Prologo...

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"...El matrimonio...no es solo una palabra...un compromiso...es un lazo que se mantiene a través del tiempo...donde los corazones se vuelven uno...y también se protegen uno con el otro..."

Mi nombre es Serena Tsukino, única princesa heredera de la región dorada, es un pequeño reino donde todo parece estar en paz, con enormes arboles frutales que florecen incluso en el invierno, dando una rica agricultura a gran parte del imperio, si es un lugar prospero, uno en el cual no he podido gozar desde que naci

Soy la única hija de mi padre, Endymiun dueño de todas las tierras y mi madre Selene, una condesa de un pequeño país invadido por la guerra, con el fin de que todo fuera pacifico, mi madre se caso con él, teniéndome al año de su matrimonio, sin embargo, a los pocos años, él dejo de prestarle atención a mi madre quien cada vez se enfermaba con mas frecuencias, tanto que prácticamente mi nana Setsuna se hizo cargo de mi, muchos le sugirieron la separación, pero se negó, si llegaba el divorcio quedaría desamparada, al fin de cuentas se sacrifico por mi hasta el ultimo día de su vida, extrañamente recibí un gesto cariñoso de mi padre, parecía frio pero al menos siempre me recibía con una sonrisa

No paso mucho tiempo cuando mi padre volvió a casarse, esta vez con su amante, Beryl, quien tenia dos hijas, Esmeralda y Sonoko, quienes me llevaban unos años más, siendo en sí, mis hermanastras, quedando mas olvidada como un objeto perdido en el palacio

Mi madrastra no me permitía salir, así que no pude ver la belleza de mi propio pueblo cuando prosperaba, mis hermanastras tenían aventuras con hombres de mala reputación, gastándose toda la fortuna de mi padre, no puedo hacer nada, solo espero que llegue la oportunidad para salir de aquí lo antes posible, sin imaginarme que a mis 16 años, llegaría la oportunidad que tanto espere

-princesa, su padre la ha llamado...-me aviso Setsuna con voz aterciopelada, es una de las pocas personas en este palacio quien aun siente la memoria de mi madre, me encontraba dentro de mi habitación, la mayor parte del tiempo la paso aquí, al menos tengo un espacio privado en este lugar tan espacioso, me puse de pie para ir a la sala de administración de mi padre, mientras caminaba por el pasillo, Sonoko me esperaba

-Serena!-me llamo haciéndome detener-nuestro padre te ha estado buscando, de seguro debe ser una genial sorpresa de cumpleaños-dijo con un todo de malicia

-espero que así sea, ya que soy la única hija de este reino, hermanita...-seguí mi camino mientras ella rechinaba entre dientes mil maldiciones que me persiguen desde la cuna, abrí la puerta con delicadeza al ver la melena oscura de mi progenitor-padre...

-hija, ven aquí...-entre con algo de timidez, siempre lo he considerado alguien imponente, pero aquella fama se me derrumbo al casarse con mi madrastra, sin darme cuenta a su costado se encontraba ella, Beryl, acariciando el hombro de mi padre

-si padre...

-he estado hablando con Beryl y queremos que tenga un futuro prospero al momento en que yo deje este mundo

-¿no se a lo que se refiere?....

-te vas a casar-dijo haciendo que mi mandíbula inferior sea arrastrada por la gravedad

-si cariño-intervino Beryl-tu sabes, la belleza no dura para siempre y estas en edad de comprometerte-ella siempre ha querido deshacerse de mi, creo que el sentimiento es mutuo

-ya busque el esposo perfecto para ti mi pequeña...-dijo mi padre poniéndose de pie, para que Beryl me mirara con una gran sonrisa en su rostro-es el conde Diamante Black

-¿Qué?-ambas pronunciamos lo mismo, es la primera vez que nos poníamos de acuerdo en algo

-¿Qué? ¿cariño es cierto eso?-pregunto con insistencia-es el conde Black

-por eso mismo, es el esposo perfecto para mi hija, es joven, poderoso, con grandes tierras y el mejor ejercito del imperio

-y un tirano-intervino Beryl nuevamente-bueno...por lo que se maltrata a sus trabajadores y...

-ACEPTO!-me adelante sin pensar, es mi oportunidad-padre, acepto casarme con el conde Black

-esa es mi pequeña hija-me abrazo besando mi cabeza, es la primera vez que hace eso, siempre ha sido bueno conmigo pero no tan abiertamente

Por otra parte, en la residencia del conde Black, se encontraba, escribiendo varios documentos importantes en la sala administrativa, ingresando un hombre peli rojo, quien lo consideraba su mano derecha y de confianza, Rubeus, acercándose al escritorio

-¿de verdad lo hará, señor? ¿se casara?-pregunto extrañado

-¿crees que estoy jugando? No perderé lo que tanto me costo obtener por un heredero, solo necesito un bebe antes de un año, o por lo menos una esposa embarazada, eso es todo, lo demás será fácil, me conoces –dijo terminando de escribir dejando la pluma sobre la tinta-¿Qué mas tienes?-pregunto con rostro de pocos amigos

-bueno hoy llega su prometida señor

-¿asi?-se puso de pie mirando hacia la ventana-háblame de ella

-no se mucho de ella señor, como usted sabe es la princesa de la región dorada, y se dice que ella tiene una gran capacidad intelectual y las pocas personas que la han visto, dicen que es muy bella

-¿pocas? ¿esta enferma?

-no señor, la joven solo ha recibido una educación muy estricta, y como es la única princesa heredera del reino pues...la sobreprotegen mas de lo habitual-termino de decir al momento de escuchar el leve sonido del carruaje acercándose a la propiedad, captando toda la atención del peli plateado al ver los caballos deteniéndose y sus sirvientes preparándose para la llegada de la joven, cuando las puertas se abrieron, viéndola descender

-es una niña...-se cuestiono al ver a la joven descender, quien representaba menos edad, con un bello vestido azulado lo cual acentuaba con su mirada y cabello dorado, amarrado delicadamente con horquillas de plata, siendo sostenida de la mano por uno de sus caballeros regalándole una sincera sonrisa haciendo sonrojar al guerrero, mientras los demás bajaban su equipaje, la vio dar un suspiro antes de avanzar, mirando cada gesto de la joven con gran concentración, fue cuando el pie de la princesa da un mal paso cayendo directamente al suelo

-PRINCESA!-gritaron todos al verla al suelo con su rostro en la tierra, ayudándola a levantarse rápidamente todos perplejos y asustados, Diamante por su parte, no podía aguantar la risa de la impresión que le dio ver a aquella doncella en aquella situación

-de seguro reclamara como un loca...-se dijo así mismo esperando un berrinche de la princesa, uno que nunca ocurrió por el contrario, solo limito a sacudir su vestido y agradecer a las personas con un humilde sonrisa, una que vio toda una vitalidad en el rostro de la princesa que jamás iba a olvidar- sonrió...-miro con una sonrisa-interesante...muy interesante...-pensó-Rubeus, dile a la princesa que la espero el la sala principal ¿de acuerdo?

-si señor

-quizás nuestro matrimonio, no sea tan malo princesa...


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Holaaa espero que les guste esta nueva historia, muy a actualizar todas mis historias pendientes, porque perdi la inspiracion, gracias por la paciencia, muy pronto con noticias nuevas de mis actualizaciones 



proximamente...................................................Capitulo 1 El cofre...

La esposa de un tirano  (Serena y Diamante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora