Amor a kilómetros y kilómetros de amor

Cap.1 El encuentro

Es un sábado del mes de mayo, son las 7 am, el despertador ha sonado, mi cuerpo se resiste a saltar de la cama, mis ojos están semi abiertos, quiero seguir durmiendo pero tengo por delante un gran día por vivir. Entre una lucha de mi cuerpo y las cobijas he logrado deshacerme de ellas y he puesto los pies descalzos en el suelo, siento emoción y siento incertidumbre, así que cuánto antes me levanto de la cama y me voy a la ducha.

Es la primera vez que después de algunos años de estar apagada, triste y decepcionada siento hoy todo lo contrario, cómo todos los seres humanos que hemos sufrido alguna decepción amorosa después de un tiempo me he vuelto a ilusionar y creer en el amor. Hay una persona que me provoca muchas cosas que denomino bonitas, algunas sensaciones que me hacen vibrar alto y fuerte, el corazón se acelera, la sonrisa puesta en mi rostro, mi mirada iluminada, mis noches de largas e interesantes conversaciones, las coincidencias de creencias entre ambos, la ilusión de verle y poder conocerle cómo algo más, el reto de poder entrar y permanecer en su vida para siempre, todas esas cosas que incita a hacer el sentimiento que llamamos "amor".

He salido de la ducha, me visto y maquillo para está ocasión, he de decir que llevo puesto unos jeans azul oscuro, una blusa, un suéter y zapatos negros porque ha decir verdad no suelo usar vestimentas formales, exuberantes ni llamativas, el cabello lo llevo suelto, bastó con colocar un poco de base de maquillaje, rímel en las pestañas y un sutil labial color rosa, un bolso color negro en donde llevo mi móvil, mi cartera y un libro que me acaban de regalar el día de mi cumpleaños. Salgo de casa, mis padres saben que iré a algún lugar pero desconocen la ubicación porque no he querido comentarles todo, me despiden con el amor con el que siempre lo hacen y me piden que regrese temprano a casa, camino rápidamente para tomar algún autobús y subo en el primero que ha pasado que lleva a la terminal de autobuses, estoy sentada y mirando por las ventanas el recorrido pero mi mente está dispersa imaginando cosas que me gustaría que me sucedieran hoy con esa persona a la que voy a ver, he llegado a la terminal de autobuses y me dirijo a la ventanilla para comprar mi boleto porque resulta que iré a un Estado que se encuentra a 2 horas de distancia de dónde yo ahora resido. Tengo el boleto de viaje, no he alcanzado lugar para ir sentada pero no quiero esperar el siguiente turno porque muero de ganas de ver por fin a esa persona por la que ahora siento tanto, estoy esperando ser llamada para ingresar al autobús y emprender el viaje.

¡Vamos que ya estoy dentro del autobús y en unos minutos comenzará a soñar el motor de arranque!

Estoy de pie y el autobús ya está en marcha, voy mirando todo el paisaje que muestra el ventanal, cabe decir que hay zonas bastante hermosas; mucha vegetación, animales de campo, casas y ranchos pequeños, pequeñas lagunas y muy pocas industrias. Estoy como una niña pequeña que recibirá un regalo, estoy que desbordo emoción, estoy impaciente por llegar y conocer ese pueblo, por ver sus ojos y poder hacerle sonreír a aquel hombre. Mis pies se comienzan a acalambrar pero ya faltan minutos para llegar al destino así que me tranquilizo y le llamo a mi persona para comentarle que estoy por llegar. Minutos después por fin suena el timbre que indica que llegamos a la terminal, desciendo del autobús y me dirijo a alguna de las banquitas de la sala de espera, abro mi libro para continuar mi lectura mientras espero a que me llegue el mensaje o llamada para que se me indique que mi persona especial ha llegado por mi. Durante mi lectura suena el móvil indicando que esa personita esta en la puerta de entrada y ha llegado para por fin conocerme, mi rostro se vuelve sonrojado, mis pupilas se dilatan, mi corazón no cabe en mi pecho, estoy temblando y estoy feliz.

¡Al mirar hacia la puerta he visto por fin esos ojos y sonrisa que me han cautivado, ahí esta aquel hombre que ahora se dirige hacia mí!