Los hijos de Gabriel

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Mi mirada viajaba sin cesar de Murphy a la niña y viceversa. 

- Mirad - murmuró Raven a mis espaldas, haciendo que levantara la vista, para encontrarme con un grupo de gente, esta vez de más avanzada edad. 

- Recordar que los forasteros somos nosotros - dijo Bellamy, poniéndose a mi lado- Mantengamos la calma. 

- Bajad las armas- ordené. 

- Abby - la llamó Bellamy- Quédate con Murphy. 

- ¡Rose! - gritó una mujer- ¡No te acerques a ellos! - el grupo avanzaba decidido hacia nosotros - Proteger a la anfitriona. 

- ¡Guardias al frente! 

- No pasa nada - murmuré levantando las manos- Somos de la Tierra, venimos en son de paz. 

Mientras que los guardias se pusieron frente a nosotros, rodeandonos y apuntandonos con sus lanzas, los niños corrieron a protegerse tras su gente. 

La misma mujer que lideraba al grupo, se acercó a la mujer que teníamos esposada. 

- ¿Dónde estabas?- preguntó la mujer- ¿Y tú familia? 

- Los han matado - dijo desviando su mirada hacia nosotros. 

- Mal asunto... - murmuró Jordan. 

En ese momento, Murphy tomó una gran bocanada de aire y comenzó a tener convulsiones. 

- No, ahora no - dijo Abby, sujentando el cuerpo del joven- Calma, calma. 

- Ayuda, por favor - supliqué, mientras me arrodillada frente a Murphy- Nuestro amigo se muere. 

- No respira - dijo mi madre, para empezar a hacerle la reanimación. 

- Abrid paso- se escuchó una voz y toda la gente abrió un pequeño pasillo, para que un hombre acompañado de un pequeño grupo de guardias, llegaran a nuestra posición. 

- Apartadlos - ordenó, refiriéndose a mi madre y a mí. 

- ¿Qué haces? - cuestioné, mientras que los guardias me obligaban a ponerme en pie - Va a morir. 

- ¿Quereis que os ayude o no? - preguntó el hombre mientras se acercaba al cuerpo de Murphy y después, levantaba su camiseta- Ya está muerto. 

- ¿Qué? No, no... 

- Por suerte para él, la muerte no es el fin - se giró para mirar a uno de sus hombres - Cillian, ha estado expuesto a las altas durante el sol rojo. Hazlo. 

Aquel hombre, cargado de una pequeña bolsa, se acercó a Murphy y sacó un pequeño cuenco de metal, del que segundos después sacó una serpiente. 

- La llamamos kepashe - volvió a hablar el mismo hombre- Serpiente  horrible en chino.

Cillian, que tenía la serpiente entre sus manos, la acercó al cuerpo de Murphy, al mismo tiempo que me arrodillaba junto a mi amigo.

- Dios mío... 

- Creeme, lo sé - habló- Pero el veneno se estropea demasiado r'pido como para administrarlo de otra manera.

Warrior ( Bellamy Blake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora