10 - Sorpresa

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Entraron en la ducha. Se besaron y se enjabonaron.  Sonrieron y se abrasaron. Las palabras no hacían falta.

Unas horas después, en la cama Kuznite comenzó a recoger su cuerpo con besos  bajo la sábana. las caricias por sus manos despertaron a Mina. cuando lo miro el se hundió en su intimidad a besos, las piernas de Mina estaban abiertas dejando expuesto su sexo ante el, el que ahora se saboreaba su feminidad a besos y provocaban espasmos y gemidos en ella. Su espalda se arqueaba. El calor de su boca en ella la llenaba y le provocaban fantasías que jamás imagino. Con el.
El siguió hasta que por fin Mina terminó.
Se acercó a ella sonriendo. Y la abraso. Mina respiraba agitadamente. Derrepente se subió sobre ella y comenzó a besarla, Mina totalmente mojada y sonrojada por lo sucedió. Lo miro y se arqueó cuando él la penetro de nuevo. El dolor no fue tan intenso como la primera vez, al contrario sintió más placer. se aferró a las sábanas por no querer lastimar más a Kuznite, ya que en la ducha tenía bastantes rasguños provocados por ella.
-Mina me estás volviendo loco... -Kuznite le dijo con su voz grave mientras la hacía suya otra vez. Mina no supo a qué se refería con eso. Pero no quiso preguntarle. solo se dejó llevar otra vez por el placer que él le provocaba.
Por la mañana exhausta y cansada dormía plácidamente acurrucada junto a él. Él la observaba mientras jugaba con su cabello. Al recibir una llamada se separó de Mina  y fue a la sala para no despertarla. Mina salía del cuarto envuelta en una bata morada de satin, Frotándose los ojos. La observo, sus piernas su paso al caminar, su cara adormilada, sintió regocijo, se acercó a ella y la cargó llevándola hasta la cama de nuevo, se acostó con ella sobre su pecho.
-¿cómo estás?
-No se. Sedienta y cansada -rio bajo. 
-por supuesto. -también rio. -adolorida, eso se te quitará más tarde. -Mina escondió su cara bajo su brazo.
-No te avergüences. ¿Acaso no te gusto?
-si, no... no se que decir.
-si o no.
-siii! Solo que...
-No fue lo que esperabas...
-fue mucho más... aunque las flores y las fresas quedaron a un lado. -rio y el también.
-Mina, tengo que irme. -La sonrisas de ella se esfumó. Se puso rígida y su rostro se ensombreció. Penso que como ya estaba satisfecho era momento de decir adiós. Bien. Pues no lloraría, no delante de él. Se quedaría satisfecha por lo sucedido y ya.
-bien. Entiendo. -se levantó y entró al baño. Se esforzó para que las lágrimas no salieran. Kuznite tocó a la puerta y entró. Mina estaba frente al espejo cepillando su cabellera, intuyendo lo que pasaba él se acercó por detrás y la abrazó por su cintura. La giró y la besó de nuevo. Mina no pudo detenerlo, no quería. Kunzite la besó por el cuello y en su pecho, le dejó una marca, Mina se quejó al sentir el dolor provocado por esto. la miró sorprendida.
-volvere por lo que me pertenece. eres mía. No lo olvides. Volveré antes de que se borre. -la besó en la boca y salió del baño. Cuando Mina decidió salir, miró que él ya no estaba. Ni alguna de sus cosas. Se sintió vacía, se dejó derrumbar en la cama y unas lágrimas comenzaron a salir...

La semana pasó y no tenía noticias de él, ni en el departamento lo habían mirado.
Los trabajos continuaron, asta  concluidos dos semana después. Mina incluso se quedaba hasta la madrugada pintando o haciendo otras cosas para ver si se aparecía por allí, incluso se quedó dormida allí en el piso. Pero Kuznite nunca apreció.
-querida ¿pasa algo? -le pregunta Pez.
-noup. ¿A que te refieres? -le contesta Mina sentada en su escritorio jugando pensativa con un lápiz pensando en Kunzite.
-Estos días te he notado algo sería. Por cierto, hace unos días hablé con el bombón de tu cliente -Mina dejo caer el lápiz y la miro - quedamos en salir alguno de estos días. Ese cuerazo de hombre no se me escapa, es perfecto para mi.
-¿de verdad?
-siiii -Pez se sienta en la esquina del escritorio de Mina y comienza a relatarle sus pensamientos como si hablara con su mejor amiga. -Lo investigue un poco y tiene dinero, haaaa! Es guapo y rico y será mío. -Pez se va dejando a Mina pensativa. Ella lo llamaba sin obtener respuestas ni a sus mensajes. Se preguntaba si en definitiva solo fue la diversión de esa noche.

Quiero estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora