Lo primero que vi al salir a la terraza fue a un Jumin con un traje muy elegante, el siempre vestía así, pero esta vez tenia uno más especial. Lo siguiente que noté fue que la terraza era toda nuestra, no había nadie más, y lo último que vi fue el paisaje.
No era tan de noche y aún se podían apreciar los últimos rayos de sol despidiéndose. Era realmente verano, pero el calor excesivo evaporaba el agua muy rápido y por eso había muchas lluvias. Pero esa vez si se sentía verano, los edificios altos parecían tocar el cielo que oscurecía en tonos anaranjados.
Fue sin duda lo que más me agradó, el tierno recuerdo de que estábamos en una época brillante y no gris como parecían estos últimos días.
—Buenas noches MC —saludó Jumin extendiendo su mano. Accedí dársela porque creí que íbamos a estrechar nuestras manos como la vez que nos reencontramos, pero me sorprendí cuando sentí un suave tacto en el dorso de mi mano.
Eran sus labios, estaba besando mi mano. Eso aumentó mi ritmo cardiaco.
—Hola Jumin —sonreí nerviosa y apenada mientras soltaba mi mano.
—Espero no haberte molestado —agregó mientras corría la silla para sentarme—. Quise celebrar contigo lo bien que nos fue esta semana gracias a ti.
Tal vez, después de todo no era una cita...
—No me molesta para nada —dije siguiéndolo con la mirada para verlo rodear la mesa y sentarse frente a mí.
—Quería aprovechar el tiempo para agradecerte también, te debo mucho.
—No es nada realmente, me gusta mucho ayudar —sonreí quitándole importancia. Jumin sonrió, lo suficiente para verlo feliz, le brillaban los ojos.
—Quiero hacer tu estancia aquí lo más feliz posible, si hay algo que te moleste dímelo —estas pestañas postizas me molestan mucho, pero de ahí en fuera nada.
Solo le sonreí pasando por sobre mis ganas de vomitar, los nervios no me dejaban en paz, sentía que cualquiera podía vernos y cualquiera era mi mamá, aún si en aquella terraza solo estuviera un parlante con música de violín y nada más que nosotros dos.
—¿Quieres comer? —no quería ser grosera y rechazar su invitación, además, ¿qué más se puede hacer en una cita?
—Claro, me gustan los dulces —dije divagando inconscientemente— aunque cuando es demasiado me gusta contrastarlo con algo salado.
—Me encargue de que el restaurante cumpla con todas tus expectativas, yo invito esta noche.
Sentía el corazón en la garganta, me invadía el no saber qué hacer, nunca salía así con alguien a solas.
—No soy tan exigente como crees —dije nerviosa acomodando mi cabello y viendo hacia otro lado.
—¿Te cortaste el cabello? —soltó de repente haciendo que saliera de mi transe nervioso.
—Ah... —toqué mi cabello de nuevo recordando la cara de Jinmi cuando vio que había cortado casi 10 centímetros de pelo—. Tuve un accidente con las tijeras.
—Te queda muy bien, me encanta.
—¿En serio? Fue algo muy improvisado —podía ver que estaba siendo sincero.
—Totalmente —se compuso sobre su asiento— sabes, creo que lo improvisado en ti es una maravilla.
—¿Por qué lo dices?
—La estrategia que impusiste en la compañía fue un total éxito y fue improvisado, ¿no?
—Bueno, si... un poco —admití.
ESTÁS LEYENDO
Mi entera mitad (Jumin x Mc)
RomanceAmistad, felicidad, amor paternal, amigos y sobre todo suerte... Tantas cosas buenas y MC no tenía ninguna de esas. Pero todos cambian, al menos un poco. Y esta vez era el turno de MC Claro, muy tarde porque hay muchos obstáculos... como por ejemplo...