BELLO IDIOTA

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Abrazada a mí misma tratando de protegerme del viento otoñal en el patio de la escuela, trato de prestar toda mí atención a las indicaciones de Emy para resolver los ejercicios de física. Los días pasaron, y con ellos llegaron los exámenes.

Fastidio es lo que siento al recordarlo.

— Entonces, así es como se resuelve. Y si lo que te piden a resolver es lo contrario, solo inviertes la fórmula. ¿ de acuerdo? — explica insistiendo Emy.

— Ah.. claro. Ya veo…

— ¿Entendiste?

—¡No! — profiero en tono de lamento. Emy se limita a suspirar con resignación y continúa explicándome.

Profiero un grito al escuchar el timbre de nuevo ingreso a los salones. No quiero entrar a esa tortura llamada física.

En vano trato de llevar a cabo todas las explicaciones de Emy al resolver los ejercicios. No padezco de dislexia o discalculia ni mucho menos. Pero simplemente al ver esa hoja de examen, mis ojos parecieran fallar y ver todo escrito en chino o algún idioma de caracteres desconocidos.  

***
—¿Cómo te ha ido mí bella Sele?—
cuestiona Kevin mientras posa su brazo sobre mis hombros.

—¿Cómo crees? — responde Emy anticipándose a mí respuesta.

—Pues si le haz explicado tú hace un rato y yo anoche. Debiera de haberle ido bien. ¿ No es así Sele?— inquiere Kevin enfatizando la pronunciación de mí nombre para que sea yo quien le responda.

—Eso espero. Yo estudié. Tal vez no como debiera, pero estudié.

—Te dije que aprovecharás el fin de semana para el estudio amiga. —  dice Emy en tono cansado.

—Lo sé , lo sé… pero saben que no me gusta y menos que menos pasarme un sábado encerrada.

—Pues no lo estuviste. Bien que te la pasaste genial en la casa de Dárien y tirándolo a la piscina ¿He? — codeándome con una sonrisa de costado Emy espeta con complicidad.

Los ojos de Kevin se abren desorbitados. 

—Ustedes también. Sobretodo tú Kevin. — le suelto mientras observo cómo se tornan de un rosado más fuerte sus pómulos.

—¡Ya! Si estuve pesado, lo siento. Pero gracias por haberse quedado conmigo y no haberme llevado en ese estado a mí casa.

Reímos al recordar las ocurrencias de ese día de Kevin mientras nos dirigimos a la salida y finalmente tomar caminos diferentes a nuestros hogares.

Camino embelesada observando como se han ido tiñendo poco a poco de tonos ocres las copas de los árboles, disfrutando de la belleza de la naturaleza mientras pienso en lo mucho que debo seguir estudiando para los exámenes siguientes de esta semana si no quiero que me valla como hoy.

—Ni modo. Estudiaré toda la tarde para que me valla mejor que en el examen de hoy.

—No me digas. Otra vez te ha ido mal en un examen cabeza hueca.

Siento como si me hubiesen dado un golpe por la nuca.
¿En qué momento llegue a mí casa? Y … ¿Por qué siempre tengo que hablar en voz alta?

—¿Qué haces ahí “paradote”? ¿Acaso esperabas a qué llegara para molestarme?

—Pues aquí trabajo. Y no estaba esperándote. Unos minutos más, minutos menos en el trabajo no me dañan. Y a ti no te dañaría estudiar un poco más.

—¡Si serás pesado!¡ Lo haces al propósito! Te quedas un rato más para verme.

—¿Qué? Pero si ni siquiera recuerdo que vives aquí. De echo no recordaría ni tu cara ni tus “double buns” si no te viera en todas partes. — espeta Dárien con aire despreocupado. Cada vez me fastidia más.

Quiero ser tu HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora