! No merezco que me trates así.

—Ah, ¿y aún te atreves a excusarte? ¡Aceptas estar a solas con otro! ¡Y me abandonas el día de nuestra boda!

—¡Pero no fue culpa mía! —suspiró.

Toy Chica ahora había adoptado una forma serena y empezó a hablarle de forma dulce y tranquila.

—Además, ¿que temes? Tranquilízate amado mío —dijo con dulzura—, no me tocó nada —mintió mientras se le acercaba, pero Toy Bonnie rápidamente se alejó de ella—. ¿No me crees? ¡Ingrato!

—Mmmm...

—Haz conmigo lo que quieras, pero... después hagamos las paces, por favor —después de esto Toy Chica bajo la mirada, como acto de sumisión—. Pégame si quieres, yo esperaré los golpes —cerró los ojos—, adelante, pero por favor perdóname...

—Sabes que no soy capaz de pegarle a una mujer —dijo Toy Bonnie acercándose a ella, comenzando a calmarse ante el comportamiento de Toy Chica.

—Yo me quedaré aquí como una corderita, esperando tus golpes... —abrió poco a poco los ojos y vio que su amado se estaba calmando, vio que ya estaba más tranquilo y siguió hablando de forma dulce y seductora—. Ya veo que no eres capaz, quiero paz vida mía —dijo mientras se le acercaba y le agarraba las manos—, contentos y alegres pasaremos noche y día juntos.

El peliceleste cayó en los encantos de Toy Chica, y ella claramente se dio cuenta de esto, por lo que hizo que la abrazara de la cintura mientras ella ponía sus manos sobre los hombros de él.

—¡Mira como ha logrado seducirme esta maldita bruja! —pensó el peliceleste correspondiendo a los tactos—. A los hombres se nos hacen los sesos agua —agregó a sus pensamientos.

Mientras tanto, a lo lejos se escuchó la voz de Springtrap.

—¡Prepáralo todo para una gran fiesta! —fue la exclamación escuchada a lo lejos.

Esto alarmó a la pareja, pero sobre todo a Toy Chica.

—Amor, escucha, es la voz del caballero. —dijo Toy Chica nerviosa.

—Bueno, ¿y qué? —dijo Toy Bonnie con indiferencia.

—¡Ahí viene!

—¡Pues que venga! —prosiguió restándole importancia al hecho.

—Ojalá pudiéramos huir de aquí.

El rostro de Toy Chica comenzó a palidecer  como resultado de su nerviosismo, alterando a Toy Bonnie.

—¿A que le temes? —la miro bien, examinando su cara y se empezó a alejar de ella— ¿Por qué te pones pálida? Ahhh... ¡Ya entiendo! Tienes miedo de que yo sepa lo que ha ocurrido entre ustedes dos —agregó molesto, era claro que sus celos regresaron.

—No otra ves, amor escúchame por favor...

Así pues, Toy Bonnie tomó la decisión de esconderse para ver por sí mismo lo que haría Toy Chica cuando Springtrap llegue: quería saber si ella le era fiel, quería saber qué ocurrió entre ella y Springtrap.

Toy Chica también se escondió, pero para su mala fortuna Springtrap la encontró.

—Bonita mía —dijo entonando una extraña melodía a sus palabras mientras se paraba detrás de la rubia, a lo cual ella intentó escapar de él, pero la detuvo—. Ya te he visto, no huyas.

—Déjame que me vaya... —le suplicó ella.

—No, quédate, dicha mía —pidió el conejo dorado.

—Por favor, si hay piedad en su corazón...

—Sí, bien mío, soy todo amor —la interrumpió—. Ven aquí un momento, quiero hacerte feliz.

Springtrap se acercaba a Toy Chiga cada vez más, pero en ese momento salió Toy Bonnie de su escondite provocando que Springtrap se alejara rápidamente de ella.

—Afeminado... estabas escondido, ¿se pude de saber por qué? —dijo seriamente Springtrap mientras Toy Bonnie lo miraba con mucho odio y desprecio—. Tu hermosa doncella, no puede la pobrecita... estar sin ti.

—Entiendo, si señor... —contestó el peliceleste.

—Ahora, ¡vengan conmigo! Hay fiesta en mi palacio, vamos a bailar los tres con los demás.

—¡Pues vamos a bailar! —contestó la pareja al unísono y así finalmente se fueron los tres a la fiesta.

Don Giovanni (FNaF) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora