Chapter VII

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El cuervo se posaba en la rama, se oía el crujir con el peso del ave; talvez supo que la rama caería, pero sus alas estaban empapadas, no podía volar.
Sólo dió un parpadeo; quizá pensó en que sobrevivir no lo era todo, que cazar a ese ratón no valía su vida,  pero era un ave con el cerebro de un ave; a veces hay seres que no son aves y tienen el cerebro de uno. 

Volar, caer, morir.

Despegó sus alas con sus plumas mojadas y saltó sin pensar que la caída le podía matar. Del ave las plumas se convirtieron en piel, y las alas en largos brazos fuertes. Sus patas se volvieron piernas resistentes y su pico desapareció para darle paso a una mandíbula masculina; si había un depredador, corrió lejos al ver a la criatura convertirse en otra.

Y los ojos negros del ave, volaron hasta nublarse blancos y bicolores.



Desperté.

El techo de mi habitación estaba levemente iluminado con la luz de la mañana, aún sentía el resfriado que había pescado por salir cuando comenzó a llover, en mi defensa, no quería pasar una tormenta debajo de un kiosko viejo y apunto de caerse.
Papá me regañó, asique decidió traerse el trabajo a casa; está cuidándome. Me tomé medicamento para la gripe y me quedé arropada hasta el cuello.

—Odio la gripe.

Me quedé pensando en lo que había pasado ayer, la ruptura con Jasper y lo que estaba comenzando con Rake.

Rake, Rake, Rake.

No sabía quién era en realidad, cuántos años tiene, con quién vive, en donde vive. Quizá no parecía nada, pero para mí sí que significaba. ¿Cómo sé con quien trato si no tengo idea de quién es?

Tomé mi teléfono y entré en la red de la escuela, busqué «Rake» porque era lo único que sabía, su nombre.

Apareció lo básico, porque había privacidad con los expedientes, la mayoría de veces sólo aparecen tu nombre, edad, grupo sanguíneo, cuántas materias reprobaste, tu correo electrónico y en cuántas clases te inscribiste.
Así que noten mi sorpresa cuando el buscador sólo mandó su nombre completo y las clases en las que está inscrito.

Rake Douglas.

Ciencias sociales, Geografía, Cálculo avanzado, literatura...

No había nada más. Al menos tenía su nombre completo. Me salí de la red y me metí a Google.
Busqué: Rake Douglas.

¿Y qué creen?

Nada.
Cero resultados.
Como si él no existiera.


A las 11 AM llamé a Cameron, ella sabía muchas cosas sobre casi todo y todos, no me sorprendería que supiera cosas de mí ciertas como falsas.

—¿Qué? —me contestó.

—¿Sigues en clase?

—No, acabo de salir, voy de camino a casa, ¿Qué se te ofrece? —se escuchaban sus pasos por la acera —. Sabes que igual no me importa, pero tu vida suena muy interesante...

—Por el tono de tu voz deduzco que sabes lo de Jasper.

—Lo que haga mi hermano la mayoría de veces no me interesa, pero ahora no es una de esas veces —se escuchaba indiferente —. Llegó tropezando de ebriedad.

—Qué novedad.

—Dijo que sales con Rake.

—¿También dijo que es un delincuente?

C R O WDonde viven las historias. Descúbrelo ahora