Warrior ( Bellamy Blake)

Lavado de cerebro

NYM POV

Todos mis recuerdos estaban plasmados en las paredes de una habitación, de la habitación de el Arca.

Aquellas imágenes se repetían una y otra vez en mi cabeza, tan lejanos, que hasta parecían un sueño.

- Si hubiese estado con ellos, no te habría conocido.

Lentamente me acerqué a aquel pequeño dibujo en el que Madi estaba acostada sobre mi regazo y Clarke nos miraba a ambas con una sonrisa en su rostro.

Lo toqué con delicadeza.

- ¿Qué hay de ellos? - pregunté mirando al cielo- ¿Crees que volverán también?

- Si gano, no dudes de que tendrás un sitio en ese búnker.

Aquellas palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco y me giré rápidamente para ver la gran imagen de Roan a un lado de la pared.

Me acerqué a el y suavemente toqué su rostro, haciéndome revivir ese momento nuevamente.

- Ha sido un placer conocerte, Nymeria del pueblo celeste.

Sin previo aviso, pasó sus manos por mi cintura y me estrechó entre sus brazos, mientras me abrazaba con fuerza. Al instante le correspondí el abrazo.

- El placer ha sido mio, Roan.

Unas lágrimas se escaparon de mis ojos sin poder evitarlo, hacía tanto que no recordaba a Roan y a pesar de todo el tiempo que había pasado desde su muerte, dolía como el primer día.

- ¿Me quieres?

- ¿A qué viene eso ahora?

Esa voz, su voz, hizo que un pequeño escalofrío recorriera mi cuerpo y en cuanto mi mirada encontró su imagen, mis ojos se llenaron de lágrimas.

Avance hasta colocarme frente a él y observé con detenimiento todas y cada una de las imágenes de Bellamy que había por toda la habitación.

Mi mano tocó su rostro con tanta suavidad, con miedo a que desapareciera, entonces aquel momento vino a mí.

- Porque quiero saber si me quieres...

Tomé aire y cerré lo ojos, sintiendo su cálido aliento en mi rostro.

- No lo sé...

- Tienes que saberlo- dijo pasando su mano por mi cintura, pegándome más a él- Dímelo.

Abrí los ojos para mirarlo directamente.

- Lo hago- susurré- Te quiero.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin parar.

¿Qué era todo aquello? ¿Había muerto?

-Prisionera 312- dijo uno de ellos- Contra la pared.

-¿Que sucede?- dije, sin moverme.

-Contra la pared- repitió.

Mi mirada se clavó al instante en la puerta que tenía frente a mí y esta, lentamente, se abrió, dejando pasar un hilo de luz a través de la pequeña apertura.

La abrí con suavidad y al otro lado apareció la habitación en la que mi hermana, Madi y yo habíamos vivido en el Valle.

Definitivamente, había muerto.

Avancé con lentitud, hasta que llegué al fondo de la sala y me encontré con una figura que distinguí a la perfección.

- ¿Papá? - pregunté en un susurro.