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Universidad, aquél lugar donde JiMin va pero no quiere hacerlo y por esa razón se encierra en su mundo dónde solo está acompañado por la música qué le gusta.

Era raro qué ahora no se hayan acercado a golpearlo, pero se esperaba qué en el salón lo harían.

¿Sospechas?, Eran verdad, como siempre, las ratas de alcantarilla número doce, cuatro y diecinueve lo recibieron con unos golpes.

Mientras veintidós y trece miraban a lo lejos lo qué pasaba.

YoonGi iba a empezar el reto cuándo se le dé la gana empezarlo.

Mientras tanto, solo iba a ver cómo le golpeaban a el chico suicida de la universidad.

Se había vuelto parte de su rutina diaria al ir a la universidad, ver cómo golpean a JiMin.

Aquel mencionado, solo veía a todos con odió, la mayoría tenía el miedo de qué en algún momento se le vuele más la cabeza y algún día vaya a matarlos a todos.

Sí, mucho ver series y hechos de hace años, claro que sí.

Pero bueno, ¿Qué más se podía esperar JiMin de aquellas ratas?, Qué sean unos idiotas qué desperdician oxígeno, el cuál más personas se lo merecen.

—¡Vamos maldito inadaptado!, ¡Dilo!, ¡Dí qué eres un maldito juguete de todos los qué supuestamente “Te amaron”!.

—¿Que?, ¿Quieres que diga que soy un juguete cuándo tú eres lo mismo para tus “amigos”, así como ellos lo son para tí?, ¿Sabes?, El qué tus padres no te hayan prestado atención cuando eras un niño no es problema mío, suficiente tengo con saber que los  míos no me querían como para tener que soportar que los tuyos tampoco te hayan prestado atención.—dijo, esperando a que el chico reaccioné agresivo y golpeándolo, pero todo estaba en silencio—¿Qué?, ¿Acaso tengo razón?, ¡¿Tus padres jamás te dieron atención y buscas desquitarte con alguien mucho más jodido que tú?.

—¡Cállate, maldito suicida!, Déjenlo ya, no quiero meterme en un problema enorme al momento de qué la señorita profesora nos vea golpeando un bicho raro.

Y así, soltaron a JiMin, el cual se levantó yendo a su lugar, guardando sus audífonos y su teléfono, pequeños rasguños, era lo que este tenía en la pantalla.

Al igual qué los otros, se fueron a sus lugares, JiMin dejó pensando a aquella rata, diecinueve solo se quedo pensando en eso que le había dicho aquel suicida.

—¡Buenos días jóvenes!.—dijo aquella mujer, lo mismo de todos los días, “Buenos días, maestra”—¿Hicieron el trabajo que les enc-... JiMin, ¿Y esos golpes?.

—Nada importante, ni siquiera me importan, puede continuar lo que decía.

—Amm... Bien, ¿Hicieron sus trabajos?.—se alejo no muy convencida, en definitiva, hablaría con JiMin en el descansó.

...

Cada alumno pasaba al frente a exponer cada uno de los integrantes de su familia, hasta que llegó el turno de JiMin.

El cual, se levantó tomando la supuesta cartulina que debía tener fotos de su familia, pero no las tenía.

Abrió la cartulina una vez estando frente a la clase.

La maestra miraba con confusión, en JiMin se notaba la sonrisa fingida, era bastante falsa, pero sabía actuar bien.

—Bueno, esta es mí familia, sí, está vacía, porque yo no tengo familia, y si la tuviera, diría que no la tengo aún.—dicho eso, en vez de hacer una reverencia de agradecimiento por la atención, mando todo eso a la mierda yendo a sentarse y borrando aquella sonrisa que tenía, mirando seriamente al suelo.

°≈{<El suicida y el homicida†∅ ‡YM‡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora