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El cuerpo de Catra voló frente al capó de la camioneta, despedazado como una bolsa de basura saltó por encima del techo del vehículo. La sangre brotó frente a su cara y se derramó en el suelo, formando un espeso charco que se extendía cada vez más y más. Adora no se podía mover, estaba completamente quieta, como si su cuerpo pesara miles de toneladas ella estaba clavada en el suelo. La sangre continuaba corriendo, ahora la camioneta apuntaba sus luces encendidas a su rostro y apenas podía ver, cuando la puerta de la cabina se abrió caían cataratas de sangre, esta llegaba a sus manos, comenzaba a manchar lo todo. Al fin pudo levantarse y gritar, corrió hacia la camioneta para encontrarse con todos sus amigos muertos, cuellos rajados, nada lindo de ver. El cuerpo inerte de su ex mejor amiga yacía en el asfalto, ahora un río carmín.

"No pudiste evitarlo perdedora"

La voz de Catra retumbó en su cabeza, dolía, más fue suficiente para despertarla. De inmediato unos brazos envolvieron su abdomen y sintió un peso sobre si, un aroma suave y dulce se abrió paso por su nariz y le reconoció al instante. Pero no reaccionó como su amiga esperaba, aunque esta última no sabía que esperar. Su vista estaba perdida en la nada, no emitía sonido alguno, ni siquiera se movió más que cuando se levantó agitada.

"Adora por favor dime como te sientes, dime algo" La voz de Glimmer estaba casi quebrada, sus ojos rojizos e hinchados indicaban que había llorado. ¿Por qué? No lo entendía, la rubia tenía la cabeza en blanco.

"Glim, tranquilízate, ella puede estar pasando por una etapa de estrés postraumático, es algo normal... Adora bebe un poco de agua" Otra voz  femenina se abrió paso por sus oídos, esta era mucho más suave y tranquila, más las notas de preocupación seguían ahí.

La ojiceleste tomó el vaso y lo observó, en su rostro no había ni la más mínima expresión. Vio su reflejo, tenía vendas en el cuello, un pómulo morado y varios cortes pequeños. Acercó sus labios resquebrajados al vaso y una vez el agua fresca tocó su lengua no pudo dejar de beber, extendió el vaso para que se lo rellenaran, con la misma expresión vacía, lo tomó otra vez casi desesperada y pidió nuevamente que lo llenaran, por fin su sed se había saciado después del tercer vaso.

El silencio prosiguió, por días, Perfuma decía que tal vez sus cuerdas vocales tenían algún daño pequeño que se le había pasado cuando analizaba, pero al menos habría presentado signos de dolor, por lo que la teoría no cuadraba. Adora volvió dos días después a su rutina normal, asistiendo a clases, al gimnasio, evitaba las reuniones con la rebelión, y a sus amigos en general.

Silencio

Vacío

Aquella sensación había absorbido por completo a la ojiceleste. Adora había sido arrastrada a un foso lodoso y espeso, y no tenía ni una pizca de voluntad para salir, no luego de haber conducido a la castaña hasta su final, no luego de haber puesto en riesgo a sus amigos. Ella no tenía fuerzas para salir, ni para hacer nada. El frío de su apartamento vacío era confortable, confortable a un nivel extraño, porque lo odiaba, pero se sentía tan familiar que le resultaba cómodo. Hasta el último segundo de su tiempo libre lo pasó encerrada en su habitación, esquivando el descanso, pues cada vez que cerraba sus ojos el cuerpo de Catra se despedazaba otra vez, cada vez que sus párpados se unían veía a sus amigos morir sin que esta pudiera siquiera hablar. Adora se ahogaba en sangre ajena cada vez que intentaba dormir, y eso no estaba bien, eso la estaba desgastando, hundiendola en un desalentador pesimismo a cada segundo. Aveces se levantaba a beber algo de agua, cuando su garganta estaba tan seca que comenzaba a toser, aveces se miraba al espejo, cada día estaba más descuidada. Sus cabellos rubios enmarañados, los labios rotos y resecos, ojeras tan grandes y oscuras como las de un mapache, definitivamente no estaba nada bien.

Wrong ways (Catradora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora