Destino o casualidad

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Es bueno tener grandes amigos como Emily y Kevin, lo malo es que se estén peleando todo el tiempo por ver quien hace el mejor papel conmigo. No han parado de discutir desde que salí de casa y los saludé. Luego la niña chiquita soy yo.

—Ya te había dicho que yo vendría por Selene. No hacía falta que vinieses tú Kevin.— dijo refunfuñando Emy.
—Y yo te dije que no me importa. — retruco Kevin con sonrisa burlona.
—Eres un pesado, no necesitamos tu ayuda para llegar a la escuela. Además Sele se despertó en cuanto la llame, hubiera llegado temprano de todos modos. — Emy levanta cada vez más su voz estirando su cuello en frente de mí.
—Eso no puede ser. Yo la llame 5:30 y fíjate que si me atendió. Tu jamás te levantas tan temprano. —Kevin imita el gesto de Emy y me tapan el paso.
—Porque ni falta me hace. No vivo tan lejos como tú de la escuela.— Emy grita a viva a voz.
—Y por eso yo…
—Chicos… chicos— les interrumpo— Ambos me han ayudado hoy y eso es lo que cuenta, ¿qué haría yo sin mis amigos del alma?
Ellos exageran girando sus cabezas a los lados opuesto para no mirarse y yo solo suspiro para evitar reír cuando miro a la vereda de en frente. Ahí viene pasando ese chico tan guapo e idiota con su pelo enmarañado y tan bien vestido. Se viste muy formal para ser tan joven.
Los chicos se dan cuenta que me he quedado atrás mientras ellos continuaban caminando. Emy me llama sacándome de mí asombro.
—¿ Que sucede Sele? ¿Qué estás viendo?.— Me pregunta Emy mientras se gira a mirar hacía la dirección donde iba ese chico— Aaa… ya veo, es ese chico tan lindo otra vez! ¿ A dónde irá tan temprano?
—Lo mismo me pregunto— le respondí.— Bueno, no lo conocemos, quizá valla a su trabajo.
—Quizá, quien sabe.  Responde Emy elevando un hombro.
—Oigan!! Si seguimos a este paso llegaremos tarde los tres esta vez— nos grito Kevin.
 

Se terminó la primera mitad del día, necesito desayunar. Nos disponemos a guardar nuestras cosas y salimos al corredor camino al patio. Tenemos nuestro sitio favorito debajo de un bello árbol de cerezos. Es nuestro lugar de encuentro y charlas interminables desde el primer día en la secundaria. Emy siempre trae sus cosas saludables y me recuerda lo importante que es mantener una dieta equilibrada, yo suspiro al ver todo lo elaborado que trae Kevin, echo por las manos de su madre claro, y yo no paro de comer mis papas y Coca-Cola.
—Eso no es un desayuno ni un almuerzo saludable Sele. Debes alimentarte bien o luego andas llorando que haz aumentado uno que otro kilo.— me dice con tono cansado.
— Lo sé, pero no puedo evitarlo. No existe nada más rico , después de la pizza, que esto.
—No te preocupes Selene, te ves preciosa con un kilo más o uno menos.— dice Kevin mientras no deja de masticar.
—Ya empiezas a hablar con la boca llena Kevin Psuvizki?— Le grita Emy muy enojada.
Y yo sigo comiendo feliz mis papas  aunque el mundo se esté por acabar, nada arruina este momento.

Llego a casa cansada de la escuela. Emy y Kevin han discutido tanto en todo el día que a penas y me han saludado al salir de clases. Cada uno salió en dirección a su casa.
Quito mis zapatos en la entrada, desabrochó mí pollera escocesa y me dispongo a tirarla junto con mí mochila al sofá de la sala cuando me doy cuenta de que no estoy sola.
—Papá!! ¿Qué haces aquí? Creí que no llegarías hasta en la tarde junto a ma… — me detengo al notar que alguien más está en la sala en el sofá de frente a papá. No puede ser cierto. Es… es…
—Hija, buen día. Te presento a Dárien. Él trabajará conmigo en el lugar de Ben, de hecho viene recomendado por él. ¿Qué te párese? Espero se lleven tan bien como lo hacías con Ben.
Creo que me olvidé hasta de cómo se respira.
—Es un gusto Selene— hizo énfasis al pronunciar mí nombre con una sonrisa de costado sin siquiera mostrar una pizca de sorpresa al verme.—  Tu padre ha estado hablándome de su familia y le asegure que nos llevaríamos muy bien, y es que me gustan mucho los niños.
No puedo evitar abrir mis ojos como platos. ¿Dijo niños?. Pero si en esta casa no hay niños. Yo ya cumplí 15 y mí hermano ya tiene 10, no es ningún niño. ¿Qué carajos quiso decir? Y por qué me mira con esa expresión tan burlona? Ay Dios mío!! Estoy en una calza diminuta negra que más que calza parece culote.
—Selene, hija. Haz el favor de vestirte y volver a bajar para almorzar.
—si papá, lo siento. Cómo dije, creí que estaría sola en casa.
Subo los escalones tratando de entender que hace ese chico ,¿Dárien? En mí casa. Entro en mí habitación y escucho el claxon del micro escolar que trae a mí hermano.
—Ay no…¿ él también va a llegar temprano hoy? Está va a ser una larga tarde.

Quiero ser tu HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora