Octubre de 1918 clínica del doctor Martín cerca del hogar de Pony.
– Buenas tardes doctor – saludó Candice Leagan al entrar en la pequeña clínica.
– Buenas tardes Candy, ¿Qué haces aquí? Todavía deberías estar en reposo, apenas pasó un mes desde...
– ¿Cómo está doctor? – saludó la rubia interrumpiendo al galeno – agradezco su preocupación, pero ya me siento mejor, no quiero seguir encerrada, lo único que hago es pensar y....– la joven rubia tragó saliva pues se le formó un nudo en la garganta.
– ¡Candy...! Sé que no hay palabra alguna que te reconforte, perder a un hijo es... ¡Si lo sabré yo que perdí al mío junto con mi esposa! Pero tú eres joven – externo el doctor posando su mano sobre el hombro de la rubia – cuando te recuperes podrán intentarlo de nuevo.
– No sé si querré hacerlo otra vez.
– Verás que sí, pero dime... ¿A qué has venido? Te repito que deberías estar descansando, es peligroso que andes caminando.
– Me ha traído el chófer, no he andado más que para subirme del auto y pues...yo... yo quería...– la rubia se secó las manos sudorosas en la falda de su vestido color menta.
– ¿Pasa algo malo?
– ¡No! Es que... cómo todavía no puedo salir mucho venía a ver si podría prestarme un libro en la casa no hay ninguno de mi interés.
– Claro hija, el que quieras.
La rubia caminó hacia el estante que estaba en el fondo.
– ¿Podría llevarme este? – inquirió tomando uno de empastado verde oscuro.
– Por supuesto Candy, aunque no sé qué buscas en eso, es solo un viejo libro de fórmulas para los remedios, de los pocos que quedaron después del incendio.
– Candy – llamó Dorothy entrando al lugar – ya terminé las compras.
– Está bien Dorothy, ya voy, gracias doctor, se lo devolveré luego, tengo que irme, nos veremos pronto.
– Adiós Candy, cuídate mucho y sigue guardando reposo.
– Así lo haré doctor, gracias de nuevo.
Dorothy tomó a Candy del brazo, caminaron despacio hasta el auto negro donde, con ayuda del señor Stewart -el chófer- abordaron para regresar a la casa Leagan.
– ¿Qué es eso? – preguntó la mujer a Candy señalando lo que abrazaba contra su pecho.
– Es, si mal no recuerdo, dónde podré encontrar mi libertad – proclamó la rubia para luego mirar hacia el paisaje que le brindaba el pueblo por la ventana del vehículo.
Lakewood actualidad
Habitación de Candy.
– ¿Sabes a qué he venido hoy? – preguntó la rubia.
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Tal vez, algún día
FanfictionLos años pasaron y muchas cosas han cambiado, Candy se ha casado con Neil, Terry se ha separado de Susana cada uno ha hecho su vida, pero acontecimientos misteriosos hacen nacer las dudas en Terry, ¿será posible lo que él ve o cree ver?. Lo que naci...