Conociendo al antipático

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Se siente tan cálida mí cama bajo las frazadas, porque puede hacer 30 °C que aún así yo dormiría tapada hasta la cabeza, y es de este modo que permanecería perezosa hasta altas horas de la mañana si no fuese porque leves ronroneos invadieron mí habitación, a continuación comencé a sentir leves lamidos por sobre lo que sobresalía de mí cabellera, automáticamente di un brinco y ella se sobre salto como yo. Luna, mí gatita traviesa que se había ausentado en los últimos días había regresado con su madre, que la ama tanto.

— Luna!! — exclamé emocionada al verla de nuevo. — gatita traviesa,¿ dónde te habías metido? Hiciste preocupar a tu madre!. Mamá! Luna ha vuelto, luna ha vuelto.

Mí madre que de seguro estaba ordenando la habitación de mí hermano que está en frente de la mía, abrió de inmediato la puerta de mí cuarto y con una sonrisa de oreja a oreja se acercó a acariciar a la recién llegada.

— Hermosa ... que bueno que hayas vuelto. Ya te creíamos pérdida. Quien mejor que tú para despertar temprano a Selene ¿He?— dijo mí madre mientras mecía a la pequeña pero regordeta gata en sus brazos.

Mí madre al igual que yo adora a Luna, pero la situación con mí padre es distinta, entre ambos se han ido ganando el cariño gradualmente, porque había que ver la forma en que se detestaban al principio. Y en cuanto a Sami, él prefiere tenerla lejos, no le gustan en absoluto los pelos volando cerca de su rostro, ni hablar cuando Luna decide que su cama es el mejor lugar para echarse una siesta.

— Será mejor que tú madre te cuide mejor esta vez! — dijo mí madre mirándome con seño fruncido.

— Siempre he cuidado bien de ella mamá, lo que acabas de decir es injustificado.

— Lo justifica el hecho de que te la pases más tiempo en la calle que junto a ella en la casa.

La miro con ojos achinados y labios fruncidos.

Silencio. Me entra la culpa y lamento que sea cierto. Mí pobre gatita queda sola aburrida en casa mientras yo salgo por ahí a divertirme. Igual creo podré superarlo. Tengo que demostrarle a mí madre que sirvo para esto y decido levantarme para atenderla.

— Apresúrate, ya que estás levantada serviré el desayuno para ti también.— manifestó  mí madre mientras colocaba a Luna sobre mí cama y salía por la puerta.

Hija mía o no, no hay derecho de despertarme antes de las nueve de la "madrugada" y menos en fin de semana. De igual manera hubiera sido arrastrada de los pies por mí madre para sacarme de la cama así ella puede hacer su limpieza general del hogar ya que es día sábado.

Termino de hacer mis rodetes y peino los gruesos mechones que dejó libre sobre mí rostro cuando suena mí celular. Mensajes de Kevin mostrándome imágenes del lugar tan hermoso al que ha ido a pasar el fin de semana junto a su familia, por ello es que se debía ir temprano ayer. Me da un poco de envidia, si bien mí casa es amplia y también posee piscina, donde se encuentra Kevin párese estar rodeada completamente de árboles, es una cabaña en medio de un frondoso bosque, bellísimo. En fin...disfruta por mi, mí jovial amigo.

Bajo a la cocina y como es costumbre en sábado y domingo desayunamos los cuatro juntos. Ni bien terminamos, mí madre, literalmente nos corre para que ella pueda sentirse a gusto limpiando; como ya mencioné, es día de limpieza general. Es una especie de ritual para ella estar a solas con la música a todo volumen para poder realizar la limpieza y se siente realmente molesta si nos cruzamos por su camino cuando está ensimismada cantando sus canciones tomando por micrófono el escobillón.

Así es que cada uno ya sabe que debe dedicarse a realizar algo fuera de su vista para no estorbar. Mi padre se dedica al jardín mientras Sami le ayuda y yo aprovecho para dar una vuelta, hoy tengo la escusa de salir a comprar la comida de Luna y la llevo conmigo para asegurarme de que no será capaz de volverse a escapar.

Quiero ser tu HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora