Wrong ways (Catradora)

2_Disobedient

"Acabaron con el escuadrón de Mermista y tuvieron que retroceder" Comentó preocupado un chico Moreno tecleando algo en su tableta y levantando la vista a sus amigas.

"El mes pasado fue Perfuma... Ahora Mermista... ¿Que está pasando?" Alterada preguntó una muchacha de cortos cabellos teñidos de rosado y violeta. Una rubia pensativa bebía una caja de jugo de manzana mientras sus amigos discutían sobre el tema, aprovechando la hora de almuerzo que tenían libre.

Al final Catra estaba haciendo lo que prometió, por primera vez los rebeldes se enfrentaban a un gran problema, y la habían infravalorado, debían admitirlo. Pero siendo realistas ¿Como podía ser posible que con la llegada de tan sólo una nueva capitana a la fuerza los hordianos estuviesen arrasando? Adora estaba conciente del poderío y habilidad que la joven de mirada felina tenía a su favor, y aún así no le dio suficiente importancia. Estaba muy distraída pensando en ella, pero no de la manera en que desearía. Ella debería estar pensando en fortalezas y debilidades, saber donde atacar, pero en su lugar estaba pensando como volver a hablar con ella, invitarle un café, abrazarla otra vez.

Catra era menor que ella, por un par de años, y ya estaba ocupando un puesto importante en la horda, pero no se imaginaba cómo. Por lo general el cargo de Capitana requería tener bastantes misiones exitosas, un entrenamiento extremo, los demás capitanes eran adultos y hasta viejos. La chica policía había mencionado que vio morir compañeros a los 13 años, para ese entonces Adora aún estaba en la horda, pero no le tocó ver tales cosas. Sabía que Catra era enviada a "entrenamientos especiales" ambas estaban entre los grupos de élite pero eran diferentes. ¿Acaso había logrado su prestigio a base de misiones desde pequeña? Eso era impresionante, y le entristecía, en especial ahora que le veía sentido a varias cosas. Como que siempre estuviese alerta, que no pudiese dormir de noche a causa de las pesadillas, que le molestara tanto perder cuando las hacían combatir o la cantidad de veces que iba al techo de las instalaciones a llorar. Pero no podía sentir lástima o cariño por ella, no debía, la rubia también estaba comprometida con su causa, no importa cuanto le doliera estar lejos de su ex mejor amiga.

"Así que las chicas están en problemas... Bow ¿Cuando se llevan a los detenidos a la Fright Zone?" Interrumpió la discusión de sus amigos acabando con su jugo y poniéndose de pie.

"Todos los viernes cargan a los criminales en un camión blindado en el que van en celdas individuales" Contestó el joven leyendo la información de su tableta.

"Vale entonces tenemos dos días para sacar a todos de ahí... Un día para planear, y un día para ejecutar" Exclamó con confianza Adora.

"Uh... ¿Olvidas nuestras clases?" Agregó la más bajita con intriga.

"Nos la hemos arreglado antes y lo haremos ahora, vamos Glimmer más confianza. Pasado mañana Perfuma, Mermista y todos los demás volverán a las calles" La rubia tenía convicción, estaba segura de que de alguna manera las cosas se darían.

Terminada la hora del almuerzo cada quien volvió a sus clases normales. Balancear su vida universitaria y la rebelión era todo un trabajo, pero lo habían estado haciendo bien y no se rendirían en un momento como este. Adora pasó gran parte de sus clases divagando y tomando apuntes, así se mezcló Picasso, quien al parecer había pintado un "camión blindado con ruedas débiles" en una catedral. Debería pedir nuevos apuntes, pero al menos ya tenía la idea de un plan.

Llegada la noche, un grupo de jóvenes se reunía en una habitación de una vistosa casa. Con el bosquejo de un plan ideado por la rubia comenzaban a buscar las posibles fallas y mejoras que podían hacer, cuatro cabezas pensaban extrañando a un par. Frosta, la más joven de ellos con 15 años, era quien mantenía la cabeza más fría a la hora de planear, era una joven enérgica y algo atolondrada pero sabía comportarse con madurez cuando se necesitaba, y garabateaba borradores una y otra vez charlando principalmente con Glimmer, para saber como atacar la estación de policía central, donde tenían a sus amigas. Mientras Adora debatia con Bow sobre el camión que llevaría los presos a la Fright Zone, si el rescate de la estación salía mal, preferían que no pero siempre hay que tener un Plan B, deberían atacar el vehículo antes de que saliera de la ciudad. Aquella noche los rebeldes no pegaron un ojo hasta que decidieron que el plan era perfecto, el día siguiente se la pasarían durmiendo, una falta a clases no hacia daño a nadie.

"Glimmer cariño, se les hará tarde para sus clases, bajen a desayunar" La tranquila voz de Ángela, madre de la nombrada, sonó desde afuera de la habitación recibiendo una adormilada respuesta afirmativa por parte de su única hija. "Debo ir a trabajar, que tengan un buen día chicos" Con ello finalizó su saludo y comenzó su jornada.

"Ahora me sentiré culpable por quedarme a dormir en lugar de ir a la uni" Expresó la bajita cubriéndose con colchas y tomando una posición más cómoda.

"Al menos intenta verte como si no lo disfrutaras" Replicó entre risas el moreno recostandose en un puf rosado y cubriéndose con una manta.

"Yo no necesito dormir, creo que iré a clases, o Ángela me perseguirá en sueños" La rubia tomó su chaqueta y, luego de los reclamos de sus amigos por no descansar bien, corrió a su departamento a un par de cuadras de distancia, no quedaba lejos por suerte.

Tomo una ducha rápida y escogió un atuendo sin pensarlo demasiado, una remera holgada de mangas cortas con la leyenda "warriors" en el frente, shorts celestes y zapatillas rojas. Busco una campera roja y blanca, pues se ponía fresco por la tarde, el otoño estaba llegando. Se aseguró que fuese una con capucha, en su mochila guardo un cuaderno, lapicera, y un par de cosas que necesitaría para el ataque que darían esa noche. Alimentó a una pequeña minina anaranjada con rayas que ronroneaba muy agradecida por su alimento blando y leche tibia y se despidió. Corría apurada para llegar a tiempo, se le estaba haciendo tarde, pero de algún modo llegó a su primera clase. Todo transcurría con normalidad, aunque los ojos celestes se movían nerviosos de un lado a otro, y miraban su reloj de muñeca cada tanto en espera de que la jornada escolar terminara, esa noche rescatarian a sus amigas si o si.

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Ahora si se viene lo chido.jpg