Frío y sin modales.

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La música resonaba contra las paredes del estudio, el eco se hacía en los pasillos, producto de que él había dejado la puerta abierta mientras ensayaba. Se dejaba llevar por la música en la habitación vacía de estudiantes, pues ya los había mandado a todos a su casa.

Algo lo había estado motivando últimamente para hacer una coreografía, y él no podía mentirse a sí mismo sobre en qué pensaba todo ese tiempo. Su mente iba una y otra vez al momento en que estuvo con SoonYoung la otra noche, aquel momento en el que solo fue él, sin pensar en su dolor. Sin que su mente jodiera todo lo que tenía. Aquella sensación que se apoderaba de sí mismo con la música ahora se mezclaba con los recuerdos de una noche que no olvidaría jamás, porque le gustaba cómo aquel chico que salió de la nada logró algo que ni él mismo pudo hacer.

Solo detener a su mente bastó para encontrar un poco de paz en su corazón.

Hasta ese momento aún no se percataba que la persona de la que tanto su corazón parecía alegrarse de haber encontrado, estaba situada contra el marco de la puerta, viéndole moverse en silencio. Por supuesto, lo notó en un momento dado y detuvo sus pasos, su respiración agitada en conjunto con el sudor de haber estado entrenando por dos horas. Su mano peinó hacia atrás sus cabellos desordenados y le dio una sonrisa pícara al chico que aplaudió lento y pausado.

-¿Te consideras un espía?

Hoshi solo negó con su cabeza antes de darle una pequeña sonrisa. -Tenía curiosidad sobre tu habilidad de baile, así es cómo le dije a SeHun que me diera algo de información.

Había tomado una toalla de mano para secarse un poco, aunque tenía que ducharse. Eso llevó a su mente a rincones oscuros, lugares en los que solo estaban los dos.

-¿Quieres ducharte conmigo? -Le preguntó mientras se acercaba para darle un beso, el cual Hoshi esquivó y eso lo hizo sonreír-. En todo caso, deberás esperar diez minutos.

-Por mucho que me agrade la idea de ducharme contigo, y es que es una oferta muy tentadora, no tenemos mucho tiempo. Y de verdad quiero ver ese estreno. -Repasó con sus ojos el cuerpo de la persona con la que salía y mentalmente se dijo que habría potra ocasión-. Vete antes de que me arrepienta.

Kai se rió y lo tomó por la cintura. -Tú eres todo un caso, pensé que realmente vendrías conmigo.

-Bueno, soy un baúl de sorpresas. -SoonYoung rodeó su cuello con ambos brazos.

Él acercó sus rostros lo suficiente como para poder comerle la boca. Comenzaba a tomarle gusto a besarlo, una de sus manos acarició suavemente el cabello del menor, disfrutando como sus dedos se deslizaban por las hebras suaves de color grisáceo. Sus labios se sentían suaves contra los suyos, y al tomar uno entre sus dientes sintió en momento exacto en que su aliento chocó contra sus labios. Podría solo despojarlo de sus ropas y mostrarle que eso era mejor que ir a ver una estúpida película, que los diálogos que dijeran sus pieles, gemidos y roces eran solo mil veces mejor.

Pero eso no fue lo que pasó.

Porque una parte de sí quería ese recuerdo, quería que su memoria regresara al momento exacto en que vio una película con él, aunque no sabía muy bien porqué. Así que se duchó y se cambió rápidamente, tomando su bolso con una mano y saliendo al encuentro del menor. Con la mano que no estaba ocupada agarró la mano del menor y entrelazó sus dedos, al salir del lugar el atardecer hermoso que se había originado llamó su atención.

-Ponte allí, quiero tomarte una foto. -Le dijo al menor, señalándole el lugar donde debía pararse.

Estaba entre medio de dos árboles cuyo color de hojas era de un color bronce, y en el cielo las nubes se tintaban de un púrpura suave mezclado con diferentes tonalidades de rosa y anaranjado. Le pidió a Hoshi que sonriera, eso causó que sus ojos se cerraran por completo en finas líneas y entonces tomó la foto. Tomó varias en realidad.

Orbit. [Hermanos Kim #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora