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Habían pasado la noche acompañados por así decirlo, aunque la indiferencia de su marido cuando se quedaban sólos le heria de cierta manera, una vez algún sabio dijo que el entendimiento permite dar la solución a otros problemas. Concepto que aplica con su situación actual Lex lo sabía la había cagado por lo tanto tenía el deber y obligación de arreglarlo, pues bien si no podía hablar de ello, debía empatizar con la postura de Clark, si no expresaba su cometido con claridad era muy posible fracasar o empeorarlo en lugar de hacerlo correcto, no debía titubiar ante su omega ya que no podrían resolver el conflicto. Y bien era sabido que los conflictos que se dejan sin resolver, muchas veces se enquistan, pero rara vez se solucionan sólos.

Desde su perspectiva, con el simple rose de sus manos su respiración se atascaba en su garganta, cuando admiraba la sublime figura a su par que juntos caminaban en un cómodo silencio con sus manos en los bolsillos y las palmas sudadas casi podría jurar verse en el pasado justo en su adolescencia cuándo era un ñoño y don nadie que ni su apellido le hacía librar de los abusos que era sometido en su juventud del cómo su ángel salvador llegó a su rescate incontables veces; cautivandolo con su belleza aquel era Clark Kent capitán del equipo de Football Americano un ser de otro mundo que vio en él algo que ni sabía que poseía en ese entonces. Aquellos diamantes por ojos color zafiro de Smallville, su esposo.

Aquél qué miraba en su dirección atrapandolo por su indiscreta forma de verlo y cuando lo hacía provocaba que se le llenará la garganta de palabras que al salir era sólo incoherencias, quien ocacionaba que se le calentara la cara con el simple hecho de tenerlo enfrente.

Él mismo chico que lo dejaba caminar a su lado cómo un igual y no miraba a otro lado con decepción cómo su padre hacía, en cambio su rostro sólo le brindaba una pequeña pero tierna sonrisa, lo que daba cómo resultado en ése entonces era, desmayarse.

Pero aquí estaban ambos; luego de años de amistad, noviazgo y matrimonio seguían juntos con dos hermosos hijos. Se sentía tan realizado con el sólo hecho de tenerlo a su lado. Él de ojos jade sintió que su sonrisa se volvía un poco más genuina luego de haberla fingido tanto tiempo en la fiesta, no estaba seguro de qué decir realmente a continuación, su sonrisa se sentía rígida mientras Clark evitaba mirarlo los ojos después pensarlo bien se le ocurrió una idea que mejor que un buen chiste para empezar. Lex le anunciaba cualquier indicio de plática o su acostumbrado sentido agrio del humor pero todo fué en vano está vez no hubo un tono cálido y de reproche estilo Kent hacía su persona. Sólo nada más qué...

Cansado... tan cansado. Éso fué raro.

- No deberías burlarte de tus asociados - Dijo Clark con los ojos al frente y su tono suave ahora sólo revelaba fatiga, decepción y enojo - Son tus compañeros de trabajo en todo casó pueden volverse en tu contra o peor. Por lo tanto asegúrate de no traer más problemas a tú familia.

La expresión del alfa se convirtió en una de preocupación y confusión - ¿C-Clark? - Pudo sentir que su corazón se hundía. Él jamás usaba ese tono con su persona, con otros tal vez pero nunca él. Puede que no estuviera tan sorprendido con el arrebató, pero aún así no dejaba de doler cuando él amor de su vida y madre de sus hijos lo hacía menos.

- Si es que tienes una claro - Enfocó con su mirada al de su par - Terminando esta fiesta ojalá progreses y te pongas al día con tu trabajo - Añadió de repente - Es lo mejor que puedes hacer ¿No? - Dejándolo sin palabras y atrás él de labios carmín se perdió en la multitud rumbo a charlar con sus amigos más íntimos seguramente para ponerse al día, dando cómo resultado al hombre abandonado en aquella pista de baile que se empezaba a llenar.

Él Luthor quería hundir la cara en el piso de madera pulido cómo si fuera un maldito avestruz, se sentía cómo la mierda. Esa última parte dicha por su omega había sido un golpe duró a su corazón tanto cómo si tenía la intención de animarlo o cómo si no, lo único que había logrado era empeorarlo.

7 Minutos en el Cielo || TimKonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora