Chapter X

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10

—¿Te sientes bien?

Nos encontrábamos en el auto de Cameron rumbo a casa, llevábamos mucho tiempo en silencio mientras ella manejaba por la carretera. El clima estaba frío, y una leve neblina empañaba los cristales del auto con humedad.

—Sí —mi voz fué apenas una leve caricia monótona.

Mi vista fija al frente, y mis pensamientos cinco kilómetros atrás con un chico de ojos bicolores; y aunque talvez no sea buena mintiendo la palabra había escapado de mis labios automáticamente.

—No lo parece —murmuró.

Arrugué mi ceño y me recosté en el asiento soltando un suspiro que sonó más como un bufido.

—Será el tequila, no fué tan buena idea después de todo— me froté la nariz y bostecé.

—Mejor dime qué fué lo que pasó, no tengo nada más interesante en los próximos veinte minutos.

—Él sólo se justificó diciendo que no era para mí.

Cameron sonrió, y yo cada vez me estresaba más, si acaso era posible. Sólo podía pensar en las mil maneras de matar a una persona sin que nadie lo supiera. Me daba tanto coraje saber que soy del entretenimiento de un típico adolescente confundido, porque eso es lo que es Rake.

—Tu cara da miedo.

—Y no es lo único —le contesté en voz queda —. Hay cosas que no te he contado pero que me dan escalofríos.

—Y yo creyendo que no podía existir algo más extraño que Carl, pero bien, te escucho.

—Creo que tiene poderes o algo así. —Cameron soltó una risa.

—Afirmativamente, el tequila te hizo mal —puse los ojos en blanco.

—Hablo en serio —le reproché.

—Yo también —me contestó con agravio.

—No lo puedo probar pero sé que él tiene algo que ver con mi incidente en el baño —mi ceño estaba fruncido y sentía las punzadas de dolor muy conocidas en la parte derecha de mi cráneo.

—Estabas sola, te resbalaste —Cameron estaba un poco preocupada, su voz se oía confundida — ó, ¿Qué es lo recuerdas tú?

—A una chica.

—¿Cómo la del muelle?

Me quedé pensando, en ello. La verdad es que no sabría decir si eran la misma persona, ni siquiera la voz era la misma y aunque mi inseguridad iba en aumento había algo que me decía que Rake sabía más de ello que yo misma; sino, ¿Porqué ya no me volvería a hablar?
Además me dijo algo sospechoso, y todo en él grita peligro y sospecha. Si hubiese alguien más a quien echarle la culpa no sería a mi torpeza.

—No, —le dije con inseguridad —sí, no lo sé.

—Escucha, creo que estás así porque no te sienta el rechazo —hizo una mueca de burla —. No comprendes porqué él de un día para otro ya no quiso saber de tí por que estás acostumbrada a ser tú quien los manda a volar; lo cual entiendo, talvez seamos más parecidas de lo que creíamos.

—No es eso —solté un gruñido, sin embargo Cameron siguió con su parloteo.

—Incluso tú misma dijiste que era una chica la que pudo atacarte, por lo que no hay ninguna prueba; además de que el doctor dijo que te pegaste en la cabeza pudiste imaginarlo —la sonrisa estúpida seguía en su cara —. Rake no tiene nada que ver, estás así por lo que te hizo, lo cual admito está de la mierda, pero qué se le puede hacer.

C R O WDonde viven las historias. Descúbrelo ahora