Adicción

Capítulo 13

Alec está cabreado

Muy cabreado

Después de despedirme de Erick arrancó inmediatamente sin ni siquiera esperar a que me pusiera el cinturón de seguridad. Cualquier cosa que haga se enfada. De esta vez la culpa la tenía mi madre por sus estúpidas palabras y Alec se enfada conmigo

Decido fijar mi mirada en él cuando veo que no se está dirigiendo a casa.

—¿Donde vamos?

Silencio

Genial. Me acaba de ignorar completamente

Decido hacerle lo mismo reposando mi cabeza en el cristal mientras descanso mis ojos.

Después de unos largos minutos, siento como el coche se para lentamente, haciendo que abra los ojos topándome con un montón de árboles. En ese momento Alec sale del coche sin decir nada, yo simplemente hago lo mismo.

Son las 6 de la madrugada, podemos ver nuestro camino con un poco de luz del amanecer

—Por aquí—indica Alec, hablando por primera vez desde el bar. Estamos un rato caminando hasta que llegamos a nuestro destino.

Un inmenso campo lleno de flores, donde se puede ver totalmente el amanecer

Parece el típico jardín de princesas, pero este está oculto entre unos árboles viejos y oscuros

—Porque me has traído aquí?—cuestiono

—Este lugar me tranquiliza y me ayuda a pensar—susurra dando a entender que ha venido aquí por él y no por mi. Respira profundamente varias veces antes de volver a hablar—No deberías haberte ido de esa forma

—Claro y me quedaba ahí en medio aguantando que mi madre me dijera todo eso

—Solo te he dicho que no te deberías ir así, lo que haga tu madre me da igual—espeta un poco furioso

—¿Se puede saber que demonios te pasa? Solo me he ido de casa y no me ha pasado nada—aclaro

—¡Ese es el puto problema Venus!—grita acercándose a mi —Que te podría haber pasado algo! Te haces una idea de cuantas horas he estado buscándote como un loco, teniendo miles de pensamientos horribles por mi cabeza de que podrías estar mal o en peligro.

—No necesito que me protejas!

—Es increíble, no te das cuenta...—susurra

—Darme cuenta de que?

—De que yo si necesito protegerte, puedes llegar a ser bastante odiosa y despreciable pero no sé porque motivo tengo el deber de protegerte y ya no se trata de que sea mi trabajo, simplemente me niego a que tu, Venus, después de todo lo que has tenido que vivir te pase algo por alguna estupidez. Porque si te vas a morir será por vieja, no te morirás ni por las drogas ni por algún tonto accidente ni mucho menos por una enfermedad. Así que entiéndelo de una vez que siempre voy a estar ahí contigo protegiéndote—dicho eso, suspira para después volver a donde estaba antes para disfrutar de las vistas y tranquilizarse

****

Pasaron varios días después de aquella discusión con Alec, y desde entonces ninguno de los dos nos hemos dirigido la palabra, ni siquiera la mirada. Aunque es difícil de hacerlo si estamos tanto él como yo encerrados en nuestra habitación. No hemos salido en ningún momento. Solo abrimos la puerta para comer.

Pero hoy tendríamos que salir ya que era nuestro primer día de universidad, por suerte no nos hacían llevar el estúpido y típico uniforme de los colegios.