¿Quién embarazó a Percy Jackson?

01

Todo comenzó con leves sospechas después de observar al líder del campamento actuando más extraño de lo usual.

Normalmente engulliría su desayuno como si de una aspiradora se tratara y se serviría más, pero una mañana, Percy salió corriendo del comedor y las hijas de Afrodita corrieron la voz de que estuvo vomitando en el baño. Cuando le preguntaron, solo dijo que se levantó con náuseas, que solo era un dolor de estómago. Esa fue la primera alerta.

Los días siguientes fueron más extraños. Percy ya no podía estar más de una hora entrenando porque se dejaba caer agotado y fatigado. Ni siquiera logró seguirle el ritmo a Clarisse después de que lo provocara. ¡Algo iba muy mal! Esa fue la segunda alerta.

Un día lo encontraron llorando en su cabaña mientras veía "Buscando a Nemo" (en un dispositivo que Leo inventó y Connor robó para él), así que las sospechas aumentaron y... ¿Saben qué? No, eso era totalmente normal, Percy siempre lloraba cuando veía "Buscando a Nemo".

El punto culminante fue cuando Percy vació su estómago durante el desayuno. Eso no sería raro si sus malestares permanecían, ¡pero eran panqueques azules! Percy sería capaz de tragarse su vómito para no desperdiciar la comida azul.

¿Qué le estaba pasando?

Entonces, sus amigos más cercanos lo enviaron a la enfermería para que lo revisaran. Sin embargo, se desvió del camino cuando vio una mariposa y decidió que era lo suficientemente interesante como para seguirla.

Cuando le preguntaron cómo le había ido, respondió:

—¡No es nada malo! Al parecer solo fue intoxicación por la, eh... comida. Sí, eso... ¿Quién diría que la comida podría enfermarte? ¡No lo puedo creer! ¡La traición!

Entonces lo dejaron pasar y todo siguió con normalidad, si puede ser normal que Percy falte al entrenamiento con la excusa de:

—¡Estoy a un segundo de arrancar la estúpida puerta si vuelven a decirme que vaya al maldito entrenamiento!

¿Qué le estaba pasando a Percy?

Nadie podía decirlo, pero si Will había dicho que era intoxicación por la comida, eso debía ser. Así que lo dejaron en paz.

Pasaron algunas semanas así, donde le daban espacio al hijo de Poseidon, pero lo cuidaban a la distancia. Sin embargo, todas las alertas y brillantes luces rojas se encendieron cuando lo vieron rechazar las galletas azules de su madre.

¡¡Eso era el colmo!!

—¡¿Percy se está muriendo?!

—¿Qué le pasa?

—Me gritó el otro día por estaba respirando y era muy molesto para él...

—...Lloró cuando le dije que pisó a las hormigas...

Esos fueron varios de los diálogos que se escucharon por el campamento.

Como nadie entendía qué pasaba y las cosas estaban cada vez más extrañas, corrieron a Will para gritarle que la intoxicación por comida no provocaba eso y que era un idiota por su diagnóstico sacado de la manga. Pero Will los miró confundido.

—...Percy no ha venido a la enfermería en meses —dijo.

Su nerviosismo se notaba porque los amigos del hijo de Poseidón decidieron pulir sus armas mientras hablaban con él.

¡La sobreprotección era lo que mataría a Percy si seguían así!

Will, sabiamente, no lo expresó en voz alta.

Los días pasaron y el hijo de Apolo comenzó a prestar atención al comportamiento de Percy, y después de una ardua (y obligada) recopilación de datos, creyó tener la respuesta.