TRECE

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Habían pasado tres noches desde la cena con NamJoon y el regreso de Jungkook a casa luego sel viaje a China. Su hermano le trajo una linda pulsera de la suerte a JiMin y la lleva consigo todo el tiempo. Ea de colores suaves y combina con todo.

Ahora mismo tiene la pulsera en su muñeca mientras peina a Jisung en la cama matrimonial que comparte con su esposo.

―Mamá.

―¿Hm? ¿Qué pasa, Jisung?

De alguna forma los gemelos empezaron a llamar a JiMin de esa forma a pesar de la charla que tuvieron. Él lo dejó pasar porque pensaba que era una fase y luego la olvidarían.

Solo espera que no lo llamen así frente a Jungkook, Miyeon o YeonJun. Porque aunque las cosas estén tranquilas en la casa Jeon, no quiere arriesgarse a que tomen a mal la forma en la que los niños lo llaman.

No quiere ser tratado como si quisiera sustituir a JiEun. No ahora que se está ganando un espacio en la familia Jeon.

―Creo que YeonJun está nervioso.

―¿Porqué lo dices?

Jisung apuntó hacia la puerta y JiMin se percató de la presencia del adolescente ahí. Con los brazos cruzados, una mirada intranquila y la suela de su zapato golpeando el piso con prisa.

No era usual ver a YeonJun demostrar una emoción de forma tan transparente.

Pero él sabía a qué se debía. Le alegraba tener esa confianza con YeonJun que surgió luego de que él lo consolara aquella vez.

―Ya está cariño, ahora baja para desayunar, tu papá está haciendo panqueques de plátano.―De agachó para acomodar su uniforme.―Ya está.

Jisung sonrió y rápidamente dejó un beso en su mejilla para salir corriendo.

El rubio sonrió mientras tomaba asiento en la cama matrimonial. YeonJun carraspeó. JiMin lo miró y le indicó que se acercara con una seña.

―¿Estás listo, YeonJun?

Él negó.―Estoy... nervioso.―Y como nunca sus mejillas se colorearon.

―Está hien sentirse así. Estás haciendo algo importante para ti, y las cosas importantes suelen ser difíciles.―Le sonrió con calma.

YeonJun arrugó la frente con preocupación.―¿Y si no paso la audición?

Una audición para el club de música de au escuela.

―Tonterías, pasarás. Tocas el bajo como ningún otro, y has practicado mucho estos días. Lo lograrás.―Tomó las manos de YeonJun.―Confío en ti.

―Me gustaría que papá me dijera lo mismo.―Sus labios a torcieron.

―En algún momento debes decírselo, es tu padre y él siempre querrá que sigas tus sueños, sean cuales sean.―YeonJun bajó la mirada, quitó sus manos de las de JiMin y se cruzó de brazos.

―Solo espero entrar.

JiMin hizo una mueca, se veía nervioso. Miró la pulsera en su mano y luego de pensarlo se la quitó.―Ten, cariño.

YeonJun se sonrojó por el cariño en su voz y vio la pulsera de colores pasteles. JiMin tomó su brazo y lo puso en su rodilla para poder ponerle la pulsera.

―Es una pulsera de la suerte, me la trajo NamJoon de China... Es casi idéntica a la que tenía cuando era niño así que es especial, pero te la regalo. La necesitas más que yo.

El adolescente se le quedó viendo al objeto cuando estaba en su muñeca. Sonrió un poco.

―Espero te ayude y quite esos nervios.

YeonJun sonrió sinceramente. Poco después dejó la habitación para ir al comedor.

JiMin se quedó un tiempo más pensando, luego bajó para desayunar.

Él tomó asiento al lado de la adolescente y de Jungkook. Tomó un sorbo de su vaso con jugo se naranja. Hoy su esposo se había lucido con la comida por los panqueques de plátano con chocolate y el jugo de naranja.

―Buenos días.―Miyeon saludó con una ligera sonrisa para volver a su charla con Jeongsan.

JiMin se dió cuenta que ella llevaba un vestido hecho con la tela que le regaló, y lo llevaría a la escuela. Luego sus ojos se posaron en Jisung comiendo con calma mientras veía a Jungkook y YeonJun charlar.

Le gustaba verlos al rededor de esta mesa. Compartiendo, charlando, discutiendo, riendo.

Se tomaba estos momentos para darse cuenta que era la familia que siempre había buscado, para amar... y ser finalmente amado como una familia sabe hacer. Al fin ese espacio en su corazón que la muerte de sus padres y los años de maltratos dejaron se estaba llenando de a pocos.

―¿Tú que dices, JiMin?

El rubio parpadeó confundido a la pregunta de su esposo.―¿Como dices?

―YeonJun dice que el partido de ayer fue malo, pero yo digo que fue justo, ¿Tú que dices?―Habló para tomar de su vaso con agua sola.

―Lo fue, ¿Verdad?―Dijo YeonJun.

―Dejalo hablar, además sabemos que dirá que fue justo.

JiMin soltó una risa.―Pierden su tiempo, no vi el partido de ayer. Estaba en mi trabajo y se supone que tú también estabas trabajando, amor.―Miró con los ojos entrecerrados a Jungkook quien sonrió nervioso.

―Claro que lo estaba...

―Que mentiroso papá, dile a JiMin como te la pasas viendo los partidos en línea en vez de hacer tu trabajo.―YeonJun mordió su panqueque con una sonrisa divertida.

―¡Papá, aparte de sucio eres flojo!―Miyeon se unió a la conversación.

Los gemelos rieron.

―Hablando de eso, ¿Porqué los niños te dicen sucio estos días, Jungkook?―La acusadora mirada que le regaló a su esposo lo puso nervioso.

―Por nada. Niños, ya vuelvan a comer o los castigo.―Amenazó con su tenedor de forma graciosa por la mueca y el sonrojo en su rostro.

―Hasta el tío NamJoon se lo dice.―Dijo YeonJun.

―No deben llegar tarde a la escuela, ¡Coman!

La adolescente rió.―Claro pa, que JiMin se encargue de ti.

Miyeon se burló para volver a su comida. YeonJun la siguió junto a los gemelos.

―¿Ya lo sabes, cierto?―Le susurró Jungkook.

―Claro que lo sé, pero quería molestarte.

Jungkook suspiró rendido viéndose avergonzado. JiMin se acercó para besar su mejilla.

―Descuida, puedes ser todo lo sucio que quieras conmigo.―Sonrió coqueto acomodando los lentes de Jungkook con su dedo índice.

Jungkook se sonrojó mientras Miyeon y YeonJun le hacían burlas a su avergonzado padre. Los gemelos y JiMin riendo.

Era un ambiente agradable. Y se dió cuenta que era la primera vez que participaba activamente en una plática durante la comida.

Sonrió por lo tranquilo que se sentía.

Terminaron el desayuno, los niños partieron a la escuela y ellos estaban a punto de ir al trabajo en el auto de JiMin.

―Te amo.―Dejó un beso en sus labios antes de salir de la casa para llegar a sus trabajos de la mano.

Definitivamente nada podría arruinar lo que había estado construyendo con la familia Jeon.

Cenizas de un Amor | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora