SEIS

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JiMin observaba con cariño el anillo en su dedo anular, dejando de lado su tarea designada: Cortar las verduras mientras Jungkook a su lado cortaba la carne.

¿Qué mejor que preparar la cena junto a su amado?

Dejó de mirar su anillo y volvió a su tarea inicial tomando el cuchillo.

Por un momento su vista se deslizó al alto y peli-negro hombre a su lado, con su típico rostro serio, concentrado en su labor.

Sonrió recordando tiempos pasados donde ese mismo rostro serio lo hacía suspirar como enamorado.

JiMin siempre mirándolo pasar al lado de NamJoon, guapo e impecable, de tacto tosco y mirada misteriosa, escondiendo su molestias y dolor. Siempre respetuoso y justo con los demás, nunca dejaba atrás sus valores ni principios, y sobre todo siempre dando todo de sí sin importar qué.

Eso era algo que tenían en común, dar todo de sí aunque no se enfocaban en las mismas cosas. Porque JiMin trataba de dar todo de sí a las personas y Jungkook daba todo de sí en sus responsabilidades.

Ambos se complementaban de esa forma.

El rubio lo miró unos segundos más y suspiró completamente enamorado.

Jungkook era tan encantador a sus ojos.

JiMin siempre disfrutaba analizar su perfecto ser por dentro y por fuera, recordando también lo que los une.

Abandonó su tarea y se acercó a Jungkook dándole un abrazo por la espalda y plantando un beso ahí. Escuchó una risa.

―¿Qué haces?

―Te doy mimos, amor.

Jungkook sonrió enternecido. Amaba las atenciones de JiMin con él, siempre tan lindo y haciendo cada caricia especial sólo para él. Momentos especiales que lo hacen sentir dividido...

―Oye, amor.―JiMin lo sacó de sus pensamientos.―Hoy NamJoon traerá a-

―Oh, sí, lo había olvidado.―Asintió.

A los segundos terminó de cortar la carne en tiras y se estiró para echarlo a la sartén, escuchó casi al instante como el aceite reaccionaba.

―Hm, ¿No me vas a soltar?―Giró entre los brazos del más pequeño y también lo rodeó.―Eres lindo, JiMin.―Vió su rostro risueño, sus mejillas rosadas y el cabello rubio dándole su toque angelical.

―Me lo dicen a menudo, Jeon.―Ronroneó su apellido, lo miró coqueto y Jungkook torció su sonrisa para sujetarlo de la cintura.

―¿Ah, sí? ¿Quiénes te lo han dicho?

JiMin abrió la boca para constestarle con coquetería como suele hacer, pero unas tiernas y agudas voces los interrumpieron. Los gemelos entraron corriendo a la cocina.

―¡Están tocando la puerta!―Jisung exclamó señalando hacia afuera de la cocina.

El rubio y el más alto se miraron para separarse con cuidado. Jeongsan se acercó a Jungkook para jalarlo sin cuidado de su camiseta hacia la salida y Jisung con cuidado tomó la mano de JiMin paga hacer lo mismo que su hermano.

―¡Vamos, vamos, abran la puerta!

―Hey, hey, ¿Porqué tan emocionados?

―¡Creo que hay un perrito afuera! ¡Un perrito!―Justo en ese momento se escucharon unos ladridos que hizo a JiMin entender todo.

Ya había llegado.

―Es ella, yo abriré la puerta.―Se apresuró a decir y caminó rápidamente a la puerta con Jisung y Jeonsang siguiéndolo.

Cenizas de un Amor | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora