5- una rosa

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-¡HAAA NO PUEDE SER SE ME OLVIDO EL ESCRITORIO! PERO QUE CABEZA LA MÍA, HAAAAA! -Se lamento Mina mientras manejaba, pero se negó a regresar, ya mañana lo llevaría. Esta vez sin desayunar por quedarse dormida, se apresuró a llegar al departamento de Kunzite.
Al llegar se percató de la musica otra vez en alto volumen. toco la puerta, el timbre no servía, -(recuerda apuntarlo en la lista de pendientes) -Se dijo. al no recibir contestación entró, el olor a comida le despertó el estómago que comenzó a rugir haciéndola sentir un hueco. quiso regresar y tomar algo del refrigerador de Serena pero ya estaba allí, y para el horario que se había impuesto ya era tarde. En el momento en que miró hacia la cocina una llamarada se alzó de la sartén frente a Kuznite provocando un grito en ella, Kuznite al escucharla la miró y sonrió, apagó el fuego de la estufa y esperó a que la llamarada se consumiera por completo para alejarse. Tomó el control y bajo el volumen de la música.
-¡Buen dia! Bienvenida a tu trabajo. -la saludo alegremente y se acercó a ella. -¿ya desayunaste? Espero que no. Ven siéntate. -la tomó del brazo. Mina aún un poco sobresaltada no reacciono al gesto de Kunzite y se dejó guiar por él hasta el countertop color marfil, se sentó en el banquillo y respiro hondo...
-por diós! Pensé que quemaría todo el departamento...
-debo de confesar que también a mí me tomó por sorpresa jajaja! mi omelet acaba de estropearse. -le dijo sonriendo.
-valla está de buen humor hoy.
-lo estaba, esa costumbre tuya de llamarme señor acaba de arruinármelo. -Frunze el ceño simulando enojo. -no soy muy mayor a ti... ¿cuantos años tienes?
-eso no se le pregunta a una mujer.
-ho vamos! ¿Te avergüenzas de tu edad?
-No. tengo 23 años...
-hoooo valla... te gano casi por 10 años... ok retiro lo dicho.
-jajaja entonces... puedo seguir llamándolo señor?
-haaaaaaa! Eso fue... solo si no te enojas cuando te diga que pareces de 30 años... JAJAJAJAJA! -Kunzite suelta una carcajada por la cara que Mina puso al escucharlo decir eso.
-No... no luzco de 30... que cruel es usted...
-y volvemos... si me llamas una vez más señor te despediré. -eso sonó más a una advertencia que a una broma. Mina se quedó callada y Seria apretó los labios. Su estómago rompió el silencio y se sonrojó.
-veo... escucho, más bien, que no has desayunado. -le dice haciendo su espalda hacia atrás y cruzando los brazos sobre su duro pecho.
-No, antes de comenzar a trabajar ¿puedo salir por algo de comer? -le pregunta como si él fuera su jefe, pero al ser el cliente debe de ser algo precavida.
-mejor, te invito a desayunar. Te llevaré a mi restaurant favorito. Te sirven unos omelets a tu gusto con papas exquisitos y el café ni se diga es excelente. -le sonríe y su expresión es de antojo.
-No se si sea correcto... es mejor que...
-¿porque? ¿No te gustan los omelets? Tienen menú variado. vamos, yo soy quien ahora paga tu trabajo y...
-¿me estás chantajeando? -Mina le pregunta haciendo una mueca de disgusto al mismo tiempo que se incorpora del banquillo.
-No, te estoy invitando. Anda vamos, no tendrás problemas. -Kuznite se dirije a su habitación dejando a Mina pensativa, al instante sale con un pequeño bolso de caballero y las llaves en su mano. Abre la puerta del departamento y le hace una seña a Mina con su cabeza para que saliera. Ella duda por un instante, pero el hueco en su estómago le rogaba ir, así que camino y salió.
-de acuerdo. La verdad muero de hambre. -le sonríe. Entraron en el ascensor y allí noto lo alto que el era. Le puso atención a su perfume por primera vez. Era delicioso, miro el reflejo de Kunzite, su playera negra y unos Jeens con unos converse, lucia muy atractivo con su cabello recogido en una coleta tipo guerrero japones Y sus brazos ho! Sus brazos y todo su cuerpo le llamaba a gritos que lo tocara, que se restregara en él como si de una sábana se tratara, solo que en vez de suaves sábanas era un duro, exquisito y bronceado abdomen bien definido. Mina sintió acalorarse, entre más lo miraba más sentía esa sensación de calor en su cuerpo. Se sonrojó y río bajo al fantasear que estaba enredada en unas sábanas blancas completamente desnuda con él sobre ella haciendo...
-Hace calor he! -Interrumpió su fantasía con una simple oración. El miraba de reojo el reflejo de su acompañante, se miraba tan guapa y linda con sus Jeens ajustados y unos sencillos tenis blancos, la blusa azul cielo de hondas en los hombros dejaba ver un poco su cintura, era pequeña, y se le antojaba pasar sus manos alrededor de ella, oler su cabello perfectamente peinado con esa diadema blanca, le miro sus labios y quiso probarlos, quiso saber a qué sabía su boca, su cuerpo, su fantasía fue más allá de un simple beso, ¿y si paraba el ascensor y la besaba allí mismo? ¿Que pensaría ella si la besaba a la fuerza? O si se atrevía a ir más lejos...
-si, está muy ufff! Caliente... -Esperaba que eso no sonará muy morboso.
-y cuéntame ¿desde cuando trabajas en la constructora? -trataba de apartarse esa idea alocada de su cabeza.
-desde este lunes, tú eres mi primer proyecto dentro de la constructora.
-¿tu primer proyecto...? -la miró incrédulo.
-en la constructora si. Antes de venir aquí, ya había realizado otros trabajos.
-de remodelación... -le pregunta el peliplata mordiendo su labio apartando la mirada de su reflejo y bajando su bolso para ocultar cierta reacción. 
-si, también de construcción y paisajismo. -le contestó con orgullo, sin mirarlo pues le dolería el cuello si lo miraba cada vez que le contestara, aparte que se no quería mirarse mal al mirarlo tanto.
-¿y que construiste? El volcán en la secundaria no cuente he. -los dos rieron.
-le diseñé una cabaña a mi padrino. Una re-construcción a un vieja mansión del pueblo y ciertos cambios en la casa de mi padre entre otros pequeños proyectos. -Aunque su padrino le había dicho que nunca minimizara sus logros, lo que menos quería era sonar altanera y presumida. Su celular sonó.
-Ha, buen día señora Luna...
-No lo se no la he mirado desde ayer, solo nos mandamos mensaje por la noche...
-muy bien yo le diré en cuanto la loc... adiós... -Luna terminó la llamada si importarle que Mina aún no terminaba de hablar. Enseguida marcó a Serena. Pero no contestó, le dejó un mensaje de texto.
Kunzite observaba cada movimiento que hacía, su cabello rubio y lacio y largo le llamaba la atención. -(valla que es educada). -Se dice a mi mismo al escucharla hablar por teléfono, y eso le provoco una sonrisa.
Salieron del ascensor en el nivel del estacionamiento. Mina siguió a Kuznite y se subió a su coche cuando él le abrió la puerta.
-(¡diablos! No mire qué tipo de carro es ni las placas!) -pensó para sí. Pero no se sentía en peligro. Kuznite saco su celular y contesto una llamada y se tardo un par de minutos, cuando subió en el coche al final lo dejó y sin decir palabra alguna arranco, su semblante había cambiado al hombre serio que miró por primera vez.
Aunque solo se dirigieron algunas preguntas y las repuestas eran cortas y concisas Mina no supo que más agregar a la conversación se sintió algo incomoda. Noto la seriedad de Kunzite Así que para relajarse solo disfruto el paisaje que miraba mientras el auto avanzaba. El tratado de apartar es llamada de su hermana y se alegró al ver cómo Mina observaba el paisaje.
Salieron de la ciudad por una carretera que pasaba junto a un rio, allí miró a patos volando y algunos en el agua y la vegetación típica de un manglar.
Bajo la ventana y disfruto de la brisa matutina.
-valla ¿acaso no habías mirado los manglares?
-No! Es la primera vez que veo esta parte, jamás me imaginé un paisaje así junto a una ciudad.
-y... ¿no temes que te secuestre? -su voz sonó seria, de nuevo. Mina dejó de sonreír y lo miro. Su expresión era confusa y sintió cierto nerviosismo.
-¿porque lo dices?
-porque no nos conocemos, porque te acabo de sacar de la ciudad hacia un lugar que ahora se que no conoces...
-No se atrevería. -Mina puso su mano derecha en el asa de la puerta lista para abrirla y la otra en el broche del cinturón. Kuznite al mirar esto se orilló temiendo que fuera a saltar del coche en movimiento.
-No, por Dios! Mina tranquila... solo fue una broma... JAJAJJAJAJAJJA! Por dios tu cara! Jajajajaja.
-valla el bromista regreso. - respiró pesado cerrando los ojos.
-jamás aria tal cosa a alguien que me agrada. Y tu me agradas. -Mina lo miro, nunca nadie le había dicho esas palabras, al menos no un hombre. se quedó sorprendida y se sonrojó. -Bueno, tampoco lo aria aunque no me agradaras. -la mira seria y sonrojada y sonríe, cada que le dice algo similar nota que se sonroja, en definitiva era porque no a tratado con hombres, se decía El chico. -no soy secuestrador. bien ya casi llegamos. no te desabroches ni intentes salir del coche. -rio con una amplia sonrisa mostrando su blanca dentadura. Puso en marcha el Coche y llegaron a una finca que servía como hotel, allí había muchos carros estacionados bajo el rayo del sol, algunos turistas caminaban por los jardines llenos de árboles y fresca sombra. Los sonidos de animales invadieron el lugar, patos, algún relinchar de caballos y diviso algunas ovejas y cabras bebés jugueteando con niños. Mina estaba maravillada y siguió a Kunzite que la miraba sonriendo como observaba el lugar. entraron al restaurant, o más bien al área de comida, ya que estaba al aire libre, delimitado por arbustos y una pequeña cerca blanca, era amplia y el techo era sostenido por gruesos pilares de ladrillo rojo, de él pendían abanicos de madera, era flanqueado por las copas tupidas de los árboles que ofrecían una sombra y un aire fresco y acogedor. Tomaron asiento, las risas y canciones de cumpleaños sonaban en algunas mesas.
-No pensé que te gustaran este tipo de lugares.
-¿porque lo dices?
-es demasiado concurrido y ruidoso.
-jajaja. de echo no vengo muy seguido aquí. Solo vengo cuando estoy de buen humor.
-asi lucias en tu departamento, pero en el coche... volviste a ser serio. -Kuznite se sorprendió por lo comentado, si, ella lo había notado y eso le sorprendió.
-Bueno, mi humor disminuyó hasta un 30% por culpa de mi hermana pero tú lo elevaste hasta el 80%
-¿y que tendría que hacer para que llegara al 100%?
-mmm. Tal vez ponerte a corretear con los otros niños y esas cabras bebés en un mameluco de ositos. -Mina se quedó seria, hiso una mueca que a Kuznite le provocó una risa.
-soy arquitecta no una payasa que vende globos y hace malab... -Mina calló de repente provocando un sonido extraño de su boca por callar, pues a ellos se acercó una payasita con una peluca color verde brillante con un enorme moño rosa y de lunares rojos. con su traje a rallas de colores vendiendo rosas rojas. Le ofreció a Kuznite que no aguantaba la risa por tal obra del destino. Mina roja de vergüenza agacho la mirada sin poder responderle a la payasita que se alejo con su enorme sonrisa sin que le compraran alguna rosa.
-no puedo creerlo, esto solo me pasa a mi. -dice tocando su frente y sonriendo contagiada por la risa de Kuznite.
Después de unos minutos su orden llegó. El mismo omelet para los dos: espinacas, champiñones, y tomate bañado en salsa holandesa y aguacate, junto con unas salchichas y papas semidoradas. Al mirar semejante platillo se arrepintió de pedir la malteada. Pero que al final disfruto como nunca y termino todo. Su hambre era mucha así que desayuno sin cohibiciones.

-No puedo creerlo estuvo delicioso.! Muchas gracias por la invitación. espero poder repetir este desayuno. -le dice mientas salen del área de comida.
-claro! La próxima pagas tú... jamás imagínate que comieras tanto ¿lista para el postre?
-¿que? No yo ya no puedo comer más. Estoy por reventar. Y si, con gusto pagaré yo la próxima vez. La comida es una delicia que no me puedo privar. -le sonríe y se aleja a mirar la orilla del Río que pasaba cerca de allí al escuchar el celular de su acompañante sonar de nuevo.
Después de admirar por unos minutos más el lugar se dirigió al coche donde Kunzite la esperaba recargado en el, con el celular aún en su oído, decidió permanecer unos pasos alejada para darle privacidad y mientras trató de comunicarse de nuevo con Serena sin obtener respuesta de esta, ni su mensaje había sido respondido, aún así le mando un mensaje de voz pidiendo que se encontrara bien.
-Mina Aino, vamos. -la llamo y subieron al coche. -Mina camino desde el otro extremo del camino, se frenó al mirar una moto aproximarse pero una pequeña salió corriendo detrás de ella y casi era atropellada, Mina se lanzó por ella cayendo al suelo pero salvando a la pequeña que asustada se levantó y llamaba a su madre llorando. Mina en el suelo revisaba a la pequeña para ver si tenía alguna herida mientras el tipo se levantaba del suelo fúrico.
-¡ERES UNA IDIOTA!
-¡EL IDIOTA ERES TU POR CONDUCIR A EXESO DE VELOCIDAD EN ESTA ÁREA! -le grita Mina en respuesta tratando de levantarse, Kunzite llegó asustado junto a Mina y la mira con cara de espanto se levanta al escuchar las quejas del tipo y lo encara, la mamá llega también asustada y Romana la pequeña en sus brazos agradeciendo a Mina y llamando a los de seguridad.
-¡No te metas! -le ordena a Kunzite que está apunto de soltarle un golpe. -es culpa de ellas. -Kunzite solo respira pesado, su mandíbula está apretada.
-Kunzite. Haaa -Lo llama y se queja Mina levantándose del suelo con la rodilla adolorida y su brazo lastimado con unos raspones. Los de seguridad llegaron y la madre de La Niña les explica la situación, el tipo de la moto se hace la víctima y pide le paguen la reparación de la moto, Kunzite Va junto a Mina, se coloca a su lado como si fuera un escudo, el tipo enojado trata de acercarse a Mina que le reclama su falta de seguridad vial y Kunzite la abraza para evitar que se aválense hacia el tipo que en un acto de rabia levanta un puño para golpear a Mina, Kunzite lo empuja tiene los puños apretados, los de seguridad lo detienen, regresa junto a Mina y escucha como otro guardia les dice que lo tienen grabado todo y que en efecto fue culpa del tipo. Kunzite respira cuando corren al tipo y lo verán de por vida, a Mina y a Kunzite le dan una cortesía por un año de servicio gratis, las veces que quieran al día pueden ir a desayunar, comer cenar u hospedarse cuando o las veces que desearán.
-No hace falta puedo caminar. -le dice la rubia a su acompañante cuando la cargo por sorpresa para llevarla al auto.
-Tu rodilla está lastimada. -dice serio.
-No es para tanto. -
-Parece que no mides la magnitud del accidente. -le responde mientras la acomoda mejor en sus brazos mediante un saltito provocando que Mina se sostuviera de su cuello.  
-la magnitud hubiera sido más trágica si la pequeña hubiera salido lastimada.
-¿que hubieras echo si yo no estuviera allí? El tipo casi te golpea.
-¿eso es lo que le molesta? ¿El haber actuado como defensor? No se lo pedí.
-¿que hubieras echo de yo no haber estado Mina? -su preocupación sonaba más a molestia.
-acobardarme no. Hubiera arriesgado mi vida para salvar a la pequeña y hubiera enfrentado al tipo ese. -le responde y Kunzite vuelve a acomodársela a propósito y Mina aprieta el agarre en el cuello del que ahora le cuestionaba su actuar.
La baja y abre la puerta y ayuda a que se suba Y de nuevo se alejaron hacia la ciudad.
Al llegar al departamento Kunzite aún algo molesto se despidió de ella dándole un tierno beso cerca de sus labios y entregándole una rosa que le había comprado a la payasita mientras la esperaba en el estacionamiento. mina se quedó sin palabras por tal detalle, y el, sin decir más, salió.
Un par de horas más tarde regreso y volvió a admirar a Mina en el suelo boca abajo moviendo los pies al ritmo de la música que sonaba en sus auriculares, sonrió de nuevo al mirarla allí en el suelo con la rosa en el borde de la pantalla sostenida por tape.

Quiero estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora