Dos jóvenes adultas caminaban alteradas de un lado a otro en la desordenada habitación, debajo de sus ojos se destacaban oscuras manchas, consecuentes del poco descanso que habían tenido en aquel tiempo. La más alta correteaba al baño para acomodar su corto cabello blanco, y era luego empujada por su compañera de coletas, que acomodaba apurada una camisa con corbata sobre su cuerpo. No era tarde, el tiempo les sobraba, pero la noticia las había alterado.
"Trapta muévete, no puedo ver si el delineado está bien"
"Eres más alta Scorpia, solo hazlo más arriba"
Las chicas salieron corriendo del apartamento una vez acabaron de arreglarse un poco, subieron a la camioneta de la ojicarmin y salieron veloces a la calle. Se detuvieron en un Mc Donalds y pidieron algo para desayunar, ir con el estómago vacío podía causarles más de un inconveniente, más estaban algo indecisas, por lo que terminaron cargando además de latte y croissants, cajitas felices, hamburguesas triples y otras cosas mas.
"Cuidado casi te comes esa motocicleta!" Vociferó nerviosa la de ojos negros jalando el volante con una mano y sosteniendo las bebidas con cuidado en la otra.
"SON UNOS ANIMALES!" Gritó la más bajita sacando la cabeza por la ventana y volviendo sus ojos cansados al camino.
Lo cierto es que habían sido tiempos duros, las chicas estaban agotadas, eso se notaba a simple vista. Habían pasado ya meses desde lo sucedido a su mejor amiga, nada era igual en su ausencia, estaban acostumbradas a ser dirigidas por ella, y no es que fuesen incapaces de tomar decisiones, claro que no, era simplemente el vacío que las carcomia.
En retrospectiva, y dada la posición en la que estaban, no era raro perder a un amigo, conocido, subordinado o incluso superior de vez en cuando, se asumiría que estaban bien preparadas para afrontar el asunto de la muerte y demás. Pero todo es fácil hasta que el Ángel negro toca a la puerta de alguien realmente allegado, es cuando se dieron cuenta que de hecho no estaban preparadas en lo más mínimo. Los primeros días, Scorpia no había dejado de llorar, había lastimado sus párpados refregando sus manos en estos, y sus mejillas se habían paspado. Entrapta no podía trabajar correctamente, estaba demasiado espaciada, torpe, y cada tiempo libre lo pasaban en sus respectivos cuartos, no encontraban palabras para comunicarse. El panorama era deprimente, y así pasaron días y días en los que la incertidumbre se hacía carne y el vacío se volvía cada vez más conocido. No sabían que pensar, que creer ¿Que sucedía luego de la muerte? Se debatían, una de ellas creía en algo, la otra en algo más, pero fuera la religión que fuera, sabían que su amiga mo estaba destinada a ir al cielo precisamente, y esto era por demás preocupante. ¿Y si no había absolutamente nada? Seria muy solitario para ella ¿Cierto? Y así pasaban día tras día, tomando el tema con mucho cuidado y timidez.
"¿Que crees que sucederá ahora? Cuestionó la joven musculosa clavando su vista increíblemente preocupada sobre la conductora. Esta la miró de reojo, parecía un cachorro triste.
"No lo sé... No me gusta ser citada por Hordak en estos términos, me da mala espina.." Habló la mayor con la vista en el camino y un rostro consternado.
"Espero poder dormir una buena siesta luego... Ya sabes, una buena..."
"Comparto el sentimiento... ¿Crees que Catra nos acompañe?"
El silencio volvió, era algo incómodo, tal vez necesario. Los meses habían pasado tan lentos, ahora hacía frío, entraban al otoño. El otoño podía significar muchas cosas, dependiendo la persona, había quienes decían que se trataba de la estación más romántica, otros la relacionaban a la nostalgia y la melancolía. Los colores rojizos y marrones se destacaban en el clima frío, estaba nublado y había algo de niebla.
Scorpia observó por su ventana las calles, estaban húmedas por la llovizna de la noche anterior, sin embargo bastante gente caminaba feliz, abrigados y tranquilos. Una madre corría detrás de un enérgico chiquillo que a toda costa quería saltar en cada charco que se le presentaba con sus pequeñas botas amarillas, sin embargo la increíble melancolía que invadía la mente de la peliblanca le impedía disfrutar el paisaje. La joven miró sus manos, eran prótesis, frías y metálicas, recubiertas por una piel sintética, de la mejor calidad, y aún así se sentían extrañas. Recordaba con gran detalle el accidente años atrás en el que perdió la mitad de ambos brazos en medio de una contienda contra los rebeldes, había sido algo traumático, la pérdida de sus extremidades principales, sin embargo se mantuvo positiva todo el tiempo, sacrificó partes de su cuerpo por algo bueno y justo.
"Oye Scorpia, ya estamos aquí.."
La voz de la ojicarmin logró despabilarla, estaban frente a un amplio edificio, color blanco y gris, de arriba a abajo espejado. La tensión las agobiaba, Entrapta suspiró con pesadez y bajó del vehículo, pero la ojinegro se quedó mirando los vasos de latte que llevaba en sus manos. La joven de coletas se acercó y abrió su puerta, era comprensible que su amiga reaccionara de ese modo.
"No queremos llegar tarde amiga... Vamos" Insistió la mayor acariciando el brazo de Scorpia.
"Tengo miedo Trapta... No quiero recibir más malas noticias..." Una mano pequeña se posó sobre su cabeza con torpeza y acarició con suavidad, la de coletas no era muy buena con las cosas que conllevaba emociones de por medio, pero vaya que lo intentaba.
"Estaremos bien... No puedo prometerlo, pero no estamos solas al menos" Habló en un tono más suave la chica y ayudando a su amiga a cargar los vasos. "Yo también siento esa cosa en el estómago y quiero vomitar, pero hey, nos sentimos mal las dos, vomitaremos juntas luego"
El pequeño "discurso motivacional" de Entrapta dibujó una alegre sonrisa en la más alta, quien salió del vehículo y caminó por el estacionamiento junto a la chica. Ingresaron al edificio mostrando sus identificaciones y placas, uno a uno subieron los pisos en el ascensor. La instalación era bastante intimidante, más no había un rastro de polvo o tierra, nada era asimétrico, tan estructurado que asfixiaba.
Por fin llegaron al último piso, pusieron sus placas sobre una pantalla, y pasaron por un escáner de retina que les permitió el acceso a la enorme oficina. De frente había un escritorio, blanco y rojo, y detrás de este un enorme sillón, cuando las chicas estuvieron a 5 metros del escritorio se detuvieron, y el sillón se giró. La imponente presencia del tirano les provocó un escalofrío desde un extremo a otro de la columna, una mirada tranquila y una sonrisa arrogante acompañaban el importante rostro.
"Bienvenidas hermanitas... Espero no hayan tenido ningún problema en el camino..." Saludó el alto hombre sosteniendo su mejilla en su mano y ofreciendo a las chicas tomar asiento frente a él. Las chicas obedecieron sin rechistar, nadie le negaba nada al hombre.
"Es un honor estar frente a usted Horde Prime... Pero ¿Por qué el señor Hordak nos mandó a llamar?" Indagó la científica con respeto.
"Oh si querida, iré directo al grano, he de suponer que están hasta la coronilla de trabajo" Respondió con suavidad el mayor levantando su mano y chasqueando los dedos con una elegancia que tan sólo él podía tener. "Hermanita, ven a ver a tus amigas... Estarán ansiosas de reencontrarse"
De un lado de la habitación entró Hordak con la mirada seria y las manos detrás de la espalda, traía a alguien detrás de él. La joven ingresó vistiendo una camisa con corbata perfectamente acomodada, arremangada hasta el antebrazo, más casi no había piel al descubierto, llevaba unos guantes de cuero negro de fina producción y debajo de la ropa un traje de neopreno negro.
"Lista para servir señor" La voz ronca y aguda llamó fuertemente la atención de las chicas, quienes hicieron de tripas corazón para no romper en llanto al ver a su amiga.
"¿Que le hicieron..?!"
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Ahí los dejo B^)
Gente me meti a una laguna con el celular en el bolsillo y casi pierdo todo jajajajajaja
La estupidez no tiene límites dijo el Einstein

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Wrong ways (Catradora)
Fiksi PenggemarEl gobierno de todo un país ha sido tomado a base de fraudes y engaños por Horde Prime, un ambicioso político mañoso y siniestro. Catra, una joven oficial de policía, fue premiada con el cargo de Capitana de la Fuerza policial y enviada a Bright Moo...