La cara tras el cristal

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Diyoza consiguió encender una hoguera y justo en ese momento escuchó un ruido, para segundos después ver aparecer dos motos frente a ella.

- ¿No sabes que es una grosería apuntar a la cara de la gente? - cuestionó, cubriéndose la cara de la luz de la moto.

- Ahora mismo deberías preocuparte más por tí- dijo Jade, quitándose el casco y bajando de la moto.

- Harán falta más de 3 para acabar conmigo - dijo Diyoza, observando como el compañero de chica se bajaba de la moto.

- Tu bebé necesita un sitio seguro y yo puedo dártelo.

- Te escucho.

- Recupera por mí a la niña,  a Rose y las tres Cabezas de nuestros Primeros - explicó- Y Russell primero, bendito sea, dejará que tu hija se críe en Sanctum.

- Mi hija... - murmuró- Pero yo no.

- Es su oferta - respondió- ¿La tomas o la dejas?

- Apuesto a que es tú hija - dijo acercándose lentamente a ella.

- No exactamente- negó- Es mi deber proteger y servir al próximo Primero.

- Su guardiana, claro... - entendió- Menuda metedura de pata.

- He podido recuperar esto de tus pertenencias- dijo sacando un arma - Los que se llevaron a Rose van armados y tú también- se la extendió y Diyoza la aceptó- ¿Aceptas o no?

- Con una condición- murmuró- Quiero una moto.

******

- No, no... - murmuró Owen, agarrandome del brazo, impidiendo levantarme de la cama- Tú no vas a ningún sitio.

El volvió a colocarse sobre mí y comenzó nuevamente, a dejar besos por mi cuerpo, hasta que se hundió bajo las sábanas.

- Owen... - murmuré, pero sonó más como un gemido que un murmuró, haciendo al chico reír y asomar la cabeza para mirarme con picardia- ¿Quieres que pare?

Me mordí el labio inferior y negué levemente con la cabeza.

- Dilo - exigió, volviendo a colocarse sobre mí- Di que quieres que siga.

Mi mirada se clavó al instante en la suya y con un rápido movimiento, ahora era yo la que estaba sobre él.

- Pedir las cosas no va conmigo... - susurré en su oído, haciéndolo estremecer- Yo soy más de hacerlas.

Me besó con ansiedad y fiereza y se sentó sobre la cama, haciendo que las sábanas cayeran y dejando nuestros cuerpos desnudos al descubierto.

Mis labios besaban los suyos con desesperación y los besos bajaban por su cuello, haciendo que soltara varios gemidos, que se acentuaron cuando mordí su labio.

- Estas desatada... - murmuró, entre besos.

- Llevo 131 años - lo besé- Sin sentir esto... - gemí al sentir sus manos descender por mi espalda y me separé de el unos segundos- ¿Prefieres que pare?

Me dispuse a levantarme de encima de él, pero sus manos me aprisionaron contra su cuerpo, y clavó sus ojos en los míos, mirándome con intensidad.

- Si te atreves a irte ahora...

- ¿Qué? - cuestioné, pegándome más a su cuerpo, si es que aquello era posible.

Una sonrisa pícara se asomó por mis labios y él, sin poder contenerse más, volvió a acostarme sobre la cama y finalmente volvió a unir su cuerpo con el mío.

Warrior ( Bellamy Blake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora