Expulsado por Alcoholica

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"¡Eres un maldito hijo de puta!"

                        

Tocando un feroz solo sobre la barriga de Lars evitando cuidadosamente la palanca de trémolo

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Tocando un feroz solo sobre la barriga de Lars evitando cuidadosamente la palanca de trémolo.
Fotografía por William Hale.
              
                 

San Francisco, con su floreciente escena de clubes para tocar y vigorosos fanáticos metaleros, probó ser un lugar cálido y acogedor para Metallica. Tocamos nuestro primer show con Cliff el 5 de marzo, en The Stone. El 19 de marzo tocamos por segunda vez, en el mismo club. En el medio, grabamos otro demo y vimos cómo aumentaba nuestra popularidad. Parecía como si nos hubiésemos apoderado de la ciudad en cuestión de unas pocas semanas. Tampoco a nadie parecía importarle la invasión; en realidad había un buen ambiente allí, con un montón de bandas persiguiendo objetivos similares, tocando y amando el mismo tipo de música, que resultaría conocido como Thrash Metal. Los celos y las poses que caracterizaban a la escena de clubes de L.A. prácticamente no existían en la Bay Area, y nosotros entablamos fácilmente una hermandad con otros músicos, en especial (e irónicamente, según resultaría), con los de la banda Exodus. En un punto incluso yo me convertí en hermano de sangre con algunos tipos de la banda. Quiero decir, hermanos de sangre reales: cortándonos nuestras manos e intercambiando fluidos de una manera que, en retrospectiva, dado los estilos de vida que llevábamos, solamente puede ser considerada imprudente [1].


De todos modos, Metallica parecía estar moviéndose a toda velocidad. Una mañana en abril de 1983, salí de la cama, con los ojos borrosos, con resaca y apestando como queso cottage podrido, y vi que había un U-Haul [2] estacionado en la entrada. Todo había sucedido tan rápido que yo ni siquiera sabía (ni, francamente, me importaban) la mayoría de los detalles. Si alguien se pregunta por qué me convertí en semejante controlador más adelante en mi carrera, bueno, esa evolución tiene sus raíces aquí mismo. Yo estaba absolutamente contento de dejarme llevar por la aventura.

El demo No Life Till Leather había viajado hacía el este y había terminado en las manos de un tipo llamado Jon Zazula. "Jonny Z" era el dueño de una popular tienda de discos en New Jersey llamado Rock and Roll Heaven que era famosa por encontrar y promocionar artistas underground. Él también aspiraba a ser productor de discos, después de escuchar el demo, y ver la reacción que provocaba entre sus clientes, Jonny Z le ofreció a Metallica la oportunidad de hacer un par de shows en New York y sus alrededores, y ayudar a la banda a conseguir un contrato discográfico. La mayoría de las discusiones en referencia a este arreglo se hicieron sin mi conocimiento ni participación. Algunos días después, cuando llegué a New Jersey y descubrí que mi nombre no estaba en ninguno de los contratos y me puse un poco nervioso, Lars sugirió que yo estaba exagerando.

Así que lo dejé pasar.

Supongo que podría culpar a Lars o a James o incluso a Mark Whitakker por haberme hecho a un lado de la discusión, lo cual hicieron, pero yo también tengo que asumir la responsabilidad por no haber mantenido los ojos bien abiertos. Estaba muy ocupado follando y destruyéndome. Estos tipos eran mis amigos, y más allá de nuestros eventuales desencuentros, confiaba en ellos.

Mustaine: A Heavy Metal MemoirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora